Page 80 - RC_1965_08_N59

This is a SEO version of RC_1965_08_N59. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

hombres que, cuando se vieron con mucho dinero, cambiaron por otra a la esposa que les ayudó a labrarse la vid& y con la cual tenían tantos hijos, abandonándola sin com– pasión tan sólo porque encontraron en Tipi– fapa una mujer más bonita el día que reci– bieron sus utilidades.

Con esas pequeñas referencias procedi– mos a legislar. Cabe mencionar aquí la bri– llante labor que realizó el Dr. Orlando Tre– jas Somarriba para plasmar en el papel esta Ley que fue discutida y orieniada por las personas que nos ayudaron a promulgarla. Es±a "mala Ley" corno muy bien dijo el Dr. Fiallos, fue orientada por hombres ex±raor– dinariamente in:teligen±es, COlno el Dr. Juan Marcos López Miranda, el Dr. Enrique Cha– morro, el Dr. Juan José Morales }',ofarenco; pero esta j:..ey no podía salir exactamenie con ±odos sus pun:tos y sus comas corno nosotros la concebimos, porque somos un país demo– m'ático y teníamos que introducirla al trapi– i:;he de nuestro sistema democrático de Con– greso. Allí a esta Ley le quitaron, le pusie– ron y le agregaron, '{ muchas veces la des– viriuaron, alejándola de lo que en realidad pre±endíaITlQs hacer; pero al fin se hizo es1a Ley para q~~ come11.zálamos 11.osotr09 El po– nerla el1. prác1ica, con el objeto de resolver los problemas de nuestros carn.pesinos. Y an– ±es que esla Ley fuera promulgada, salían de ~a :tierra los prohlEÍn,1.as el). Subfiava, e¡:l Chinandega, mi Jinofega, en Malagalpa y en *odos los lugares.

Gomo era notoria la inquietud que exis–

fí~ en el qampesinado porque se le resolvie– r.an sus problemas, procedimos con la Ley a realizar nuestros deseos en colonias impro– yisadas, logrando detener esa inquietud y j3.nunciando a.

los trabajadores del campo la ¡legada de im nuevo día. Nos tocó efec1'l1ar solos la t~rea que hemos hecho en año y medio de irabajo, cuyos resullados ustedes han visto.

Hemos oído la brillante exposlclon del

PI'. Mejía UbilJa sobre la problemática de la Ley de Reforma Agraria. El les ha expuesto con vivas palabras fados los problemás que él vive a diario y las soluciones prác ticas que les hemos dado, con gran senfido social y 90n gran mística, para ayudarle a nuestro

~ampesjno.

El Ingeniero Blandón nos habló de un terna sumamente impodante para nuestra :reforma agraria, corno lo es el desarrollo in–

~egral. Cuando él habló de reforma inte– gral, se refirió a la tierra, al hombre, al eré" di±o, al mercado, a la vivienda, a la salud, a

~as comunicaciones, a la educación; si iodo ,eso lo traducimos a córdobas, resulfarían millones y millones. Estos millones de cór-

dobas se pueden conseguir porque existen organismos que han sido creados expresa– ITl.Em±e para ayudarnos a resolver los proble– mas económicos; pero, podremos nosotros resolver el problema del hombre ignorante, de la noche a la mañana?

Podrelnos fransformarle el criterio ban– cario a un banquero que está acoslumbrado a prestarle a un ciudadano sólo cuando éste tiene una garantía? Podremos hacer noso– tros una refolma agraria cuando las propias i.nsli.tuciol1.es del Es±ado le han negado el cré– dito al Im;±ifu±o Agrario'? Cuando las propias inslituciones del Estado nos ven careto a un sÍlnple clien1e, sin tener el concepto radical de lo que esiamos iratando de hacer con una reforma agraria'?

Hace poco el Banco de América nos faci· litó una pequeña ayuda para seguir adelan. 1e con un progrmna. Posiblemente el ban– qu.ero que la auiorizó lo hizo porque tiene un concepto social disiinto, porque tal vez es más ágil, pere lo qne es a nuesÍIas ins.ti±ucio– nes estafales les hace falta una dinám.ica acorcie con los tiempos que vivÍlnos. Aquí señaló la otra noche el señor Al'ana }./Ionral– ván cuánto le había exirañado que la Oficina de Planificación, que ha elaborado los pla– nes quinquenales, haya dado uua míl).irna iretporfancia a la Reforma Agraria del país. Eso, nalurah't1.ente, nos obliga a nosotros los ±eri-atenientes, que SaInas los que produci– mos el 90 por ciento de los ingresos del Es– tado, a hacernos la siguienle pregunta: Es que estarnos empeñados en borrar con la ma– no izquierda lo que es±mnos haciendo con la n1.ano derecha'?

QUé no saben las Instituciones Guberna– mentales que para erigir esté enorme edificio del Banco Central, se necesiJaron que millo– nes de gotas de sudor rodaran por los ca11.1.– pos de Nicaragua para ponerla a producir, y que la inquietud primordial de nosotros los ierraJ-enientes es que nues-~ro campesino ±en– ga una mejor situación'?

Ustedes 11.1.e podrían preguniar por qué neceslfamos darle al campesinado una me– jor situación, si. lnan±eniéndolo con harrlbre y si.n empleo lo conseguiremos más barato. Ese es un concepl0 errado que podría eslar en la meníe de algunos aquí, pero lo cierto es que nosotros los íerra±enienles querernos que el campesino tenga un futuro halagüeño como el nuestro; que corra los mislnos ries– gos y que sea un buen vecino en vez de in– iroducirse subrep#ciamen±e a nuestras pro– piedades; que en vez de a!en±ar conlra la propiedad privada, se convierta también en un terrateniente, para que nos ayude a la– brar y a fortalecer este país.

-74-

Page 80 - RC_1965_08_N59

This is a SEO version of RC_1965_08_N59. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »