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nómenos después . abandona aquellos pobres res– tos, que a su vez alimentan otros organismos menos complicados y más rudimentarios Lo fosa recibe los despojos, y unas paletadas de tierra cubren el agujero Si ese difunto no tuvo historia ni poseyó virtudes, ni realizó empresas humanitarias, fenece su recuerdo en la tumba Podrán levantársele sepulcros marmóreos y blanqueados, pero su vida externa, lo manifestación tangible intelectual, morirá con él en su sepultura Se podrá decir entonces lo de Becquer

"Dios mío ¡qué solos

Se quedan los muertos!"

Las sociedades modernas y los hombres nacidos en el seno de ellas, intentan no solamente la prolonga– ción de la vida por medio de la ciencia, sino la perpe– tuidad del recuerdo por medio de la Historia es aquella una exigencia moderno, es ésta una necesidad filosófica

La vida civilizada y culta es muy breve la aspi– ración individual es muy grande El refinamiento personal trae consigo el enervam¡ento colectivo una sociedad que avanza, es una sociedad que se prostitu– ye Por eso al conmemorar la muerte, debemos cele– brar la vida pero no la vida brutal y estúpida de Epicúreo, que se desarrolla en el estómago y no alcan– zo el cerebro, sino la vida de! apóstol, la vida. del idea– lista, la vida del república, lo vida del ciudadar10 Con los huesos se hacen instrumentos necesarios a los usos domésticos, con las ideas se hacen revolu– ciones, y se domestican las revoluciones y los revolu– cionarios

El hombre útil dejo tras de sí! una huella el que no fue útil, apenas deja una inmundicia El uno es disputado por los gusanos; pertenece el otro a lo in– mortalidad

El ciprés que da sombra a la tumba, la viuda o

madre que llora, la capillo ardiente que centellea; fa plegaria que gime y el epitafio que habla, todas esas formas del sentimiento póstumo, no pueden perpetuar la memoria del que desaparece La flor de los ce– menterios se marchito la flor de los pensamientos nunca muere No vivimos ya del pasado, vivimos del porvenir somos excépticos, porque somos más civiliza– dos

Entremos en el cementerio, hollemos la necrópo– lis, fría como un hogar sin mujer, triste como una noche sin luz, tenebrosa como una esperanza muerta Allí se distingue el sepulcro solitatio de Gabriel Morales.

¿Dónde están las flores y los laureles, no marchitados jamás, que testifiquen el amor y la glatitud de un pue. blo?

¡Maestro! Nosotros te saludamos!

No hay mármoles en tu sepulcro, pero los lágri– mas que por tí se han derramado, serían bastantes paro volverte a la vida, si con algo pudieron abrirse los puertos de lo eternidad

Dejaste el germen de una idea, la personificación de un principio, la redención en el futuro de un posado de lágrimas

Es tu sepulcro un santuario, tu recuerdo un altar, tu posado un porvenir

Dejo que la indiferencia de hoy vele tu losa mor– tuoria, donde vienen a gemir melancólicas las destem– pladas brisas de la tarde La posteridad severa te hará la justicia que otros, acaso, te nieguen porque tú tie– nes derecho 0\ más grande de los apoteosis

No es tu sombra lo sombra virgiliano coronada de mirtos y visitando el Infierno los fulgoles que proyecta tu silueto modestísima son más intensos que los de la estatua de Bertholdi

Has creado uno generación ruego no has muer-to!

Managua, Marzo de 1889.

APENDICE

ADVERTENCIA

Insel tamos a continuación las "Lecciones de Mo– ral Práctica" y de "Derecho Público", a que nos hemos referido

Es evidente que estos últimas lecciones las extrac– tó el maestro de la "Cartilla del ciudadano", entonces muy poco conocida, del eminente centroamericano Dr. don Pedro Molino, pero las que comprende aquellas otros de "Moral Práctica", casi podríase asegurar que fueron originales suyas, puesto que, después de trans-

currido tonto tiempo desde que los utilizó él, no hemos encontrado en obra antigua o moderna nado que se les asemeje

Advertimos nuevamente, que no entra en nuestro propósito más que indicar de una manera evidente, con la inserción de estos lecciones, originales o no de nues– tro inolvidable maestro, el espíritu generoso que en su misión le animaba.

D. F.O.

MORAL PRACTICA

LECCION lQ

Sobre la existencia de un Dios

Pregunto-Estamos ciertos y seguros de que hoy Dios?

Señor-Esta es una verdad tan cierta y evidente, que es necesario ser insensato para negarlo o dudar de elfo de tal suerte, que cuando el hombre llega a tal exceso de locura que dice no hay Dios, tiene el enten-

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