Page 136 - RC_1965_09_N60

This is a SEO version of RC_1965_09_N60. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

el clhna de las regiones donde se establecie– ron, habian estampado en el tipo de cada uno de ellos un caráder del todo especial, con esa energía tan notable, que es difícil su– poner en estas fuerzas, inertes en apariencia, de la naturaleza, pero cuyos efedos sorpren– dentes podemos averiguar todos los dias. En el declive del Atlántico, las diversas tribus que hablaban el "caribisi", no tenian casi ninguna agricultura, y sacaban su subsisten– cia de la caza, de la pesca y de las frutas es– pontáneas de los bosques; una vegetacion que la combinacion del calor con lluvias ex~

cesivas desarrollaba de un modo ex±raordi– nario, les habia obligado á habitar en la ori– lla de los rios, que les ofrecian un macla de comunicacion ya abierto, mientras hubiera sido tan difícil practicar uno en la espesura de los bosques, la exigüidad de los recursos naturales, que formaban la base de su exis– tencia, les obligaba á diseminarse por pe– queñas fracciones aisladas, y á mudar fre– cuentemen±e de sitio. Por consecuencia no podian tener vínculos sociales, y no pos~ian

mas que una apariencia de organizacion po– lítica y de creencias religiosas, su industria graciosa en verdad en sus pequeños resul±a~

dos, era informe y bárbara en sus procedi– mientos.

Por el contrario, en el declive occidental, donde las lluvias son relativamente poco abundantes y mas regulares, siendo tambien el país mas descubierto, y el clima mas fres– co y sano, las poblaciones se encontraban numerosas y campadas, y ponian en prácti– ca un verdadero y completo sistema de orga– nizacion civil y religiosa, al mismo Hempo que una agricuHura y l.\na industria formal–

men,~e desarrolladas.

Tales son las diferencias fundamentales que presentaban en el órden moral los ha– bitantes primitivos, aborígenes ó no, que po– blapan á Nicaragua antes de la aparicion en este país de los conquistadores españoles. En cuanto á las diferenCias flsicas, no hay duda que debía haberlas, á pesar de la fu– sian 'casi completa de las razas originales, la costumbre de cargar por medio de un cordel pasado sobre la frente, la de modificar la forma del cráneo de los recien nacidos (1), las picaduras y pinturas en el cuerpo, cier– tas mutilaciones de las narices, de los labios ó de las orejas, los hábitos mas ó menos gue– rreros ó agrícolas, la aHcion á los viajes ó a la embriaguez, todo eso debía, con el tiem– po, haber estampado en las cuatro razas con– sideradas como aborígenes de Nicaragua, ti– pos especiales que las diferenciaban unas can otras, y las cuales, aunque vagamente, pueden encontrarse, todavía en nuestros días,

(1) El tipo Niquil'ano, es decir Azteca, debía düelil' tanto mas del Chorotegano y del Chontal, que Sl\ establecimiento en el país era lelativamente leciente en el tiempo de la con– quista. (Véase capítulo 1').

en las regiones que cada una de ellas ocu– paba entonces en el territorio. Puede igual– mente concebirse que, en la frontera que Ele– Paraba un¡;i de otra esas regiones, debía exis– tir una especie de zona "metamorfica", ha– bitada por mestizos de los dos pueblos limí– trofes.

JI

La llegada de los Españoles, y su esta– blecimiento en el país en 1523, modificó pro– fundamente el estado de las cosas.

Los aborígenes, a consecuencia del error que habia hecho descubrir el continente ame– ricano buscando el camino para la India, fueron llamados "Indios".

Los conquistadores españoles, en su ma– yor pade soldados ó marineros brutales, aventureros ávidos ó hidalgos pobres en bus– ca de foduna, preocupados únicamente de satisfacer su ambician, aun á costa de mil peligros, no habian pensado por ciedo en lle– var mujeres consigo en sus primeras expedi– ciones. A<;iemas, muy pocas hubieran en– contrado, que consintiesen en acompañarlos en sus car¡;¡.belas incómodas y peligrosas, y sobre una ruta apenas conocida. Así es que se formaron casi inmediatamente mestizos de blanco español con indias, en la América Central los llamaron "ladinos" (1).

En la misma época, la conquista fué acompañada de violencias espantosas, que en poco tiempo aniquUaron casi toda la po– blacion indígena. La parte de esta que se sOlnetió fué encerrada en ciertos pueblos es– peciales, y los que no quisieron someterse hu– yeron hacia la cordillera, y se mezclaron con los caribes.

No se debe olvidar que la nacion espa– ñola ofrecía ella misma, en aquella época, tipos muy heterogéneos, que envolvian todos los matices que pueden encontrarse en Euro– pa entre el Godó y el Moro.

Pocos años despues de la conquista, y á consecuencia de la despoblacion de que aca– bamos de hablar, se produjo un hecho muy notable: en un país donde un pequeño nú– mero de blancos habian encontrado y suje– tado á todos los abusos de la fuerza un pue– blo numeroso, esos mismos blancos, que ya habian con±raido esa indolencia relativa que comunica el clima de los trópicos á los que no han nacido en él, no pudieron conservar de la actividad y de la energía europeas mas que lo necesario para la guerra y el manteni– miento de su dominacion. Demasiado ávi– dos para satisfacer su ambician solo con el producto de su trabajo, pronto se vieron obli– gados á introducir negros esclavos," para reemplazar á los obreros indios, con los cua-

(1) Mucho tientpo se dió este nomble al indio que sabía hablar el castellano; pero al fin, en C. A., se aplicó especial– mente al mestizo de blanco é indio.

JO)

Page 136 - RC_1965_09_N60

This is a SEO version of RC_1965_09_N60. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »