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Las piezas de dos y cuatro reales de Gua– temala (25 y 50 cs.)

Las piezas de dos reales españolas con columnas (valor 25 cs.)

La de dos reales sin columnas (valor 20 cs. )

La de dos y cuatro reales de MéjIco (25

y 50 es )

Las rnCJnedas de Costa Rica (desprecia– das) .

y en fin el sol peruano, el peso de Gua– temala, y la pieza de 5 francos francesa ó

belga (100 cs.)

Las demas monedas pueden considerar_

se conto accidentales.

Sabemos ya que no hay papel moneda y que los tHuJos de la deuda interior Se reci~

ben solamente en pago de los derechos de Aduana, de la compra de baldíos, y de cier–

las m.ulías y apremios.

CAPITULO IX

MISCELANEAS

SUMARIO: Exúmcn de la. cuestioll de la inmiglacion extlanjelu en Nicmagua - Datos generales pUla el uso de fu– turos inmigl antes - Il1dicacion de las mejoras ó modificacio [WS deseables en el estado llolítico del lluís, en su agticultura

y su illdushia _ Aclimataeion de los hombres. animales y plantas - Al tes y oficios que necesita el país en su estarlo

~ctual. _ Datos para la cleacion de illdushias nuevas, y la explotacion de riquezas natuulels hasta ahOla desatendidas.

El gobiCl110 piensa que mucho se conseguida con la plO–

mocion de imuiglantes homados y laboüosos y la cmision de leyes eficaces y puestas á la altma de las actuales exi– gencias.

GIl1formc del minisho de Fomento, en 1871)

Han de menester lelaciolles fieles y en su plopio idioma, de las condiciones del Estado . la demanda y el montante de los salados pala toda clase de babaios, el valor de los ví– veles, de los alquilelcs, de los viajes. y evitades de ser engañados Ó lobados, Ó de enfer11lalSe á su llegarla.. (InfOlnte de la Comision de Chonta1es, sable imuig'lacion)

Hemos terminado la parte geográfica de esta obra; pero nos queda todavía un de– ber que cumplir: es el de reunir en un solo fascículo todos los datos particulares y espe– ciales que pudieran ser útiles á los que la lec– luxa de los anteriores capítulos inducirá á venir á establecerse en Nicaragua.

En las páginas precedentes hemos pro– nunciado muchas veces la palabra inmigra–

cion: muchas veces la hernos presenfado co–

mo el único remedio á la situacion del país

en el presente, y como su única gara:hií.a en

el porvenir, contra la repeticion de las cala–

midades que sucesivamente 10 han aITlenaza– do: invasion, absorcion, anexion, conquista

ó bancarrota, e±c ...

Nos hemos apoyado, para demostrarlo, en las autoridades mas compelentes. Ade– mas, la cuestion de la inmigracion es de tal manera vital, que, desde la proclamacion de la independencia, vuelve á aparecer periódi–

caITlen±e en toda la prensa cenfroamericana en general, y en la nicaragüense en particu–

lar. Esa misma· cuestion ha dado lugar á dis–

cursos é irnpresos, á veces los mas absurdos, airas veces los rrtaS juiciosos; 10 cierto es que

el problema está todavía por resolverse.

A la verdad, no ignoramos que casi siem–

pre es muy difícil atraer inmigrantes en un punío, dado de la superficie del globo sobre todo cuando en este punto no ha habido to–

davía inITligracion alguna, sino en m.uy pe–

queña escala. El primer paso, en esta mate– ria como en muchas otras, es el que cuesta

mas. Nuestro libro misrno no ha sido escrito con otro objeto, y porque se ha creído que sería un medio de favorecer ó faciliiar la so–

1ucian de la cueslion en favor de Nicaragua.

Así es que empezaremos este capíiulo por la, exposicion de los conceptos que nos parecen mejores en cuanio al camino que debe se–

guirse para procurarse inmigrantes tales co~

m.o los necesita el país.

La ocasion parece mas favorable que

nunca en el momento en que escribirnos. Los

inmensos progresos materiales de Europa han aumentando de un modo extraordinario el poder cenlralizador de sus grandes ciuda– des; luego en aquellas, la miseria se ha he–

cho mas grande, al misn10 tiempo que, fan–

to por la desercion de los campos, como por el aumento de la poblacion y el empobreci– miento del suelo, las subsistencias se han he– cho mas difíciles. La compelencia de los obreros impide el aumento del jornal. Los capitales, igualmente centralizados por la

forn'lacion de grandes cOlupañías, hacen mas

flagrante la desigualdad de la reparticion de la riqueza pública, y todas estas condiciones, juntas y combinadas, bastarían ya para pro– vocar, como lo han hecho hasta ahora, una inmigracion considerable de 1a clase pobre y trabajadora, cansada de fatigarse únicamen–

fe para vivir, y vivir mal, sin poder adquirir nunca nada.

Pero eso no es todo: la facilidad de las

cornunicaciones.. la irecuentacion de un ma–

yor número de extranjeros, los conocimientos

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