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« Previous Page Table of Contents Next Page »mente, un momento en que el dinero ganado por la imporiacion no podrá siempre seguir consagrándose á aumentar la cifra de los ne– gocios de la casa. Ya se está consagrando ahora, en parie, no solamente á comprar pro– ducios exportables, como se ha hecho Sie11:1–
pre, sino lambien á provocar la produccion
por nledio de la habilitacion. Este es un pri–
:mer paso en el verdadero camino: el conler– ciante siente la necesidad de producir; sin embargo, con"lO desconfía de sí lniSlTIO como productor, prefiere adelantar dinero á los
produciores que le parecen hábiles. Pero es–
±e paso es insuficiente, y va acercándose el
día en que la produccion y los produciores
no estarán ya mas en proporcion con los ca–
pitales libres que se ofrecerán á ellos, y en que el poseedor de aquellos capitales se verá obligado á producir por sí mismo.
Llegado este día, el objel0 será logrado, y, si los capitalistas actuales quieren esiar preparados para esa iransfornlacion, y reco–
ger sus beneficios sin exponel-se á los riesgos
que hemos mencionado, se les ofrece un re–
medio nlUY fácil: que nlanden dar á sus hi– jos, á esoS nUnlerosos jóvenes que hoy día van á educarse en los colegios de Europa, una educacion indusirial, en lugar de la ex–
clusivamente comercial que se recomienda
cuidéldosamente darles; que enlpleen su in– fluencia (la que es poderosa, puesto que en– tre ellos se reclutan los Poderes Suprenlos)
en favor de la fundacion de cursos científicos,
de jardines de experiencia ú airas institucio– nes análogas, y, agrícolas, de las envolturas que la nlantienen en su estado actual, infor– nle, bárbaro, desasiroso y del iodo en desa– cuerdo con la marcha de las ideas y los pro– gresos nlanufactureros de siglo XIX.
XVI
"Resurnen de la historia del comercio". -La situacion comercial de Nicaragua bajo la dominacion española no fué nlUY brillan– te. El reino de Guatemala experimentó, COnlO
todas las dernas colonié3.s, y corno la :rnisma
Meriopóli, los inconvenienles de aquel siste– nla de prohibicion, tan criticado ahora por los econonlistas, y que las separaba moral– mente de lo demas del mundo.
Inrnediatanlente despues de la conquis– ta, el cOnlercio era libre con España y las An– tillas. El emperador Carlos V, que suponía
que no tardaría en descubrirse un estrecho ó
pasaje natural al través de la Anlérica Cen– tral, para ir á la China y á la India, nlani– festó altam.en±e, en una cédula real de 20 de febrero de 1534, su deseo de favorecer la co– lonizacion de lodos los puertos en esta parte
de las nuevas posesiones de España.
En aquella época se encontraban ya, en Leon y Granada, "tiendas" en que Se vendían efeclos de Castilla, introducidos en Centro América por el puerto de Omoa, y venidos en
pequeños buques que salian casi regular_ menie de Cadiz: esto se llanlaba la "flotilla" de Honduras. Es interesante conocer algu_
nos precios de aquel liempo: una docena de herraduras cornple±as para caballo se ven–
día $ 150, y, sin embm-go, el hierro llegó á
ser ±all escaso, que se renunció á herrar las bestias, cos±urnbre que Se ha mantenido has– ±a nueslros días, y que, por cierto, ha sido, y es, peljudiciaJ á la raza; una silla de nlonfar no vaJia lnas que 50 duros, lTIienfras que un
pantalón de paño valía $ 60; una arroba de cera blanca $ 30; una nlano de papel COnlun
para escribir $ 5. Es preciso añadir que, en todos los guarisITlos relativos á asia época, un valor cualquiera replGsenfalía hoy día el do~
ble, por lo menos, de lo que representaba en–
fonces.
Luego estallaron las guerras entre Fran–
cisco I y Carlos V, y los corsarios Íranceses
impidieron casi cornplela11:1enie el tráfico de la flotilla.
Durante este prin1.er pelíodo, y hasta
1560, la entrada y la salida de las nlercancías
se hacían por la vía de :Honduras, y los ±ras~
portes en el interior á 1011:10 de Indios obliga–
dos á este servicio. :en 1550, el enlperador lvIaxirniliano mandó que se introdujesen en
nlayor escala las bestias de carga, y que se
cons±ruyesan caminos á expensas de la coro–
na, prohibiendo se enlpleasen Indios para los
.transportes.
Desde enfonces, casi todas las nlercan– cía.s de Nicaragua se enlbarcat'on en el Rea– lejo, para deBembarcar en la costa hondnre~
ña, en la bahía de Fonseca, y de aHí se lleva–
ban á Puerlo-Caballos por tierra, á lomo de
ITIulas ó de bueyes. Esas mercancías se com~
ponían únicmnente de oro y plata provenien– tes de Segovia, y de cacao y añil provenien–
fes de varios puntos de la Provincii3..
En este tiempo, 200 alnlendras de cacao represeniaban, COnlO nloneda de vellon del país, un valor de 1 real, sea l ,600 por $ 1. La exporiacion de este artículo no era nlUY gran– d.e, á pesar de ser considerable la produc–
Clon; pero el consumo inierior absorbía casi
todo. En Guatenlala, el quintal de cacao de Nicaragua no se pagaba arriba de $ 22, nlien– tras que el Soconusco valía $ 60. El añil se producía de regular calidad; sin enlbargo, en Puerio-Caballos, no se vendía mas que á $ 1 la arroba, lo que debía fOnlentar poco su cul–
tivo; es verdad que, con las encomiendas, los
operarios no costaban nada. El oro y la pla– ta ienían precios muy bajos; pero tanlbien eran nlUY adulterados; se obsequiaban en cantidades considerables para adorno de las iglesias, que entonces se levantaban por to–
das partes.
La cesacion de la flotilla de Honduras
fuá causa de la creacion de ofro sistema de abastecimiento marítimo, encargado á com–
pañías de cOnlercio de Cadiz y Sevilla, las
cuales, en cOlTIpensacion de los riesgos ex±ra"
ordinarios que corrían, y de los gastos á que
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