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mas propio para aprovechar ~os recursos que 10 rodean, y en medio de los' cuales ha sido criado.

Nos limitaremos á indicar cuáles son las principales ocasiones en que se ha produci– do un criollo:

1 9 O el padre ha venido ¡ de Europa con hijos recien nacidos.

2 9 O el padte ha venido de Europa, casa– do, pero no habiendo ienido aun hijos, y los ha ienido en el país.

3 9 O el padre ha venido de Europa, sol– iera, y se ha casado con una lnujer venida de Europa, con ó sin hijos.

4 9 O el padre ha venido de Europa, sol– iera, y se há casado con una criolla.

59 O el padre y la madre son criollos. Todos e.sos diferentes casos producen lo que se llama comunmenie un criollo (1) ¡ sin sin embargo, hay ligeras diferencias entre los producios, segun una ú otra de las proce– dencias arriba mencionadas. La recíproca, es decir, el Cl3.S9 en que se diria "la madre", en todos los lugares donde hemos dicho "el padre", en 10 qlle acabamos de escripir, no suministra fampoco un producto absoluta– mente igual. De un modo general puede

sen~arpe que se admiten lres clases; el pro– duciq de padres inmigrante!,! y blancos ab– solutos. eS el criollo propiamente dicho; ?l cruzamIento de los criollos entre sí da los m.e– dio-criollos, y ~l producto de los blancos con los criollos form¡;¡. una, clase i)."ltennediaria.

Desgraciadatnente no hace b¡;¡.stante iiempo q\1€l'los' criollos de la América Lati– na han. s<;l.cudido el y u g o de España, y la inf1,],ll.;lneia desastrosa (2) del pasa,!io y de las prevenciones casfellanas pesa fo– davía demasiado el! la balanza de los des– tinos . ~e Nicaragua. i,ª~ malas costumbres adqUIrIdas no podían enmendarse, sino por una fuerte edUcacion de ambos sexos, con– forme á la ampllfud de las instituciones re– publicanas, y por la aclividad;indusfrial. Una y otra han sido hasta ahora desatendidas por los Gobiernos, cuyo recursos maieriales y morales eran empleados únicamente en

~antener el equilibrio entre las conipefen– CIas de los padidos. "España había enseña– "do á sus colonias que el trabajo era una "vergüenza, la religión un comercio, el oro

. (1) En todas las cuestiones de lazas, el clio/lo debe con– sHlelarse como un mestizo; la expeliencia ha probado que la

natur~leza tio se conduce con él como si fUese una laza pUla: por eJemplo, en el caso del casamiento de una cliolla con un indio Ó .1!n n~gro, la ley de retomo se velifica pel'fectamente, y los hIJOS tIenen 1TI/lS de la IIlZa pUla, es decÍJ, del padle, que de la madle

(2) La. situacion actual de España justifica todo lo que puede decllse sobre la lamentable influencia del sistema po– litico que ha seguido desde afiO años.

"el primero de los bienes, v el orgullo la pri– "mera de las virtudes. Les habia inoculado "el gusfo por los iítulos retumbanfes, e~ odio "por las creencias y la persona del exfranje– "ro, la pasion del juego, la costumbre de la "adulacion hipócrita en las relaciones priva– "das, y ese horroroso vicio de la envidia, que "hace que muchas veces se levanie una opo– "sicion á una medida de uiilidad pública, por "el único motivo que enriqueciera demasia– "do al que la ejecute. Nicaragua no se ha "eximido todavia de esfas cadenas morales "y esto solo explica su inferioridad y sus des– "gracias", fEelly). Es preciso, sin embargo, confesar que ha enirado en el buen camino; se nota en la joven generacion de los crio– llos actuales un verdadero espíritu de pro– greso, y no hay duda que, cuando estos ado– lescentes sean hombres madurqs, y ocupen, en el gobierno de su país, el rango á que Henen derecho, sabrán lanzarlo resuel±amen– fe en la corrienfe de la civilizacion moderna, en que varias Repúblicas americanas han en– trado ya honrosarr\ente.

VIII

El cruzamienfo de las razas humanas, aunque esté subC?rdinado á lodos los capri– chos del amor y de la imaginacion del cora– zon y de los sentidos, del aZ<;l.r ó del crimen, como tambien á las repugnancias ó a las simpatías individuales, no cleja por esto de esfar sometido á ciertas reglas, que es preci– so recordar sucinf¡¡¡.mente.

El cruzamien~o es "direefo" cuando va del blanco al fipo pe color cQn el que el blan– co está en contado, y entonces fiende á pro– ducir un tipo m~s y mas cQ~orado. Si, por ejemplo, un blanco absolu±9 Hene un hijo con una negra abpolufa, y qüe esie hijo, á su vez, tenga un hijo con una ;J.egra, este siste– ma, seguido con exaefitud, l)ega á producir mestizos mas y mas negros, p por hablar me– jor, menos y m~nOS blancos: es el cruzamien– to "direefo" (l).

El cruzamiento "indireC±o ó de reforno" se efectúa por los mismos procedimientos, re– m.ontando del tipo de color al tipo blanco.

Se admite que hay "ocho" grados entre dos iipos diferentes; pero esfo no quiere de– cir ocho generaciones y merece lina explica– cion. Por ejemplo, la primera mezcla de un blanco absoluto con un tipo de color da lo que se llama un "cuarieron" (21, es decir, la "mitad" entre dos ex1remos divididos por "ocho" espacios.

(1) La palabla cruzamiento no tladúce completamente nuestla idea Hubiélamos prefelido la palabra mestizacion,

ó mestizmo, ó mestizamienio, que desipaciadamente 110 exis– ten en español. En fJancés, hay una' difelencia muy notable entre cloisemel1t, métisme y métissage.

(2) En las Antillas se iJamll. Cual teron a! producto de u~

bl¡mco con U!1a mula.ta; peto esta desfgnaCion es inexacta. .

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