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VI

La ley reglam.entaria de la administra– cion de justicia es de 4 de julio de 1851, y sus

ADMINISTRACION DE LA JUSTICIA Y

LEGISLACION.-Las dos secciones en que la Constitucion dice que debe dividirse la Cor– te Suprema de Justicia, residen la una en Lean y la otra en Granada.

La jurisdiccion de la primera compren– de los departamentos de Leon, Chinandega y Segovia, la de la segunda los departamen– tos de Granada, Rivas, Chontales y Matagal– pa.

MARINA.-Aunque la configuracion de sus costas llam.a Nicaragua á ser un dia una

nacion esenciahnen±e marítima, la rnarina nicaragüense no existe aun. Este servicio

está limitado ahora á la capitanía de los puertos de San Juan del Norte en el Atlánti– co, y San Juan del Sur y Corinto en el Pací– fico (1). La costa del Atlántico, entre el ca– bo de Gracias á Dios, Blewfields y San Juan del Norte, hace en verdad un poco de cabo–

±~ge; pero este IUovimienio rnarífizTIo, gra–

Olas a las pecularidades administrativas de tod,,; esía costa, escap!" á la inspeccion del Gob1erno. .

Cada puerto tiene su reglamento, que or– ganiza su servicio, tiene tambien tarifas pa– ra el desembarque y embarque de pasajeros Y mercancías, el viajero puede exigir que se las presenten por no pagar mas que los pre– cios autorizados. No hay faros, ni semafo– ros, ni balizas. En la época en que se espe– ra la llegada de un vapor, se lnanda un vigía en algun punto culminante para señalarlo á tiempo.

La navegacion interior es la única que se ha podido desarrollar un poco hasta aho– ra, aunque solamente en el gran lago y en el rio San Juan. Es puramente comercial, y

se hace por medio de piraguas que cargan de

300 á 500 quintales. El último reglamento de aquella navegacion es de 22 de diciembre de 1861. Antes que se estableciera la línea actual de vapores, esta navegacion ocupaba

400 marineros.

trincheras forma un reducio capaz de resis– tir un asalto.

El delitp militar el mas frécuente, es la desercion, la falta disciplinarÍlá, la mas co– mun en el ejército, es la ebriedad. Los deli– tos en cam.paña están juzgados por consejos de guerra, y, en tiempo de paz, por los jueces lnilitares ordinarios. En los asuntos civiles, los militares gozan del fuero, en estos casos, el mayor de plaza hace funciones de alcalde,

y el gobernador de juez.

No hay cuerpo especial de ingenieros mi– litares, ni hospital, escuelas ó servicios de in-tendencia especialmente afectados al ejérci– to, en una palabra, ningun otro servicio que los tres cuerpos que l}emos mencionado. El número de cañones es de 22, compren– diendo los que arman los fuertes del Castillo

y la posicion de San Carlos. El fuerle que existía en este último punto está abandona– do. El primero, protege la navegacion en el rio San Juan y sirve de presidio para cier– tos delitos. Son las únicas fortificaciones que posee el país, las de Granada están arruina– das. En tiempo de guerra civil Se fortifica á toda prisa la parte central de la ciudad por medio de trincheras que atraviesan todas las calles que llegan á la plaza. Las casas que

se encuentran á la altura de las barricadas (1) En cada nno de estos puertos hay un gobe>nadol' in-

están almenadas, y el conjunto de casas y tendente.

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las charreteras, pero casi todos los oficiales llevan traje de paisano.

Los departamentos están divididos en distritos militares, en cada uno de los cuales hay una pequeña guarnicion, para mantener el orden y aun vigilar el contrabando. Sin embargo, hay una tropa especial exclusiva– mente afectada al resguardo de hacienda, depende inmediatamente del subdelegado. En la cabecera hay un servicio de plaza, ba– jo las órdenes de un gobernador militar, que manda á las tropas de todo el Departamen– to.

El soldado nicaragüense, quizás por falo ta de disciplina, no tiene el arrojo muy im– petuoso, poco ejercitado en las maniobras y en el manejo de sus armas, apunta m.al, gri– ta mucho y rompe las filas tan pronto corno empieza una acciono Las batallas tienen siempre la forma de un combate en guerri– llas. Pero resiste perfectamente á las priva– ciones y fatigas, viaja sin otro aparato que sus municiones y una cobertura, y vivaquea indiferentemen.te en cualquier lugar y en cualquier tiempo. El' servicio de plaza se hace con m.ucho rigor, á pesar de la negli– gencia aparente que reina en los cuarteles. El reglamento para el servicio interior, el de plaza y el de campaña son mas ó me– nOS la reproduccion de los de los Españoles. Tienen la fecha del 23 de agosto de 1858, y determinan tambien las recompensas y cas– tigos, la administracion y la justicia 'lTIilita– res, etc. No hay condecoraciones honorífi– cas en Nicaragua.

La bandera nacional es la de la antigua confederacion: se compone de tres fajas ho– rizontales de igual ancho. La de en' medid es blanca y lleva el escudo de armas de la República, las otras fajas son de color azul claro. Las armaS del Estado se componen de un círculo en que se ven cinco volcanes á la orilla del mar, y el sol saliendo tras del mas elevado. Estos emblemas se reproducen en todos los sellos de la adrninistracion.

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