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« Previous Page Table of Contents Next Page »can se levantó poco á poco por el producto de sus erupciones sucesivas, esas deyecciones no confienen mas que escorias, cenizas, lavas, piedra pomez y, en fin, materias de las que suelen ser echadas afuera y cuya composicion mineralógica, bien conocida, ofrece ninguna señal de metales. Si, por el contrario, ha ha· bido alzarniento parcial, este alzamiento no ha podido hacer l"l1as que levantar las capas superiores del suelo, que pertenecen por lo re– gular á los ferrenos secundarios esfrafiformes y e~"l los cuales no se encuenlran casi nunca meiales; las capas inferiores, compuestas de rocas primitivas, y por consecuencia casi siem– pre melalHeras, han debido en verdad ser le– van±adas en paríe, pero se han quedado en el medio del cono, ocul±adas bajo la capa supe– rior, y si alguna vez un frozo se ha despren– dido de la masa principal, ha caido en la hor– naza y ha sido expulsado afuera, ha salido desfigurado, descompuesto y seguramen±~
pIÍvado por la fuslon de los metales que po~
dia contener. Las lavas, que son probable– rnen±e la materia misn'la elel fuego ceníral, y que, por consecuencia, deberían contener io– dos los cuerpos, los contienen, en efedo, pero en el estado de mezcla ían perfecta, que cada uno está represeniado en ellas en proporcio– nes infinilesimales. Se sabe muy bien, ade– mas, que las 1'llaierias líquidas, aun cuando fuesen lavas en fusion, se colocan siempre en órden de densidad, de modo que el oro, como una de las materias mas pesadas, debe estar (si acaso eslá) en el "fondo" de aquel infinifo que se llama el cráier de un volcan; y como las lavas que Íorn'lan las olas no son mas que la parle superior del liquido, su es– pU111a, no pueden lampoco, contener oro, Los metales preciosos se encuentran en los lugares que pertenecen á un alzarnien±o bas– ±an±e extendido por haber llevado hasta la superficie del suelo las rocas primitivas, ó por lo menos las de transicion, cuya presen– cia indica que, á poca profundidad, se encon– traran l¡;¡.s rocas primitivas.
Me arrepienio casi de aquella demostra– cion cien-tífica, inútil para los inteligentes y ial vez poco inieligible para los que ignoran las leyes de la geología; pero he tenido por objeto evifar pesquisas vanas, tiempos perdi– do y funestas ilusiones á los que se dejarían tentar por preiendidas tradiciones locales y cuya acfividad se gasiaria en exploraciones inútiles mientras hubieran podido ser muy provechosas en otra parte.
Re dado ya las fechas de las erupciones del volcan de Masaya /capítulo J). Oviedo subió hasla el borde del cráler en 1529, y ha dejado una inieresante descripcion (1) de su aspecio en aquella época, en que estaba en aciividad perpé±ua. Despues subió fray BIas del Castillo, en el cual se hizo bajar dentro
(1) Crónica de Indias. -' Véase biblografí¡¡" al fin de esta obla.
del cráter hasta la orilla del líquido incan– descente que hervia en el fondo y reconoció que no era oro. En 1840 trepó el señor Siephens, y fados los datos suministrados por esas ascensiones han sido resumidos con talento por M. Squier. M. Belly subió en
1858, y su descripcion (2) pinta muy exac– tamen±e la sifuacion actual de este volcan. Siendo el Masaya el menos elevado y el mas accesible de todos, será sin duda. siempre el que recibirá mas visitas.
El mismo señor Squier hizo la ascension del Morno±ombo en 1850: visitó ta111bien el Momotombito, y nos ha dejado la descrip– cion de ambos en su obra pintoresca sobre NicaragUa (3). El Momoiombo, C01110 ya lo sabemos, está todavía en acfividad¡ en sus cercanías brotan muchos mananfiales de aguas m,inerales y termales.
El Orota hizo una pequeña erupcion el
14 de diciembre de 1867.
Oviedo señala que el Santa Clara y el Telica estaban en erupcion en el fiempo de la conquista. La ascension del Telica ha sido ejecutada por el dociar Julius Froeoel, que ha dado la descripcion de esie volcan en Su
obra: "Sie±e años de viajes en Cenlro-Anléri– ca" (4).
El 13 de abril de 1850 un nuevo cona eruplivo se ha formado al pié del de: Las Pi– las, y ha sido bautizado y descrito por M. Squier. ,
La ascension del Viejo ha sido ejecuta. da en 1838 por el capitan Edward Belcher, de la marina británica, que nos ha dado su descrípcion en su viaje alrededor del mun– do (5). Tiene tres cráteres, de los cUcHes uno confiene en el fondo una fuenfe termal muy abundante y de temperaiura muy elevada y cuyos vapores son á veces tan espesos, que hacen creer al vulgo que el volcan ,se está despertando y va á entrar en acfividád. El pirata Dampier, en la relacion de sus expe– diciones, señala que estaba en acfivídad en el siglo XVII.
I
En fin, el Cosigüina, cuya famosa erup– cion del 20 de enero de 1835 ha sido descri– ta muchas veces, y puede serlo aun por nu– merosos -tesfigos oculares. Esa úl±ima erup– cion ha sido tan tremenda, que ha deforma– do enteramente el vériice del cerro, que ya
no es mas que una especie de vasta circo trastornado y de un exámen difícil.
No es posible entrar en el pormenor de los fenómenos accesorios de aquella larga série de volcanes. En muchas paries hay aguas minerales de composicion química va– riada y temperaturas diversas, las cuales por
(2) A t1avelS l' Amélique centrale. Palis, 1866.
(3) Nicaragua, its People, etc. Nueva YOlk, 1855.
(4) En inglés y en flancés. San Flancisco y Palis, 1852.
(5) Voyage round the World. London, 1850.
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