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« Previous Page Table of Contents Next Page »situaci.on con1.ercia~ de NicaT.agua no sería
:.'11as que una. cueslIon de, caplial. loa p~.b~a
cion e,5 apáilc.a so]an1.enlC en. la. SUpcr.tlc~el
:>010 antes de iauo, es pobre, y S1 acaso l1o~
;e 1111 defecio en TI'lB tel la ele e<":o11.oroía pulí·
iica esJ:a consisle sobre iodo en hab0rne re·
sig~ado dernaniado fiJosó.fic.arnerde á ~IU po–
breza, en lugar de inlen±ar vencerla por un
exceso de lrabajo; es.to suc,ede 8n casi lodos
los países en que hay bald1os, y Pon donde la fedilidad del suelo impide que se experhnen– ien apren1ianies necesidades; donde, 0.n una
palabr~, el ncas pobre no ien,,,, ni el hembra, ni el ¡no
Pero si el capHal fuese in±rocluciclo (y
es ele Sal prenderse qllC no lo haya sido ~a,
en esa épocA. de emprésiitos), si fuese consa– grado á las mejoras que heinos indicado,
muy pronto se ver~a aurnenJar la proclllcci¿n de las ITls!eriRs exportables acluales, ponel"
en circulacion proGuclos nnevns Ó c1GSatenf-1i
dos, se vería cesar la in±rociuccion de ciedus
adículos, la harina, por ejeJ nplo, ó lal vez el calzado, los muebles, etc... ; la Íruportac.ion de
los artículos rnanuIac.h. 1rados aUlneniaria en
proporcion, y desde luego, enconlrann.ü 0.1 gobierno el1 las eniradafJ de aduana los me– dios necesarios para n)?oyalTJC en una. fuerza convenien.l:e, pudiera reprimir' 1odos los de– sórdenes, y plE~senlar eJl fin, las go,-ani1as y la seguridad que exige ]a inn,igracion. Tan luego corno aquella cOITlenzarÍa á 11egQY, se–
1 ía difícil p,'oveer hasta don de al canzar l a la
plosperidad de es±e país.
XXlH
Sería cono.eier un erro! el decir que la chculacio!1 rnonelaria, ó mas bien la liqueza
en dinero, esfá represeniada exaciamente en Nicaragua por la serni5uyna de las exportacio– nes é Ílnoortaciones arriba mencionadas. Es–
lá fuera 'de duda que lanlo en11e los peque– ños produdores indígenas, CO'TIO enire algu nas grandeH familias del país llar una ciería existencia en plata acuñada, que, por fo.1+a do banco, ú aIros n1.o±ivos, queda escondida, y
no 10111.a parie alguna en los r.alobios. Ente
sería un argU111.en±O para creer la e:cis±encia en rnelálico superior á lo que se supone; pero hay afros argurnenfos para creer que es jnft:)– rior. El prilnero, y de mucho el lnas ~rave,
consiste en una increlble falla de equili.brin
en la l-epaliicion de este fondo seluovjente,
que constituye la dqueza públir.a propiamen–
.te dicha. Así es que, por ejernplo, se han vis–
io á cOlnercianies ele Lean, los r.nales, tenien–
do que pagar mercancías en Panaluá, y no enconhanclo ni 0)-0, ni calé ú aIro género ex~
podable que mandar, no encontrando tarn– l?oco letras de cam.bio, se han visto oblirJados a mandar dinero en cajas, l"1.Ttenlras que, en el mismo momenJo, en:1.presas de Elgricultu~
ra Iv. gr., el valle Menier), ó de retinas (v. g. las de Sanio Domingo!, se encontraban en la
necesidad de ncandar un empleado hasta Pa– narná" á vender letras sobre Londrep ó Pa– r 1.s¡ pala procurarse dineyo, y pagar sus rno–
ZOH. Es±e es un ejemplo n"luy conr.luyen±e de la8 consecnellclus deplot"ables de la falta de
un cnño, de un Banco, de cOIn1.lnicaciones Iá–
citen y rápidas: falta de prensa. de p!.lblici–
dad, de u1.ovimienfo, etc.
Otras veces se han visto las cOlupañías
de lninas ele la Libertad venir á sacar iodos los meses de Granada, SUluas considerables
para el pago de sus operarios. Daban, en
r.am.bio, lelras sobre Londres, y, una vez gas~
1ado eSÍe dinero, el oro obtenido se mandaba direclanlen±e á Londres por ]a misrna com.–
palíía. nesuliaba entunces una faBa l1.1.UY
sennible de dinero en Gl'anada, puesto que
] u3 obreros qua l'ecibían ~.\l snelo en la Liber–
terl, 10 f"}331aban en el mislllo lugar, y en gé–
ne'tof.l que, solarnenie en paríe, venían de Granaua En la Segovja, la íalta de nume–
ralio es excesi.va: úHirnamenle un denlis±a
aU1.el"ica.no, que recon ió esos departam~l1fos,
encol1Jró lTIucho que hacer y á n1.uy buenos precios: pero con la candicion de recibir en
vacas y novilJos la relnunetacion de 5'4- :Íl:a–
bajo: exigiendo dinero por SU8 operaciones, no hubiena hecho nac1o.
A esos lnconvenjenies de prhner ó;rden, que prouuce la falla de equilibrio en la re– parlicion del ilum.eralÍo, Se juntan oiros de
rnenar ilnporiancia, pero que no dejan ele obstaculizar las transacciones Así es qne el oro ácuüado es excesivan1.ente escaso, y se paga á veces con una prima de 3 á 4%; no hay lampoco moneda de cobre, la mas pe– queña fraccion del real es el "medio", y las conlpras por nn valol" inferior se hacen por un sistema de can1bios en especies, sisiema naiurahnente lT\UY inc6rnoc1o; lo he:.nos ex– plicado ya á fines del capílulo VT. En cuan–
1~ al inconverdenie de la faHa de oro, y aUI1 de la escasez relativa de los peSG5 de plata, se traduce plÍn,ero por el tiempo que se pier– de en la penosa tarea de contar cautidades un poco crecidas en pequeña moneda de pIa–
fa, y Juego, por la dificl.1J tad p8.ra lranspol–
tal' cémodanlenie S'lllnaS un poco importan– tes.
Lo que hen,os dicho, al hablar de 10s pesos y ITIedidas, sobre el valor relativa de ]as diversas monedas en cir'culacion, y sobre lo qne se entiende por peso fuerte y peso se11.– cUlo, nos dispensa de volver ,á hablar oc este cOlnplemen10 de la sHuacion comercial de Nicélragua, .terminarenl.os por la enutnera– cion de las monedas que se encuentrav mas íTecuenietnente en el país, y son:
La pieza de 5 cs. amelicana.
Las piezas de 10, 25 Y 50 cs americanas. Las piezas de 50 cs., un franco y dos francos, francesas é italianas, y á veces sui· zas ó belgas.
Las piezas de 20 cs. peruanas. El chelin inglés.
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