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« Previous Page Table of Contents Next Page »2' SERIE.-PLANTAS HILABLES
3' SERIE.-PLANTAS OLEAGINOSAS
El Algodon (Gossypium herbaceurn L.) se daría admirablemente en Nicaragua, y so– bre todo en la costa de Mosquitia. Por des– gracia, los ensayos hechos en grande escala, en el momento de la guerra de la secesion en los EE. UU., lo fueron por manos inexper– tas, y no tuvieron buen éxito; ademas, se hi– cieron precisanten±e en un año en que hubo l'nucha langosla, de rnodo que este culiivo iíene fmna de poco provechoso. Hay, sin embargo, iodavía algunas plantaciones, y en muchas paries se encuenlran plantíos de al– godon, aislados y pasados al estado silvestre, que surninis±ran la materia prima á algunos tejidos indígenas. El fracaso del algodon ha sido un bien para Nicaragua, que no posee ahora ni los brazos, ni los medios de expor– iacion necesarios, para entregarse al culiivo del algodon en iíen1.po nonnal.
Pero lo conirario sucede con la Pita (Bromelia pita) (12 $ quintal), la Cabulla (Agave) (9 $ quin±al), la Piñuela (Brome– lia pinuela), el Plátano (Musa), y en una palabra con iodas las fibras mas 6 menos pa– recidas al cáñamo. Todos eslos producios son objetos de una demanda constante en los mercados. La drupa del coco vale hasta 4 á 5 $ el quintal para el uso de la espadería. El iallo del pláiano, l"t18chacado, exprimido y secado en panes, sé vende, para hacer papel, á precios ventajosos, aunque muy variables, segun la escasez del trapo.
La industria indígena saca provecho del Tule (Arundo) y de varias otras plantas (Juilcus-Cyperus) para hacer petales; de va– rios bejucos y cortezas para hacer algo de cesieria; de varias palmas para hacer varios objetos, sobre iodo sombreros. Es±os se ha– cen lambien con piia, y á veces tan finos, que lnuchas personas los comparan á los lla– luados de Popayan ó de Panamá, Esta creen– cia es un error; la lniüeria empleada para la confeccion de los sorrlbreros que acabamos de mencionar es un junco, que crece á la ori– lla de los rios panianosos, y está conocida en el comercio con el nombre de paja de Ji– pijapa ó de Guayaquil. En Nicaragua se ha– cen sombreros únicamente con palma ó con pita, sin embargo la pita fina, propia para esta fabricacion; se puede vender en Europa de 10 á 60 $ el ql., segun la fineza.
Son numerosas, la mayor parle olvida– das, y aun, de muchas, se ignora que conten– gan aceHe. La produccion de esta materia de primer órden es n1.uy limifada en Ni9ara– gua. Las palmeras Son las únicas plantas explotadas y en escala muy reducida. Se en– cuen±ra aceite indígena de coco, de corozo (A±±alea cohunal, de coyol (Oleracea vinife" .
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ce, presentan, sea un aroma, sea un rendi– miento propio de Nicaragua y que ninguna competencia puede arrebatarle. Dios ha da– do así á cada país cierias producciones pri– vilegiadas en cuyas calidades El lo ha hecho iodo y el hombre nada. Hay iInpiedad en desdeñar esia ventaja naiural.
La Caña dulce (Saccharum officinarum L.), se desarrolla en Nicaragua con una lo– zanía extraordinaria. Es originaria de Ben– gala; pasó á Persia, Arabia, Egipto, Sicilia y
España meridional, y de allí. á las Canarias en 1420. Colon, en 1490, la llevó á San1:o Do– mingo, de donde fué ±raspor±ada á Trujillo por Coriés y propagada en Nicaragua por Pe– drarias (véase hisioria, pág. 20). La varie– dad de Oiaifi ha sido inlroducida en Ja– maica, en el siglo XVII, por el capitan Bligh, y de allí pasó al confinenie.
Sea cual fuere el método que se emplea aquí para la simnbra de la caÍÍa, esia llega muy pronto y sin accidente á su n1.adurez, y
despues, la planlacion se mantiene "indefi– nidamenie". Hay cañales en Jinolepe que nadie se acuerda quién fué el que los sem– bró. Cuando se resiembra la caña, es por– que, al cabo de muchos años, se vuelve á ve– ces un poco dura, y menos rica en jugo; pero no deja nunca de reproducirse, y esl", sin abono.
Los productos son de cantidad muy sa– tisfacioria y de calidad excepcional; no exi– ge ni riego, aunque esl:e le sea favorable, ni terrenos especiales. En verdad, algunos le son mas propios que otros; pero, en fin, se re– produce aun en los mas ingratos, lo que es eviden±emenle un signo de que el clÍlna y el país en general le son muy propicios; mien~
iras tanto, en las Antillas, eslá uno obligado á volverla á sembrar á los pocos años, aun
e~l los terrenos reputados de los mejores, y con gran refuerzo de "guano". Sin embar– go, el cul±ivo de la caña en Nicaragua pro– vee apenas al consumo del país en azúcar y aguardienie. La exportacion es insignifican– ±e en comparacion de lo que debería ser.
Mencionaremos por rnemoria el Nopal (Cac±us opunlia), sobre que vive y se cose– cha la cochinilla (Coccus cadi).
Debemos colocar aquí el Jengibre (Amo– mum zingiber), cuyo cuHivo es abandonado y la Saca tinta (Jusiicia... ), planta conocida desde mucho tiempo como indigofera, aun– que hasta hace poco se le ha podido hallar un coago. Los indígenas conocen ademas
y emplean los zumos de un gran número de
p~anias, de las cuales sacan colores, no diré muy hermosos, porque esl:án groseramente preparados y mal empleap.os, pero muy fi– jos, lo que es lo principal en materia de prin– cipios colorantes. La química eslá llamada
á hacer, sin duda, interesantes descubrimien" ios en este asunto, como tambien acerca de las plarttas cuyos zumos se emplean como agentes coagularites 6 aglutinativos.
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