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ETNOLOGIA
SUMARIO: Usos l' coshnnbleS. - La sociedad, la familia, el individuo - lIabitaciol1
j
alimentadon, vestido -- Idioma y
lcligion. - Fiestas y diYClSionesj bellas altea ~ Usos y costumbres de los indios no civilizados.
Uno de los ll1edio~ esenciales pma encaminal al homhre mOlal á su pelÍcccion pIOglcsiY8, consiste en enseñade t..
qne se vea tal cual
e1;
(I,ARRA.-ToIllO IJ)
rencias excesivamente notables, entre el mo– do de vivir en los departamentos del inlerior y los de la cosla occidental. Pero no es esta la mas seria dificulíad, lo que hace que mu–
chos viajeros se hayan equivocado en sus
apreciaciones, a pesar de su indisputable y
reconocido talenio, es que, con dernasiada y la:rnen±able frecuencia, han sacado sus con–
clusiones de lo particular á lo general, aíri– buyendo á la poblacion enlera usos que solo
podian preseniarse COTILO excepciones en los
hábitos y coslumbres generales. Menciona– lé uno solo de los numerosos ejemplos que
me vienen á la memoria: en :Nicara~ua, las
mujeres pobres, ya sea cuando Se bañan, ya sea cuando están irabajando, dejan ver su pecho con la mayor indiferencia, ó si lo cu–
bren, es con una can'lisita, que no disjmula
casi nada bajo sus pliegues de un género transparente y flotanle. Seria sin embargo ofender injuslamenie á la parle mas distin– guida de la sociedad, proclamar simplemen–
±e que, en Nicaragua, las Inujeles no Henen
escrúpulo alguno en dejarse ver nledio des– nudas, porque esto no es verdad, y sin em– bargo, ha sido publicado é inlpreso en mu·
chas ocasiones.
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Un error, todavía mas grave, en que caen casi todos los extranjeros que ven por prinle–
ra vez un país hispano-an1.ericano, es el que~
rer compararlo todo con lo que existe en las grandes capitales de Europa y de los Estados Unidos; y por consecuencia, estando el país poco desanollado aun, encontrarlo todo ab– surdo, malo ó f00. Es una suprelna injusti–
cia contra la que es fiernpo de operar una reacciono Deseamos, pues, que el leclor 1"e–
cuerde, no solarnenie al leer esíe libro, sino
+amhien ITl8S ±al'de, al recorrer el país, que
la Amética ha sido descubierta á fines del siglo XV, y que, hace 350 años, Nicaragua estaba todavia habilada por indios en el es– tado primitivo. Si se observaran las propor– ciones de tiempo, la Anlérica Española no debeda estar ahora mas adelantada que lo Como en todas paries hay en Nicaragua era la Europa Occidental 350 años despues una gran diferencia entre las costumbres de de la caida del Imperio Romano. Sin 6111–
los ricos y las de los pobres, enlre los usos bargo está mas adelantada; de modo que de las ciudades y los del campo, así es que ha progresado mas de lo que legitimamenJe es difícil dar una idea de las relaciones so- se liene derecho á exigir de ella. Ademas ciales en general, lanto maS que el mal estado ¿no será justo lomar en cuenla sus hes siglos de las vias de comunicacion establece dife- de ocupacion inepta, de sumision á un ré·
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Los usos y cosiumbres de la pade civili– zada de Nicaragua no presentan sino ligeras I'\lodificaciones con las de los demas pueblos
c~vilizados en general, y de los paises hispa– no-americanos en padicular. Pudiera pues hacerse una geografía local sin el capítulo que se va á leer. Pero como nuestra obra está destinada íanío á los extranjeros como á los hijos del país, y tiene el objeto recono– cido de suministrar datos tan completos co– mo sea posible á los que quisieran emigrar
á él, es bueno que puedan formarse una idea siquiera aproximada de la sociedad en que vendrán fijarse.
En el antelior capítulo hemos examina– do ya la naturaleza antropológica de los ha· biiantes de Nicaragua, su conformacion fí–
sica en cada laza-tipo y sus carácieres exie–
r~ores pariiculares. Luego, con'lO era casi im–
posible, al hacer la historia natural del hom– bre, separar la psicología de la fisiología, he– mos estudiado los caracieres generales de la poblacion nicaragüense, su heterogeneidad,
su orígen, las vicisitudes que ha experim~nta
do y las influencias morales del cruzamienio de las razas que la componen.
Lo que tenemos que decir ahora, hupie–
ra debido ocupar el lugar inmediato despues de nuestros estudios sobre la poblacion; pe– ro entonces esíe capítulo habria sido de una extension desproporcionada. Sin embarl¡Jo, al formar un capítulo aparte de,lo que estric– tamente la etnología, nos hubieranl0s ex–
puesto á no encontrar la materia necesaria
sino para un capítulo demasiado corto, si precisamente no hubiesenl0s tenido la obli– gacion de dar una ligera reseña de los usos
y costumbres de los indios no civilizados, cu– yos hábitos presentan peculiaridades bastan– te interesantes para merecer un lugar obli. gatorio en una geografía.
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