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ENTRE EL PROGRESO Y LA SUnVERSION

Reforma Universitaria'

Con demasiada frecuencia, al discutir la refor–

ma Universitaria, se incurre en una peligrosa aberra– ción estimativa de invertir los valores-medio

l

en

valores-fin Un escritor argentino, ya en 1930, decia

a éste pI apósito liLa reforma universitario/ entre

nosotros, se ha elevado a la etérea jerarquía del mito Se combate por ella o contra ella sin saber, a ciencia

cierta, en qué consiste 10 reformado los mitos no se

analizan"

Así el poder fecundo de un sincero examen de conciencia, con el balance objetivo de éxitos y rever– sos, de cousas verdaderas y de pretextos forjados para explicar la insatisfacción y el retraso de nuestras Uni–

versidades, puede transformarse en instrumento sutil

de disgregacíón, de conflictos nocidos de insignifical1–

cias, con graves consecuencias, pues minan la autori–

dad total De activa acción COI rosivo, la l/mística de

la tcforma l1 ha servido en todos las naciones de ver–

dodera 1I0ve falsa, para invodir los claustros univer– sitaríos y los prapios templos sagrados En la historia,

con frecuencia, reforma y contra-refO! ma (como es

fuerzo intrínseca de renovación) se han distinguido substanciolmente por el corócter falso de la primera y el correctivo oportuno de lo segunda

Refiriéndose a los seminc..lt jos eclesiásticos, decía

en uno olocución el Santa Pudre Jucm XXIII "es pre– ciso evitar cuidadosamente el peligro de reformas mCllginales, po. mós im[Jortantes y 0pClltunas que ellos seon, pues desvían lo otención del problemo central

de la fotmoc.ión propia del seminario

lJ

Así pues, los Universidades Católicas en las poí– ses subdesarrollodos, en su .esponsabilidad de servir,

les llevará, en casos especiales, a tolel ar situaciones, no moralmente ilícitas, sino de compromiso momen–

tóneo paro solvor la esencia de la vida universitaria

Debemos comprender que es preciso, como se dice, l/dar tiempo al tiempolJ, mientras madura la experien–

cio y prevalece la paz, en lo confianza obierto al espí– titu eminentemente solidaria y jel árquico, de nuestras

instituciones

Aspectos parciales de la reforma

PROFESORES Con relc.ción o los profesores, por ejemplo abolición de lo cótedro y enseñanza en equipo, en el estilo pi opio de seminarios Reprobo–

ble, ciertamente, como método único y permanente

Per fectamente aceptoble dentro de lo más autorizoda

tradición universitaria, como forma superior de traba– jo, cuando es asesorada por profesotes más compe–

tentes

En contraposición

el este exceso de celo, hay, hoy

los que reclaman IJfrecuencia Iibre

lJ

, incomprensible para nosotlos, como procedimiento pedagógico, en

estos países Los establecimientos porticulares ocos–

tumbran exigir un índice mínimo de presencias, como

condición para los exómenes finales de codo oño

Iv\ucho más extraño, todavía, cuando se trata de los

estoblecimientos g.atuitas del gobierno, en los que el alumna ocupa una plaza costeada con los recursos públicos

CARRERA DEL PROFESOR Aún se oye, con frecuencia, invocar la necesidad de que los profesores

tengan una formación más cuidada, de una carrera

ascensional, ya en el ejercicio de la cátedra y dentro de lo Universidod, de una dedicoción integral (full time) al magisterio Nosotros profesores, en la mayo– ría de los casos que pueden vivir sólo de la cátedra, debido a lo in isoria remuneración que la Universidad puede ofrecerles Todavía aquí, el foctor económico es el principal inhibitor del plOgreso cultural Los

mejores profesores, son además solicitados por la

grandes empresas o las poderosas industrios, que les brindan rettibuciones más compensadoras

VITALlCIDAD DE LA CATEDRA Intocable

hasta ahora, hay, hoy, en varios países, una gran

reacción paro que el título de catedrático seo un incen–

tivo de perfeccionamiento constante y nunca un IJdisco rojo" de inmediato estancamiento En la reforma de los estatutos univel sitarios, que se fm muIó en Brasil,

en 1962, los Universidades Cotólicas, con ligeras vo–

rianles en las denominaciones, pero con análogo sen–

tido, crearon el escalonamiento de la carrero del profesor o) profesores titulares, b) asociados, cl_osis– tentes, d) auxiliores

Los resultodos se harán esperar larga tiempo, mientros las Universidades Católicas no dispongan de

suficientes recursos económicos Sólo con honorarios

más elevados, que le Iibeten de otras preocupaciones,

será coma el profesor podró dedicorse 01 estudio y al

trabajo científico, pOlO alcanzar los niveles superiores d!?1 magisterio, que tanto ambicionamos

En cuanto a lo prerrogativa de lo vitalicidad, de– cloramos que muchos profesores adquieren derecho a ello Con ello lo que se pretende es preservar la auto–

nomía universitaria y poner a salvo a los profeso! es

desprotegidos, de las persecuciones políticas, onte las frecuentes revoluciones y dictaduras que diloceran, periódicomente nuestros poíses

AUTONOMIA He oquí otro terna de gran tronscendencio, e íntimamente ligado o la reforma

Universitaria, que merece atento estudio en estos paí'–

ses En nuestlo opinión, debido precisamente a la [JI ecCII io estabilidad política y sociol, propia del subdesarrollo, la autonomía podrá dotar a los Univer– sidades de condiciones de exención política, y, conse– cuentemente, de estabilidod pedagógica y de gobierno Cuondo los Poderes Públicos pueden modificor a su

talante, los cuadros técnicos administrativos, los esta–

tutos y reglamentos de esos instituciones, la incerti– dumbre del mañana paralizo a los Consejos, crea tivalidades políticas, enajenación de los intereses cul– turales, estancamiento del proceso educativo, politi–

zación progt esiva de las escuelas

Lo formoción liberal del siglo XIX, que pCll tió de

EuropCl, infeccionó a todos los continentes, con su

paradógica [Jolítica de obsoluto libertod de iniciotivo,

en el campo económico, e imposición drástica del

laic.ismo estatal en la Educación El estada pasó o ser dueño absoluto de los recursos públicos y de los diplomas culturales y profesionales Consecuente–

mente, hízose, también señor, o tirano, a veces, del

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