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evifarse movilizando los recúrsos naturales existentes.

El crecimiento económico de Nicaragua exige también una Reforma Agraria, porque sin ella las grandes masas calnpesinas no podrán integrarse a la econonlÍa ni podrán participar en el desarrollo elel país, lo que envolvería además la ausencia ele una ver– dadera democracia política.

Si querernos que Nicaragua prospere, tenemos que abandonar el slslema de la pro– ducción agrícola lradiciol1.al que hernos se– guido en el pasado, dando al carupesinado la oporlunidad que le cOlresponde. De lo contrario sólo quedan dos allernativas: o lnanienerlo en. el aciual nivel de vida, o bien tener que imporiar canfidades cada vez ma– yores de alim.entos para la población.

Lineamientos prelili1inares sob¡'e política del IAN:

Se ha dicho que la Ley de Reforma Agra– ria de Nicaragua es más bien una Ley de Co– lonización, corno para restarle méritos, por– que se pretende dejar en la conciencia de quienes no se tornan el trabajo de leerla, que desaforiunadan,enle es la mayoría, la duda respecto a su eficacia como una verda– dera Ley de Ref9rma Agraria.

En primer lugar, debernos entender que cada país debe darse las leyes que corres– pondan a la clase e intensidad de los pro– blernas que traia de solucionar, Sería absur– do qu~ siendo Nicaragua, aun en el presente un país poco poblado, pretendamos hacer una Reforma Agraria semejante a la del Ja– pón o de Taiwán, en donde la situación es completamente distinta a la nuesfra. Allá tienen poca fierra, rnucha gente y mucho di– neral aquí tenernos mucha fierra, poca gen– te y po~o dinero, lo que sIgnifica que ±ene– mas que usar sencillamente una me±odolo, gía distinta. Por consiguiente, nuesira Re– forma Agraria fiene que hacer hincapié en los sistemas de colonización, corno el ins±ru– mento técnico de mayor impa,c!o que permi– ±e la incorporación de grandes extensiones de tierras baldías nacionales, Asimismo se señala el recurso de la expropiación y se ha– ce marcando énfásis en la obligatoriedad de la función social de la propiedad.

Después del primer año de labores del Institu±o Agrario, considerarnos que ya esfa– rnos en capacidad de definir algunos puntos de política con base en las experiencias lo– gradas, en el personal contratado, en los re– c?-rsos disponibles, tanto dentro de la asigna– Clón presupuestaria como de los préstamos que negociamos con instituciones nacionales

y los que podamos conseguir en el exterior, en el entendido de que dicha polilica debe– mos encauzarla hacia los objetivos generales qUe fija nuestra Ley.

Los puntos de esta política son los si– guien±es:

a) Procurar el desarrollo agropecuario re– gional de áreas en donde puedan ejecu– tarse vastos programas de colonizaciónl bl Tilulación de tierras nacionales 1

el Titulación de tierras municipales,

d) Por e~cepción, compra de tierras para no

d~scul?ar proyec±os pequeño_s cuando su eJeCUClOn conlleve la solucion de proble– mas agrarios específicamente graves y de atención inmedia.J:a.

a) ~:'@«:iUalt' e~ desall'f(ol!o agll'opecua:do Il'e–

gliOJin~B de illll'eaS en donde pllledillll'l ejeelll–

lIa¡¡osc 'I1ól'.s!üs pli'ogll'amas de co!ollÜzaeaón:

Básicamente toda Reforma Agraria ±ie– ne que h:=tce~se mediante programas que llevan la flnalIdad de efec±uar cam.bios en la esfruciura de la tenencia de la ±ierra 10 que conlleva a la necesidad de que los Ins±itutos AgrarIos, como el nuesfro, puedan contar con tierras que les permitan hacer asen±amien– tos de cmnpesinos, proveyéndoles de todas las facilidades necesarias.

Sólo hay tres maneras de adquirir estas tierras, y estas son: .

1) La compra direcia a propietarios (parti– culares o nlunicipales) dentro de arreglos que permitan hacer los pagos en forma escalonada, al mayor plazo posiblel

21 Las tierras nacionales que el Fisco nos puede traspasar dentro de las normas de la L.ey, o bien las que se reciban por do– naClones ,

3) La expropiación que, según establece la Consii±ución, deberá ser mediante previo pago en efeC±ivo.

En, el pr~n.'er? de los casos (compra di– recia a propleIanos) el Ins±i±u±o Agrario de Nicaragua no cuenfa con recursos para ad– quirir n"\ayores compromisos derivados de la compra de fierrasl y aunque lo viene hacien– do en forma muy débil e insignificante, a medida que aumenta el número de colonias se reducen las disponibiladades para esta clase de inversiones, porque los gastos ope– rativos aun1.entan.

Por otra pade, generalmente el precio de lcis propiedades padiculares es bastante alfo y, cuando podernos hacer arreglos para pagos escalonados, las áreas a adquirir son relativamente pequeñas. Estas adquisicio– nes ayudan a solucionar en forma limitada algunos problemas de demanda de tierra.

La tercera aliernativa, que es la expro– piación no necesifa en realidad mucho ca..

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