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« Previous Page Table of Contents Next Page »que algunos viven rodeados de comodidades, mientras otros se debaten en la pobreza. Y nadie puede negar cuánto varían las artes, las costumbres y las tradiciones de la gran canEdad de países que existen sobre la tie– rra.
Pero todas esas diferencias entre los in– dividuos desélparecen frente a otra caraC±e-
rísfica más imporiante que los hace semejan– tes entre sí: "iodos ellos alientan las mismas esperanzas, los mismos sueños y los mismos anhelos humanos; lodos comparten estas as– piraciones com·unes. Quieren vivir en paz. Quieren sentirse seguros en sus hogares y no vivir acosados por el hambre, la pobreza y la enfermedad".
DESARROLLO ECONOMICO
1. Mayor bienestar material.
2. Mejor distribución del poder político. 3. Forfalecimienio de la comunidad.
ser humano. Por eso posiblemente se en– ienderán mejor los objefivos del desarrollo si se empieza por examinar las necesidades básicas del individuo.
. Algunas de esas necesidades son entera y principalmente mateIiales. Son las nece– sidades de una vida adecuada, sobre las cua– les, naturalmente, cada uno tiene un concep– fo diferente y cambiante con el Hempo.
Significa disponer de una cantidad sufi~
cienTe de alimento, vestuario, vivienda, servi~
cios de salud, recreación, o simplemente fiempo libre para no hacer nada; oportuni– dades educacionales o de satisfacer la curio– sidad humana; y condiciones de Trabajo acepTables. Si acaso al individuo se priva de parie de esa cantidad que él estima sufi. ciente, sufre y reacciona, pero esas reaccio– nes no son iguales en todos los casos.
Una segunda necesidad básica del indi– viduo es la de ser libre, la cual encuentra su expresión en las liberiades cívicas, la partici– pación polí:l:iqa, el auto gobierno y las diver– sas forma~ de comparfir el poder.
A esta úHirna se encuenfran estrecha– men1:e ligadas otras necesidades como las de oportunidad de ser reconocido y de pertene– cer' a la sociedad. La persona debe sentir que no se le cierran las puertas ante sus pro– pósitos de trabajo o de realizar algo y que, por el contrario, la sociedad la estimula para lograr sus satisfacciones a la vez' que le da ocasiones de comparfir sus aspiraciones con otros, de ejercitar la solidaridad y la coope– ración y de ganar prestigio.
Hay fina1men1:e una necesidad de tener propósitos en la vida, la cual tiende a satis– fecer en general la religión y que, en parie, explica el atractivo que presenta el comunis– mo para cierias personas.
Todas estas necesidades se resumen en el concepto de la dignidad humana, ya con– sagrado en los documentos fundamentales de los pueblos. Estas necesidades determi– nan tres objetivos fundamentales para el de– sarrollo:
PA'oblellnas. Es una verdad lamentable que la mayoría de los hombres viven toda– vía en la pobreza. Muchos no tienen lo bas1:an±e para comer. Muchos viven en ca– sas o casuchas demasiado pequeñas para sus familias. Millones de hombres deben
±ra~ajar largas jornadas en el campo y en las fábridlls, porque carecen de herramien– fas y máquinas que les sirvan de ayuda. No hay suficientes escuelas en el mundo, ni suficientes hospitales. No hay suficientes caminos. No hay suficientes fábricas que produzcan los artículos que la gente necesi– ta.
Si iodos los hombres han de llevar una vida mejor, es menes1:er que tengan l¡;:t posi– bilidad de producir más. Deben aumentar la productividad de sus campos. Deben cons– ±ruir fábricas y caminos. Deben esiablecer indus1:rias nuevas. El problema de cómo producir más en todos los órdenes se llama el problema del DF~ARROLLO ECONOMICO. La mayor parie de los países deben lograr de alguna manera su rápido crecimiento eco– nómico. Y a menos que así lo hagan, no será posible que se eleven los niveles qe vida de sus habitantes.
Hasta haCe pocos años se adveriía una oposición general a la idea de la planifica– ción, porque este procedimienfo parecíé;l. su– gerir a n"'Luchos la idea de la coerción. Ahora está ya genera1men±e reconocido que para el pleno aprovechamiento de los recursos, es esencial la planificación del desarrollo, o sea una orientación consciente e integrada de los esfuerzos.
Sin embargo, es preciso poner mayor
atención a las técnicas de planificación, y hay que tener una comprensión más profun– da del hecho que la condición primordial del éxito depende de la persuación y de la posibilidad de despertar el entusiasmo de los pueblos y no de diciar au±oriiariamen±e una política de acción.
Objeiiiwros. Hasta ahora hemos recono– cido la exisiencia del subdesarrollo, el deseo de salir de este estado y los problemas del proceso d.e desarrollo. Pasemos ahora a dis– cutir los objetivos del desarrollo.
Cualquiera que sea la opinión política o la posición económica social que se tenga, el centro de interés es en úlfima insfancia el
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En el orden nacional, tales objetivos se
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