Page 28 - RC_1965_08_N59

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el ±ramo de El Selegua en Guaiemala en pro– blemas de ingeniería, es ahora una ruta de tránsito permanente, si bien aún ofrece difi– cultades.

La ú1±ima interrupción que queda es la de la comunicación terrestre entre Norie, Centro y Suramérica, a través del tramo de Darién, de 653 kilómetros de extensión ( des– de Chepa, al este de la ciudad de Panamá, hasta el punto de en±ronque con el sistema colombiano de carreteras). Se han llevado a cabo reconocimientos preliminares de la región y se está ejecutando ahora un estu– dio completo. Se estima que eSÍe eSÍudio definiiívo requerirá varios años de intenso irabajo. Una vez que se posean los estudios completos de la ruta, los planos de puentes y los presupuestos, la construcción tomará entre ires y cinco años, dependiendo ello de la, disponibilidad de recursos. El subcomifé del Darién, integrado por ingenieros repre– sentan±es de Colombia, Panamá y los Esta– dos Unidos, estima que la obra requerirá una inversión de alrededor de ciento veinte mi– llones de dólares, incluyendo la pavimenta– ción asfáUica. Por ahora; se hac9 preciso utilizar la comunicación marítima para con-

±i~uar el viaje. .

En Sudamérica la carreiera es transita– ble a través de toda su extensión y én su ma– yor parie se encuentra pavimentada o tran– sitable en iodo tiempo.

La Carretera Interamericano

El seciar más irnporfante del Sil:,iema Pa– nC\mericano de Carreteras en la América La– Í.\lla, por lo m,enos desde el punto, de vista dEll movimiento turístico y de carga, en pers– peciíva, es la llamada Carretera InJeramer,i– cana; que partiendo desde NuevQ Laredo, México, llega hasia el Canal de 'Panamá. Aparie de la función preeminenie que de–

se~peña como ruta troncal en la intercomu– nicación ±erres±re de la región, su potencial como cauge de grandes corrienies de turismo automovilista de las Estados Unido~ y el Ca– nadá, cobra visos de extraordinaria impar. ±ancia. .

Se nos ocurre preguniar, sin embargo: está esa carretera en condiciones saiisfacio– rias para el movimienio turístico que Se pro– nostica y se desea?

Aún cuando inauguramos la ruta y la declaramos oficialmente abierta al ±ránsifo internacional con la histérica jira en moder– nos autobuses, que precedió al Noveno Con– greso Panamericano de Carreteras, es evi– dente, por los datos técnicas de la Oficina Federal de Caminos Públicos y los informes de inspectores y turistas, que hay iodavía

frechos, algunos relafivamente largos, que ofrecen dificultades de diversa índole, nos enteramos, por ejemplo, que en Guatemala

y Nicaragua se trabaja aún para ele:var el camino a las especificaciones esfablecidas; que en el Tapón del Sele'gua se construyen fres puentes y que, en Casta Rica, la falta de pavimentación asfáltica, especiahnen±e en el sector de Carfago a la fronfera panameña, constituyen facfores negativos de impodan– cia para el desarrollo del turismo au±omovi– lista en la zona.

Todo esfuerzo que se haga para mejo– rar las condiciones de esfa vía y proveer a su adecuada conservación confribuirá posi– tivamente, no sólo' a acelerar el desarrollo de una industria turística produciíva, sino al éxifo mismo de todo el proceso de integra– ción económica centroamericana.

El Turismo Automovilista

en los Estados Unidos

Es indudable que los caminos que se consfruyen en la América Latina han de ser– vir primordialmente para el movimiento de productos y del turismo entre los países de las distintas zonas. El caso de la Carretera Interamericana presenta, sin embargo, ca– racierísticas especiales, por la proximidad de Cen±roamérica a México y a la fuente gene· radora de turismo más importante del mun– do. Es±ados Unidos de América.

En 1964, más de 115,000.000 de estado– unidenses se ausentaron de sus luga~es de residencia habitual, en viajes de placer, o de negocios y gastaron en éstos ~a fantástica su– ma de 18,600 millones de dólares. Si bien no es requisita indispensable 'en muchos paí. ses que han implantado la tarjeta de turis– mo, el Departamento de Esfado de los Es±a– dos Unidos, expidió el año pasado 1,338.228

pasaporfesi y un tofal de 13,470.000 turistas de este país erogaron 3,95 millones de dóla– res en viajes al exterior.

Cabe citar que el incremento registrado anualmente en los viajes y los gasfos de los turistas estadounidenses en o±ros países se ha caracterizado por su ritmo consiante en la úl– tima década.

Conforme a esiadísficas autori2adas, más del 80% de todos los viajes, en los Estados Unidos, se hacen en automóviles particula– res, lo que indica que hay un mercado po– tencial de turismo automovilista en este país que sobrepasa 90,000.000 de personas. Pero, lo que es más importante para los cenfro– americanos, la "American Automobile Asso– cia±ion" informa que más de 1,000.000 de turistas ingresaron a México por un períodO de 72 horas o más en 1964, la mitad de ellos en 230,000 automóviles.

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