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las dos exiremidades, de alg~na solera. En esta Colmena (Jico±e), por cierlo muy origi– nal, se recoge la miel en cierlas épocas, por medio de procedimientos del todo primiti– vos. La abeja de los jicotes no tiene ponzo– ña; sus costumbres, los cuidas que necesita, las flores de que saca la miel, etc., todo cuan– to la concierne, está aun ignorado. La cera de jicote es negruzca, y la miel no se encuen– tra en celdas iguales y simétricas. No se sa– be blanquear la cera en el país.

La brillante familia de las Mariposas (Lepidop±eros), y la de los Abejones (Coleop– ±erós), ofrece al naturalista muchos objetos de pesquizas interesantes, é individuos raros y magníficos.

Entre los insectos nocivos daremos el primer lugar á la Langosta, especie de or·uga pequeña y amarilla, muy abundante, que ataca y destruye en poco Hempo cierlas plan· ±aciones, sobre todo las de añil y algodono El nombre de Langosia es el de otro insecio tambien muy destructor, pero provisto de alas, y que viaja en nubes; es célebre por sus estragos en Africa y otras paries, y sin duda es por analogía en los males que ambos pro– ducen, que se ha dado en Centro América el nombre del famoso odoptero, á la oruga le– pidoptera destructora del añil y del algodono La verdadera Langosta (Gryllusl se llama en Nicaragua Chapulín: no deja de hacer inva– siones; pero eso sucede en ocasiones muy ex– cepcionales.

Las hormigas se presenJ:an con la mayor variedad de formas, clase y cos±Ulnbres. Al– gunas son enormes. El Zompopo es el ene– migo invencible del cul±ivador. Las guerrea– dóras hacen riügraeiones des.l:rtiyEmdo sobre su pasaje fados Jos bichos y otros· insectos malos; otras, amarillas y muy bravas, ofrecen la parlicularidad de oc.upar todas las espinas de .un arbusio, el Con'lizuelo (Acacia corni– gera ó Cornua mascula) 1 otras, negras y muy pequeñas, vivei:J. en las casas, y son inuy no– tables por su inst41to para enconirar las co– sas que procuran comer, dómo tambien por su organizacion y costumbres, etc. Hay un Arador que agujerea los barriles, y otro que es parásito de los animales y del hombre.

Las avispas (Vespa) son muy molestas: sUI> nidos de carlon cuelgan de iodos los ár– boles, y aun de los techos de las casas y de allí se precipitan sobre los que se acercan demasiado.

Existe una Cantárida (Ly±±a vesica±oria); pero su concha verde es pintada de amari– llo; es muy cáusHca y bastante rara. El Ce– taina Dorado es mas comun.

El Comejen (Termes faiale), bien cono– cido por los males incalculables que causa, tanto en las habitaciones como en los mon– tes. Los hay de dos ó tres clases, pero todas Henen los mismos insEn±os destructores. Sa– can su subsistencia de los cuerpos orgánicos cqntenidos en las celdas de la madera ó ma-

terias análogas. El residuo de su alimenfa– cion es un polvo parecido al aserrin, tienen el arle de aglomerarlo con una secrecion su– ya propia, y forman así sus nidos á manera de colmena, donde viven en comunidad. De allí se extienden en todos los sentidos, cami– nando siempre al abrigo de una galería que construyen de la misma materia que el nido central. Las legiones que contiene un solo nido son innumerables, y su actividad espan– tosa; ningun obstáculo puede impedirles el paso, y no es raro verles franquear uh espa– cio vacío, pero carla, en un puente tubular formado siempre con la misma materia que la de las galerías. El comejen es un verda– dero azote de Nicaragua: no solamente hace perecer en el monte un sin número de árbo– les útiles, sino que tambien se introduce en las habiíaciones, y nadie puede dispensarse de coniar con él y tornar sus precauciones. No ataca el cedro y varias maderas aromáticas, aunque muy bien pasa sobre ellas. Un he– cho muy notable en la historia natural de es– te insecto, es, que cuando las celdas del nido están llenas de huevos, las hen1.bras vuelven á fecundarse, y entonces crian alas. Luego salen en nube, sobre todo durante los "ven– dabales", y se dispersan en todas direccio– nes. Cada una, en el lugar donde cae, for– ma un nuevo nido que, á los pocos meses, es– tá lan poblado corno el primero. Se condibe que can semejantes facu1±ades de reproduc– cian, y costumbres tan dañinas, el comejen es un animal temible, que se debe tener en cuenta en todas las construcciones é instala– ciones, bajo pena de verlas aniquiladas en poco tiempo. Hay tambien Gorgojos ·que destruyen los granos. .

Enlre las aracnides hay algunas cuyo pi– quete es ponzoñoso, pero no morial. Una es–

pecie de Taréntula que se encuentra en el campo, pica el pié de los caballos y ganados, y les comunica una claudicacion á veces i~­

curable: se dice, sin embargo, que la hiel de cascabel, conservada en alcohol, es un reme– dio seguro de esta picadura.

Los Alacranes (Scorpio) se encuentran frecuentemente en las casas, sin embargo su picadura es mas bien dolorosa que peligrosa. En el monte hay una clase mas negra y mas grande, cuyo piquete exige algunos cuida– dos. Se ignora generalmente que el aceite de alacranes, es decir, el que ha tenido ala– cranes en suspension durante algun tiempo, es el mejor remedio contra el veneno de aquel animal. El nombre de Escorpion, si– nónimo de Alacran, se dá aquí á una Lagar– tija inofensiva (Lacerla agilis). Las Escolo– pendras (Scolopendra morsitans) se llaman Centopiesl las peligrosas son muy raras.

Los enemigos mas encarnizados del hom– bre son los Zancudos ó Mosquitos, y las Ga– rrapatas (Acarus ricinus y A. reduvius), los primeros son de muchas clases y algunos pi– can muy cruelmente. Uno de ellos, de ta-

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