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pero, en muchos puntos, el transpode se ha– ce todavia á lomo de mulas ó de bueyes, y por las veredas casi impraC±icables de los bosques.

Hasta ahora las máquinas empleadas para moler la broza tan fina corno se pueda, con el objeto de desagregar las moléculas de oro de las de cuarzo, han sido la primitiva

"±aza". Es un espacio circular de 3 á 4 va–

ras de diámdro, empedrado imperfectamen– te de intento, y rodeado en parte con una pe– queña muralla de madera ó mamposteria, siendo formada la otra parte del recinto por láminas de cobre agujereadas. En este im– pavimento, 3 ó 4 grandes piedras están arras– tradas por rnedio de cadenas, fijadas á 2 va– ras horizontales y transversales, y que una rueda hidráulica pone en movimiento. La

rueda es casi siempre horizontal, y comuni–

ca el1TIOvimienio sin trasmision: este conjun–

to se llama un "ingenio".

El agua llega á la taza en abundancia, y la broza se echa en ella con palas. De vez en cuando se deja caer un poco de azogue

entre las piedras en ITIovimien±o. A medida

que el mineral está molido, la parte pulveri– zada (lama) sale con el agua que agita el

movimiento de las piedras, y pasa por los

agujeros de las láminas de cobre que sirven de cedazo. El oro, amalgamado por el azo– gue, y obedeciendo á su gravedad especifi– ca, se coloca y permanece en el fondo del aparato, entre los intersticios del empedrado. Otras láminas de cobre están colocadas en el trayecto de las lamas á su salida, y detie– nen las pariiculas de aliage que pudieran

ser arrraslradas afuera. Esas máquinas rnue–

len muy imperfectamente, y se pierde por lo menos 25% de metal; ademas no reducen mas de 3 toneladas en 24 horas, segun la

fuerza del agua; durante 3 meseS del verano,

la sequia les impide funcionar.

Cuando se juzga conveniente, lo que eS enteramente subordinado al capricho ó a las necesidades del minero, se para la máquina,

se quitan las piedras arrastradoras, y se de–

sempedra cuidadosamente el fondo del apa~

rato, lavando y limpiando las piedras una por una. La tierra en que descansaban se quita con la pala hasta cieda profundidad, y luego se lava en una canOa en que se hace pasar una corriente de agua. El fondo de la canoa tiene entalladuras, en que se deposita, en vidud de su gravedad, la liga de azogue y oro. Una vez lavada cuidadosamente toda

la tierra, la liga se recoge, se prensa en un

trapo, para quitarle el azogue excedente, y la pasta que queda se destila en un alambi– que imperfecto que evapora y condensa el azogue, el que debe economizarse mucho, porque no es muy comun y cuesia caro. Una vez libre el oro, se funde en un cri– sol y se cola en barras. Se designa en el pais el oro quimicamente puro por oro de á 24 quilates; 12 quilates es el titulo del que cone tiene mitad de oro y mitad de plata. Las

minas de Chdntales no producen otro oro que el de 12 á 18 quilates. El oro proviniendo de lavaderos llega á veces á 20. El de 16 qui– lates Se vende en el mineral á razon de 12 á

$ 13 la onza. Pero eS muy comun que el mi– nero haya vendido de antemano su oro al ha– bilitador á razon de 8 á $ 9 la onza. Hace al– gunos años, se mezclaba mucho cobre al oro de Nicaragua, lo que ha contribuido dema– siado á despreciarlo en los lllercados extran–

jeros.

Desde algun tiempo, todos esos procedi– mientos, que pueden calificarse de desastro–

sos, tienden á perfeccionarse. Ciertos ríos,

hasta entonces inulilizables por la poca altu– ra de sus orillas, han podido aprovecharse por medio de iurbinas horizontales de hierro; se han multiplicado los ferrocarriles, y se in– tenta reemplazar completamente las tazas por los hocartes ó pilones. El principal progreso

sería la in±roduccion de nláquinas de vapor

adecuadas al pais, tanío para poder trabajar todo el año, corno para moler de 25 á 30 to– neladas diarias. Entonces podrán explotarse con provecho las vetas de una ley inferior á media onza de oro por tonelada. Esas bro–

zas son las mas nunterosas y abundantes, y

hasta ahora están desatendidas porque no

"pagan" los gastos.

Tal es el beneficio de las minas de oro en la Liberfad. Mas al Norte no se encuentran

sino explotaciones ó mas imperfectas ó aban– donadas; en cuanto á. los oiros metales, na–

die se fija en ellos, y solo puede mencionarse un poco de plata, obtenida por una copela– cion del todo primitiva.

No se posee dato alguno sobre la esta– distica de las minas, ni sobre la de las má–

quinas ó de los mineros.

Los "lavaderos" son lugares donde los indigenas recogen las arenas y la tierra del fondo de los rios, y las lavan en una batea para recoger las pepitas de oro que acarrean las cuales son siempre de muy buena ley. Es– ta operacion, ejecutada por gente que enira

en el agua, exponiéndose á varias enferme.:.

dades, es un triste oficio; pero pudiera prac– ticarse con mucho provecho y en grande es– cala por medio de establecimientos formales, cuya organizacion es bien conocida en Cali– fornia y otras pades.

Muchas veces ±ambien se ve en los pue..

bIas de Segovia y Chontales, á individuos sen– ·tados en la pueda de su choza, y moliendo entre dos piedras pequeños pedazos de cuar–

zo, que van á escoger en las vetas desdeña–

das y las antiguas explotaciones. Lo que muelen diariamente, lavado en una batea con unas pocas gotas de azogue, que luego evaporan tostando la mezcla, puede sumi– nistrarles beneficios regulares, y tanto mas elevados cuanto que se muestran mas dies– tros en el ensayo preliminar de la broza, la

que. para trabajarse con provecho en seme– jantes condiciones, debe necesariamente ser

muy rica. Este ensayo, llamado "de cucha-

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