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« Previous Page Table of Contents Next Page »tivo, es el eterno problema econOlnlCO, consustancial al subdesarrollo Su solución ahora, como en el pa– sado, estó en la creación de Fundaciones y de Becas La genuina democratización de la enseñanza, con extensión a los menos favorecidos económicamente
l empezó, así, en las Universidades Católicas de la Edad Media
Una vez más tenemos que recordar que la solución no podrá ser nunca, en los países subdesarro– llados, hacer que las Universidades dependan, exclu– sivamente, de la economía familiar Se impone buscar otras fuentes nacionales e internacionales de financiamiento, poro realizar esta obra humana y cristiana de cultura y desenvolvimiento económico so– cial.
Sin educación vendrá la estragulación tecnológica
El retraso de la educación conduciría a un próxi– mo estrangulamiento del C1eciente desenvolvimiento tecnológico, introducido, en parte, por el capital ex– tranjero y dejaría sin aplicación los vastos plOgramas de producción Pongamos un ejemplo En la Es– cuela de lngenieria de la Pontificia Universidad Cató– lica de Río, son rechazados, anualmente, más de 800 candidatos, por falta absoluta de lugOl y de recursos He ahí una gran tarea en la política educacional de los Gobiernos hacer inversiones en la educación para evitar el estrangulamiento del progreso tecnológico y crear nuevos campos de trabajo para absorver el au– mento de obreros especializadog y profesionales pre– parados por la educacián
No podemos pasar por alto ahora la actitud demagógica de aquellos Estados que ofrecen gratuita–
mente Ja enseñanza secundm io y univet sitario, olvi–
dando a la enseñanza privada Es innecesario demostrOl, por evidente, que el Estado no sirve, en general, mejor que la enseñanza privada En Brasil, por ejemplo, con lo que el Gobierno gasta en la forma– ción de un alumno, en los centros oficiales superiores, podrían las buenas Universidades particulares educOl hasta diez estudiantes. Es intolerable, pues, la gla– tuidad indiscriminada de la enseñanza Los Gobier–
nos no son señores del pueblo¡ sino sus servidores, no
son los propietarios dei el ario público, sino sus admi– nistradores En conclusión, no tenemos miedo a afir– mar que la fOr/noción de universidades católicas, ampliamentes subsidiadas por el Estado, con la exten– sión que permita proporcionar una enseñanza tan eficaz y tan barata como la enseñanza oficial, es ei único "condicionalismo ll dentro del cual se puede con– siderar libre la elección entle ella y la UI1ivelsidad oficial
¿Qué puede esperar la Educación Libl'e?
En esta situación, ¿cuáles serán
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en el sector
económico, las posibilídades de la iniciativo particular y, concretamente, de las Universidades Católicas? De completa inseguridad, dada la precariedad de los re– cursos que reciben de los presupuestos nacionales y sin leyes adecuadas que les ofrezcan garantia!> de
cansel vación y supervivencia
¿Cómo crear, pues, otras fuentes de financia– miento? ¿Donaciones y empréstitos de los Bancos o de la Industria Nocional? No existe en América Latina tal mentalidad, ni las Estados promueven leyes favorable'?.-que permitan descontar, con ventaja sensi– ble, estas eventuales contribuciones del impuesto de renta, como se hace en los Estados Unidos Tampoco todavia se puede coníiar en el capital extranjero, ya que no consideran rentable esta clase de inversión Ni tampoco, finalmente, puede esperarse eficaz ayu– da de las organizaciones especializadas tomo la FAO, UNESCO, UNICEF, BID, Punto IV y Alianza para el Progreso Las dificultades de recursos, distancia, burocracia, etc . impiden confiar demasiado en su apoyo a las 20 Universidades de nuestros países sub– desarrollados
Las Universidades Católicas, un milagro de la Providencia Divina
No obstante, alguien obselvaró Las Universida– des ahi están, viven, prosperan Realmente, y debe– mos ver en esto una protección muy especial de la PlOvidencia Los honorarios de los Profesores son, generalmente
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bajos! no se conoce el "fuI! time/J¡ su equipo es escaso, las bibliotecas pobres, sus adminis– tradores luchan para conseguir recursos, sin poder dedicarse plenamente a la vida académica, todas vi– ven oprimidas por pesodos préstamos Siempre es incierto el día de mañano En tales condiciones, pues, sugeJilá alguien ¿por qué fundar Universidades Católicas? Nuestra respuesta es ---los intelectuales precisan de la Iglesia Las "élites" culturales no pue– den continuar en el vacío de la neutralidad filosófica y religiosa Los Centlos Oficiales son organismos laicizados, por las propias' exigencias, a veces exa~
geradas, del légimen democrótico Si en los esta– blecimientos del Gobierno no siempre son atacadas nuestras creencias o se propina veneno mortrfero pa– ra Jos almas, la formación carece, sin embargo, del necesario fermento de las verdades cristianas, vitali– zando cada disciplina, creando una conciencia colec–
tiva} y consiguiendo -cosa que tanto ambicionamos–
un ambiente universitario integralmente católico, en
la unidad convincente y armonioso de la ciencia y de la fe
Hacia la Unidad
Hoyes un hecho de que el mundo se está unifi– cando a escala planetaria El hombl e, efectivamente, camina hacio la condición de ciudadana del mundo ¿Podrán estas considelaciones y estos ideales dejar indiferentes a los católicos de los países más acomo– dados, cuando se hace evidente que los pueblos sub– desanollados no conseguirán alcanzar el progleso anhelado sin eso alianza universal? Los maestlOs y estudiantes de las Universidades Católicas, en las países ricos no podrán constituirse en patronos de un colega en las Universidodes Católicas carentes de re–
cursos
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