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cao. La caña se desyerba una ó dos vaces al

año á razan un surco por dos tareas. Con–

for~e al procedimiento común que aCaba– rnoS de indicar, el corte de una suerte dura

seis semanas, Y necesita, durante el mismo

tiempo: 4 coríadores, 1 carreta con sus 2 hom– bres y 4 bueyes, 4 hombres al trapiche con 4 bueyes 2 hombres á la caldera, es decir, un

punten; y un fogonero; el servicio de la cal–

dera consume lo que se llama una tarea de leña, es decir, un montan <:le rajas de 6 cuar– tas de largo cada una, tenIendo el monto,: 9 cuarías de largo y 9 de alío. La operaclOn produce de 72 á 80 anobas de azúcar por se–

mana, es decir, mas ó menos, ,120 quin±al~s

por suerte, se calcula en el palS que el azu– car asi fabricado cuesta al fabricante $ 2 el quintal. El corte es siempre mas ventajoso

en el verano.

por supuesto que el lecíor extranjero se SOl prenderá mucho al ~eer. la descripcion de

procedimien.tos tan pnrnlflvos; pero se 801–

prenderá todavia mas al saber que, en pre sencia de un rendimiento tan desproporcio– nado de la duracion de los cañales, de la ba–

ratur~ relativa del jornal, y de tantas otras ventajas que hemos enumerado, no se haya intentado formar en Nicaragua una con,pe– tencia á las Antillas, cuya infelioridad en cuanto á la produccion del azúcar es dema– siado evidente En las Antillas se pagan los terrenos muy caros, el jornal, aun Ell del es– clavo en Cuba, sale á precios desproporciona– dos/ los viveres, alquileres, y en general to– dos los gastos, son mas elevados que el doble de lo que son en Nicaragua, en Cuba, á los 4 años, una plantacion de caña necesita abo–

narse con guano, y á los 8 años se acaba á

pesar de los abonos/ en fin, el rendimiento de una superficie dada produce 30 por 100 menos en peso de caña que la misma super– ficie en Nicaragua, y una misma caníidad de caña en ambos paises suminisíra una dife– rencia de 20 por 100 menos, en cuanío á la maíeria sacarina úíil que se puede exíraer de ella, siendo tambien esta diferencia a fa– vor de Nicaragua. El único inconvenieníe

que presenta este país en cuanto á azúcar,

es la escasez de los brazos y lo caro de los fletes del iníerior de la República hasta el puerío de exporíacion: este inconvenieníe no es tal que la fabricacion del azúcar en Nica– ragua deja por esío de ser un negocio muy brillaníe.

Desde algunos años viene perfeccionán– dose el procedimienfo primitivo que hemos descrito. Poco á poco el trapiche de hierro

de dos ó tres cilindros ó mazas, ora vertica–

les, tiende á reemplazar el de madera. La fuerza moíriz empleada es todavia el buey, pero el rendimienío no deja por esto de au– n:entar de 20 por 100 mas con el trapiche de hlerro que con el de madera. Sin embargo, no Se puede negar que, por el empleo del va– por, se obíendrian todavi" mejores resuHa– dos/ y aunque los apar"tos da evapor"r en el

v"cio, los de cocer en el v"cio, los de secar por medio de 1" fuerza centrifug", ete. etc...

cuestan sumas en apariencias fabulosas, son

evideníemente los que convienen mas en Ni–

caragua. Un país cuyos únicos inconvenien–

tes son la falía de br"zos y el precio elevado de los fletes interiores, necesita, mas que In– glaterra, de máquinas de vapor, y, mas que Cuba, de aparatos perfeccionados p"ra la ela– boracion del azúc"r. Desgraciad"mente fal–

i" el espiritu de "soci"cion, por medio del cual se obíienen los gr"ndes c"pü"les.

El cultivo del "lgodon (p"r" ser lucmti– va) debe practicarse en grande esc"la, y exi– ge capitales y brazos, seguros y fijos, que to–

davía no se consiguen en Nicaragua. Así es

que esíe culíivo se intentó únic"mente en la époc" de la guerr" civil en los Est"dos Uni– dos, guerra que produjo en los precios del ,,1– godon una alza t"l, que permifi" dedic"rse á esíe cultivo en Nicaragua. Pero, en tiempo

normal, los precios no son remuneradores, y

solo el dep"rf"mento de Chinandega es el que produce un poco de algodon en 1" Re– pública. La experiencia hecha en el momen– to de la guerra de 1" secesion, probó que en Nicaragua íod"s las especies de algodon, or"

herbáceas, ora arborecentes, darían magní–

ficos productos en cu"nío á c"lid"d. Pero la langos±" aí"có las planf"ciones con un en– carnizamienío p"rticul"r. No juzgamos á propósito describir los procedimienlos del cul– tivo y beneficio del "lgodon en el pais por el poco desarrollo que tiene.

Los cuHivos de la vainilla, de la cochini– 11" y del achioíe son comple±"men±e des"íen– didos, de modo que los mencionaremos sol,,– meníe por memoria. En cuanío al t"b"co, su cuHivo no ofrece diferenci" alguna con los procedimientos ernple"dos en otras paríes.

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GANADO. - Las h"ciendas de ganado se

componen generahnenfe de un número mas

ó menos crecido de caballeri"s de terrenos, cubiertos de pasíos n"íur"les, y en los cu"les se m"ntiene un número de rebaños propor– cionado á 1" extension de la propiedad. Los anim"les están libres y sin cerco alguno; su afeccion particular al sitio que los ha visío

nacer, es el único vínculo que los Inaniiene

en los limites de la hacienda. Un person"l suficieníe y competente de s"b"neros se ocu– P" const"ntemeníe en busc"r y hacer volver los "nimales que se ap"rtan y en conducir á la cas" de explotacion l"s vacas recien p"ri– das, y los animales enfermos ó afecíados de llag"s que necesitan curacion. Esíe servicio exige un número considerable de hombres, corno tambien de cab"llos y mulas de mon– íar, fuer" de los que se cri"n por la reproduc–

ción ó la venia.

Es" indusiri" no exige oíro cultivo que el cuido de quem"r los zacaíales á fines del

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