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« Previous Page Table of Contents Next Page »fada suficientemente, es comestible y sirve de base á varios ahnívares.
La familia de los Aguacates (Persea gra– tissima Goerin.) y las interminables varieda– des del Zapote (Ach:rasapola L.) , los Mangos (Mangifera indica L.), los Mameyes (Mam– mea americana L.), la Papaya (Papaya vul– garis L.), el Icaco (Chrysobolanus icaco L.), la Granada lPunica grana±um L.), la Manza– na de Rosa (jambosa vulgaris), la Chilca (Plumeria), el Olosapo, el Coco (Cocos nuci– fera L.), y oiras fruias de pal:rneras, el Caimi– fa (Spondus tuberosa'?) el Joco±e (Spondias myrobolanus L.'?), el Níspero (Achrasapoia L.), el Almendro, el Higo (Ficus carica L.), forman la mezcla mas variada y agradable de los árboles originarios de América y de los introducidos despues de la conquis.ta.
Añadirelnos algunas frutas mucho lne– nos imporiantes, que por lo regular son sil– veslres, y que suelen comer los niños: el Pa– paturro, Aceituno, Jocote de fraile (Boncho– sia), Capulin, Guiscoyol (BaC±rix horrida), Límoncillo, Jígual±i, Mimbro, Quesillo, Coyo– lito, Nanzife (Malpighia), Manzanilla, Pita, y Piñuela. En la Herra templada hay mu– chas otras clases de pequeñas frutas silves– tres: v. g. la Posoqueria sptae.tabilis Warp; la mas impor±anie es la Mora (Rubus idoeus). En la rnislTIa region se culfiva el Matasano lCasímiroa edulis Ll. y Les.)
Empero, no se puede disim.ular que Ni– caragua tiene todavía lTIUcl,O que hacer en el sentido de la aclimatacion de las frulas. Le faHan aun un sin número de las que pue– blan las huerias y los mercados de Lima ó
dé Méjico; no ha tOlTIado casi nada á la po– lTIologia de Asia, Oceanía y Africa. Ademas, bien que la Herra ftia produzca adlTIirable– mente todas las frutas del Norie, la falfa de caminos se opone á su venta y por conse– cuencia á su cultivo. Sinembargo, las faldas de los volcanes presentan lugares lTIuy a pro– pósito para formar huertas de ac1ima±acion. A 3,000 piés de aHura sobre sus verfien±es, se encuentra la mora, y se sabe que, en la zo– na interiropical, donde hay mala se pueden cultivar la fresa, la cereza, la ciruela, el no– gal, el lTIeloco±on, la avellana, la allTIendra, la manzana, la pera, el lTIelTIbrillo, el alba– ricoque, la castaña, las grosellas, frambuesas y iodas las variedades de uvas.
Aquí nos permitirelTIos una observacion incidenial y es que las frutas no son en Ni– caragua el objeio de ningun cuHivo. Se siem– bran de selTIilla y crecen COlTIO quieren, sin poda, ingerto, e±c... Este procedimienJ:o no tiene graves inconvenientes para con los ár– boles indígenas, como por ejemplo el zapote, marañan, mamey, guayaba, aguacate, pa– paya, eic., pero causa lTIucho perjuicio á los aclimatados, naturalizados é introducidos posteriormenie á la conquista, corno por
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ejemplo el mango (India), la manzana de rosa (Malabar), la granada (Argel), la fru– ta de pan (Malucas), el icaco (Senegal), efc. Todos estos árboles, esiando afuera de su pa– tria primiiiva, exijen un cuido especial para producir frutas tan buenas corno en su país nafal, ó sino las dan pésilTIas, y es lo que su– cede aquí por los que acabamos de referir: el café es el único que se cultiva entre los árboles introducidos.
CierJ:as aclilTIalaciones han sido hechas de un modo muy impropio. El higo, por ejemplo, eS un árbol muy útil, y que, en Si– ria, de donde es originario produce casi tan– ta n,a±eria nuiritiva COlTIO el dátiL Lo que Se cOlTIe es la flor (1 ), siendo la fruta una selTIillita negra, que se encuentra entre las etaminas de lo que vulgarmente llamarnos la frufa. El higo es un árbol dioÍco, es de– cir cuyos sexos están en árboles separados. Su. fecundacion se opera por medio de una aVlspa muy pequeña, llamada avispa de hi–
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0 (Cynips psenes), que penetra en el inie– nor de esta flor, que llamamos fruta, por el agujero situado en su vér±ice. Para traspor– ±ar el higo de un país á airo en buenas con– diciones, es preciso llevar no solamente un árbol de cada sexo, sino iambien la avispa.
Cua~do Cortés en 1560 frajo el higo á Méjico, llevo solo el palo hembra. Corno éste no da– ba sino flores, (es decir frufas) raquíticas, !nas iarde aira persona frajo el macho. AlTI– bos árboles se han propagado así en Cenfro– América; sin elTIbargo corno la fecundacion
~stá entregada al capricho del viento, ó á lnsedos de cualquiera clase, y diferentes del "c;:ynips ps~mes", se sigue que el producto del hlgO en NIcaragua es casi nulo. Esfa faIta de conocimientos hortícolas se hace sentir en lTIuchas paries: hay árboles de Dátil (Phoe– nix daciylifera) en el país pero todos Son lTIa– chos y por eso no dan frutas; sería necesario para esto introducir la hembra y praC±icar la fecundacion arlificial. He visto viñas que no daban frutas por faHa de poda efc...
El cultivo mejoraría aun lTIucho las fru– ias indígenas; así es que en las Antillas, cier– tos zapo±es, los aguacaies y muchas otras
fruta~ originarias de Centro América dan, por el cUldado, produC±os muy superiores á los obtenidos aq;uí. En Europa, el melocoton, la cere;za y cas~ todas las frutas finas son origi– nanas de ASla¡ pero son objeto de un cultivo tan pedecio, que son muy superiores á las qre produce su país natal, y que se han crea– do, y se crean J:odavia, variedades de lTIas en lTIas finas.
El ejelnplo del iomate es aun mas con–
cluye~:J.le: el i01na±e es una planta de origen alnencano que ha sido infroducida en Euro-
(1) Todos lo,s álboles de la familia Ficus, como v g el Matapalo, al Ch¡]amate, etc, se encuentlan en el mismo caso
~Q que CIca al vulgo que es la fluta es la Flor. Esta Cleen–
Cla enónaa es oligen de varias supersticiones populares.
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