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XVIII

TRAZADOS POR NICARAGUA

Hemos visto en el capítulo 1 9 todos los esfuerzos intentc¡dos por Inglaterra para apo– derarse de Nic"lragua duranie el ú1±imo si– glo, por 1,,: simple de';l.Uncia del pirata Ed– wards DaVId, ql,le pod18n ponerse en comu– nicacion ariificial el lago de Granada con el Pacífico (1665).

En 1740 La, Candamine hablaba del ca– nal de Nicaragua corno de una cosa deseable

y praciicable, dando cuenta á la Academia de Ciencias de París de su expedicion astro– nómica al Perú.

En 1871 el gobierno español mandó ha– cer la nivelacion del istmo de Rivas por D. Manuel Galisteo, ingeniero real. Este encon– tró que la diferencia de nivel entre el Lago y el Pacífico era de 135 piés, y corno en esta

época se conocía muy pOGO el mecanismo de

las esclusas, se concluyó que era impo,dble poner el Lago en comunicacion con el Pací– fico. La cuesfion pues, estaba condenada á avanzar lentamente, conforme á los adelan– tos de la ciencia.

En 1785, una escuadra española hizo un reconocimiento pormenorizado de las costas occidentales de Nicaragua, y, cuando los re– suHados de sus trabajos fueron publicados, se presentó un especulador, Marlin de la Basti– de, que proponía poner en comunicacion el Lago con el Pacífico, simplemente dando

una anchura mayor á un "canal" apócrifo,

que indicaba como existente enire el Lago y el golfo de Papagayo. Este pretendido c$.~

nal no era mas que el rio Sapoa, y en la rt'\is– ma memoria se indicaba COlTIO posible otro carie entre el Sapoa y el golfo de Nicoya. Esta publicacion (1791) estaba apoyada P9r Godoy, príncipe de la Paz; pero la Revolu_ cion Francesa fué causa de que se la olvida– ra completamente.

En 1804, el gran Humboldt publicaba una exposicion del estado de la cuestion ca– nal en este fiempo, y reducía el número de los trazados á cinco: Tehuan±epeque, Nicara– gua, Panamá, Cúpica y Chirambira-A±ra±o. Sin elnbargo, es preciso notar aquí que en

1842 el mismo Humboldl declaraba renun– ciar á los irazados de Tehuaniepeque y Chi– rambira.

En 1814, las Cortes votaban el estudio y la construccion del canal de Nicaragua; pe– ro los acontecimientos políticos impidieron la ejecucion del proyecio.

. En 1823, el Congreso de la nueva Repú– blIca de Gua±emala decretó la ejecución del

canal americano, via Nicaragua, y Se hizo

u';1a pr}mera concesion á John Bayly, inge– illero, a nombre de la casa de banco de Bar– klay, Richardson y C', de Londres.

No pudiendo esa casa ejecutar las con–

diciones de su confrato, una nueva contrata

fué celebrada con el señor Benesky, repre-

sen±ante de la casa Palmer, de Nueva York, la que no pudo tampoco cumplir con su com–

promiso.

En 1825, tuvo lugar el célebre Congreso de Panamá. La cuesilon canal fué objeto, en

varias sesiones, de discusiones acaloradas. El

general Verveer, representante de Bélgica, se

apasionó por este gran proyecto, Y, á su vuel– fa á Europa, se puso inmediatamente a bus– car los rnedios necesarios para ejecutar el tra–

zado de Nicaragua Mientras lanlo, de 1825

á 1829, nUn1erOsas proposiciones americanas,

provocadas por el representante de Cell1ro América en Washinglon, el señor Cañas, lle– garon á Guatemala y fueron aceptadas con

entusiasmo; pero, por uno ú airo mofivo, ±o–

das quedaron sin efecio. En fin, en 1829 apa–

reció en Guatemala el general Verveer, con los poderes necesarios para tratar de una

concesion á nombre del rey Guillermo de Ho– landa. Nunca el canal de Nicaragua esluvo

1an á punto de abrirse corno en aquella oca– s10n: una concesian liberal fué acordada in–

mediatamente, desgraciadamente todo fué inútil, á causa de la revoluclon de 1830, que separó á la Bélgica de la Holanda. Un resi– dente francés en San Salvador, el señor Mer–

cher, hizo numerosos esfuerzos para conse–

guir que el rey Guillermo llevase á cabo la

empresa; pero iodo fué en vano.

Morazan, que entonces era Presidente

de la Confederacion, resolvió desde luego ha–

cer el canal con sus propios recursos. Los Estados Unidos habian acabado en este mo–

mento el gran canal del lago Erie, y el mar– qués de Aycinena, ilusire Guatema1±eco, que había visitado esla obra, publicó en éste mo– mento un folleto que hacía comprender en fin á los Centroamericanos lo que eran las es– clusas. La opinion pública Se mostró no favo– rable al decreto que nombraba á los señores Bayly y Batres, ingenieros encargados de los estudios del canal de Nica1:'agua por cuenla de la federacion.

Esta explOlacion, empezada en 1837, fué interrumpida por la caída de Morazan; pero

se continuó por cuenta de Nicaragua, erigi–

da en República independiente en 1838. De– bemos notar aquí que el mismo año (1838)

el señor Edward Belcher, capifan de la mari– na británica, penetró en el Estero Real, con su buque el "Starnng", hasta 30 millas, y, el primero, indicó la posibilidad de crear una comunicacion artificial entre el lago de Ma– nagua y la bahía de Fonseca Los estudios del ingeniero Bayly, hechos á lo largo de la línea del rio de las Lajas á San .Juan del Sur, se terminaron en 1843 por una publicacion muy formal, y que con±enia los prüneros da– tos exacios sobre el canal de Nicaragua.

Mientras tanto, los señores don Pedro Rouhaud /1839), el obispo Vileri /1840}, Jos señores Castellon y Jerez (1842) habian si–

do sucesivaluenle encargados de encontrar

en Europa los elementos de una compañía, y no habían tenido buen éxito.

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