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« Previous Page Table of Contents Next Page »dancia exiraordinaria, y que comen, ora ios– lado sobre las brasas, ora cocido debajo de las cenizas, segun la especie. Los niÍÍos, que hasia la edad de diez ó doce años, pasan la vida compleiamenie desnudos en el agua, ó en un boie pequeño y proporcionado á sus
fuerzas, saben matar en una sola tnañana,
con pequeñas flechas de palo duro, mas pes– cados de los que la familia puede co~er.
Nada haria cazar esfos Indios cuando iienen basianles provisiones; para que eniren en campaña, es preciso que la familia esié compleiamenie desprovisia de víveres. Las mujeres se quedan en casa y fabrican fejidos de algodon ó de corieza, preparan los colo– res para pintarse el cuerpo, é, independien– femenie de los oficios acosiumbrados de su sexo, son ian diesiras con1.O los hombres en manejar boles y olros ejercicios violenios.
Esios indios iienen pláianos, pero no el
verdadero, sino el que se conoce en Nicara–
gua con el nombre de "Pafriofa", Sus "Cha– güifes" (planfaciones de pláfano) esfán selTl– brados sin órden, y las malas yerbas invaden
sus semenferasl ademas no tienen cercos, y
lOS monos, las dantas y airas animales las perjudican diariamente. El único moiivo que puede decidirles á salir de su antipaiía por las ocupaciones agrlcolas, es la necesidad de embriagarse, y por consecuencia de culfi– var el maiz. De modo que el pláiano, de que no saben sacar alcohol, no iiene atracti– vo PElra ellos. Lo confrario sucede con la
yuca, de que saben exlraer un aguardiente
en ve.rdad desagradable, pero muy fuerie, por medio de un alambique inrorme de ba– rro. Saben iambien hacer una bebida fer– meniada con la semilla iierna del achioie, y ofra q:m la pulpa que envuelve los granos del cacao silveslle. Hacen con esie cacao, una especie de chocolaie, azucarado con miel de palo, y aromatizado con varias planfas de olor muy fuerle, enire las cuales se nafa con sorpresa el bálsamo de copaiba.
Se encuenira á veces enfre ellos el maiz molido en una piedra hueca, por medio de ofra piedra cónica que sirve de majadero. La masa gruesa obfenida por esie procedimien– fa se alza envuelfa en hojas verdes hasta que se agria; despnes se arrolla entre las ma– nos en forma de pequeños cilindros, que se
cuecen suavemente entre las cenizas. Su co–
cina se compone de tres piedras, enire las cuales se hace el fuego. Alrededor de esfe se ven siempre montones de una especie de caracol, muy abundante en todos los rios de la República, y que es un alimenfo muy nu– fritivo, á pesar de su insipidez.
Estos Indios son alegres y benévolos por naluraleza. Todos son gordos y robUSfos; sin embargo, viven poco, los excesos de la embriaguez les arruinan el temperamenfo Se deierioran el eslómago, quedando frecuenie– menie mucho fiempo sin comer, y Se consu– lTlen el sistema muscular durmiendo á me-
nudo, ébrios sin sentido y desnudos, en el suelo húrnedo, expuesfos al sol, á la lluvia ó al sereno. Un gran número de ellos ha con– iraído la lepra mosquita, ó "pinfo", en sus viajes a la cosfa, y esfán cubierios de man– chas blanquizcas ó azules. En todos, la piel, consfanfemente azotada y rajada por las es– pinas, se ha vuelfo escamosa y callosa, sobre fado la de las piernas.
Los caribes no son fueries, á pesar de su corpulencia y de su buen semblanfe; son mas propios para soporíar privaciones que para ejecufar frabajos duros. Pocos nacen defor– lTles, y de las enfermedades accidenfales l~
mas comun enire ellos es el ser "tuerlo". Los
ancianos son basiante decrépifos, sobre fado
entre las lTIujeres.
Hacen sus casas con mucha solidez. Se componen de un techo elegante cuyos decli–
ves son muy inclinados, y descansa~ sobre
horcones en apariencia demasiado delgados, pero hechos de lTladeras excesivamenfe du– ras é incorrupfibles. El enfejado se hace con
una pequeña palma enana llamada "suita",
y cuyas hojas disponen ian perfecfamente, que nunca pasa la mas pequeña goiera. Es– fe balago nunca pudre, y dura indefinida– lTlenfe. Por una disposicion lTluy original, ca– si íodas las casas terminan en punta en sus extrelTlidades; de lTlodo que el íecho tiene la fonna de una embarcación volfeada la qui– lla por arriba y sostenida por horcones. Tal debe haber sido en efecto el abrigo primitivo de estos pueblos, y aun ahora es frecUenfe– mente el único resguardo del Mosquito de la costa.
En general las casas no tienem paredes; cuando las hay, son de cañas ó de ramas, pe– ro con espacios muy grandes entre sí, lo que hace parecer la casa á una gran jaula. El suelo es de tierra pisonada, no Se ven oiros asientos que unas piedras planas ó unos fu– cos cúbicos de lTladera; á veces hay un ban– co de una sola pieza, ó una especie de fablon sosfenido por frozos de piedra ó de lTladera. Sin embargo, prefieren senfarse y descansar en el suelo. La parie mas imporianfe del lTlO– boliario es la coleccion de las indispensables vajillas de barro. Esas vajillas no son muy
coITtunes, Inuchas son de una antigüedad
muy relTlofa y fal vez anferiores á la con– quisfa, su forma es graciosa, y su solidez muy grande, no llevan frazas de pinfuras, ni de barniz alguno, pero eslán cubierias de di– bujos 10scos, ora en relieve, ora en hueco. Las hay de fados fan1.años, desde las de lnas de una vara de diálTlefro, hasfa las en que no se puede enfrar el puño; lTlas, grandes ó pe– queñas, fodas tienen la misma forma, que es la de una olla comun de hierro cuyo fondo seria cónico en lugar de ser esférico. El agua de beber se conserva en calabazas de fodas
formas y dimensiones, pero sin adorno.
Cuando hay lugar á femer el ataque de las fieras, la casa esfá rodeada de una cerca
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