This is a SEO version of RC_1965_08_N59. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »entomólogos, de los que hay ya un aprecia– ble número en Nicaragua.
La otra proposición del señor López es la de excitar a los Miembros del Congreso para que, con la ayuda de ellos, que son los únicos que pueden ejercer la iniciativa en las refolmas constitucionales, se pueda refor– mar el principio cons1itucional sobre la ca– pacidad de pagar con 'bonos las tierras ex– propiadas.
Los terratenientes esiamos dispuestos a aceptar los bonos del Es±ado con intereses. bajos, para que nos compren las tierras que no necesitamos cultivar. Es±amos dispuestos . a ello por el interés de que todos los proble– mas se resuelvan.
El problema jurídico que expuso el Dr. Hidalgo Jaen es el que con más acierto tene– mos que afrontar y resolver.
Hemos oído hablar aquí de los proble– mas dé El Bastón, dé éste o del otro, etc. Yo les vaya explicar todo eso en form.a general: Es el caso de una propiedad grande que sim.– plemente no está siendo trabajada por el te– rrateniente, a quien esta Ley Agraria avispó
y ahora quiere él sacar a los cam.pesinos que están fincados allí. Así, pues, esía Ley, en vez de un beneficio le está creando un male– fiCio al campesino.
Esta Ley Agraria debemos reforzarla no– Sotros Con el status qua, sea como sea, aunque violentemos la parte jurisdiccional de nues– tro Código Civil, aunque fundemos un nuevo concepto, aunque hagamos una nueva cosa; porque la verdad es que esa tierra, donde están fincados hoy los campesinos, no le hizo falta ayer al 1erra±eniertte ni tampoco le va a hacer falta mañana; porque nosotros los terratenientes, al igual que ellos, no somos eficientes en el cultivo de las tierras, y por eso, repito, si -no nos hizo faUa ayer la tierra nuestra que hoy ocupa él campesino, tam– poco nos va a hacer faUa mañana.
Lo único que necesitamos es darle al campesino la oportunidad de seguir perm.a– neciendo en el pedazo de tierra que acfual– mente ocupa, porque de esa manera podrá labrarla con mayor confianza y hará que muy pronto rinda una mayor producción.
Yo me pronuncio a favor de que es±u– diemos este asunto fundamentalmente, como ya lo hemos estado haciendo con un grupo de diputados y senadores, a fin de que se
establezca un sistema de status qua que per– mita al campesino continuar en la tierra donde está fincado. Y para contestarle al Dr. Felipe Rodríguez Serrano sobre este as– pecio, le diré que el status qua puede hacerse por un año, que al cumplirse dicho plazo podemos perfeciamente dar una Ley morato– ria para prolongarlo un año lnás, y que así podemos llevarla hasta que se resuelva el problema de ese campesino que no puede ser violentado ni desalojado de l,a tierra que ocupa, porque si esa tierra, lo vuelvo a repe– tir, no le hizo fal±a ayer el terrateniente, tam– poco le va a hacer faHa mañana.
La conciencia social, necesaria para lle– var a cabo todo esto, es lo más difícil de crear. Eso es para nos01ros el producio de estas Jornadas Agrarias, y por eso aplaudi– mos con iodo entusiasmo esta brillante idea
d~l Dr Rodolfo ~ejía Ubilla, nuesiro gran DIrecior, para qUIen tengo palabras especia. les de reconocimien~o. El y estos mucha. chos del IAN son las semillas que van a germinar en la conciencia de Nicaragua; y ustedes, distinguidos conCUl rentes, van a ser el elemento muHiplicador de esa conciencia social en nuesiro país, lo cual nos permitirá llevar a cabo esa gran tarea en beneficio de nuestra clase más desheredada.
Por eso yo, personalmente, corno miem–
~ro del Sonsejo DireC±ivo del Institu10 Agra– no de NIcaragua, agradezco la presencia de todos y especialmente felicito a los exposi±o– res y a todas aquellas personas que formula– ron preguntas con esa inquietud con que esta situación social nos Henen a todos los nicaragüenses.
y una observación final, señores, que va dirigida especialmente a los obreros:
Nuestra Reforma Agraria podemos lle– varla a cabo con el concurso de ustedes. Se quejan ustedes de que no les damos noso– tros participación para ayudar en la tarea. Puede ser que hayamos cometido un pecado al no darles la participación que se merecen; pero confesémosnos iodos y digamos el mea culpa, señores obreros, en el sentido de que no se le ayuda a un campesino diciéndole que él tiene derecho a su tierra, para luego enseñarle doC±rinas exóticas que le aseguran que su único patrón es el Estado. Nosotros no querernos eso. Lo que queremos es rea– lizar, como dijo uno de los conferencistas, una Ley Agraria y un desarrollo democráti– co en Nicaragua en beneficio de nuestras cla– ses campesinas.
~76-
This is a SEO version of RC_1965_08_N59. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »