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« Previous Page Table of Contents Next Page »Los paises de Hispanoamérica necesita.– rnoS desarrollar una rnuy activa y adecuada actividad receptora de turismo. Para ello, si no previamente sí en forma concomitante °
contemporánea -es decir al mismo tiem– po- que la llegada de los visitantes, se deben desarrollar las condiciones núnhnas necesarias para que la industria turíslica sea constantemente creciente. Se necesita, pues, de comunicaciones de acceso y transportes fáciles y al alcance de los visitantes, el abs–
±~cimiento y circulación de bienes y satisfac– tores de primera necesidad, o sea la alimen– tación y servicios gastronómicos también con precios atractivos, con calidad adecuada
y en cantidad s\lficiente.
El tercer aspecto que el país receptor debe elevar y hacer conoc<",r son los "recur– sos turísticos" ya naturales, culturales o so– elales que sirvan de incentivo para rnofivar el viaje de los visitantes, por lo que se hace necesario analizar esos recursos, clasificarlos, ponderados y seleccionar jerárquicamente su grado de atracción para ser ofrecidos y aprovechados por los viajeros. Entende– mos, pues, por "recursos furísticos" el con– junlo de atracciones y diversos objetos de interés, de esparcimiento, de descanso, de recuperación de la salud; ya sea este indivi– dual o para turismo de masas o familiar; ya en zonas urbanas o en zonas campestres, en áreas montañosas o en los litorales maríti– mos o en zonas lacustres y fluviales. Ya !:l0bre estas bases podría realizarse una pla– neación de la prornoción turística orientada y sensata y que asegure el buen éxito. Na– turalmente, las áreas atractivas de un país J;'¡.acen de los primeros centros turísficos den– :iro de su territorio, y que· son la iniciación de su crecimiento, dirigido por la experiencia que los primeros visitantes ofrezcan para !3.umentar la amplitud de las zonas de atrac– tión, diversificarlas creando nuevos alicien–
~es de acuerdo con la propia experiencia y la
in~ormación de los métodos que otros palse:;¡ 1T.taS avanzados en esta industria vayan po– niéndo en práctica para imitar a aquellos que sean convenientes y adaptables a las ca– racferís±icas y necesidades del país de que se trate. El aumenio del turislno y de las cír– cunsíancias que lo hacen cómodo y agrada– ble, corren parejas con la información que en las zonas o países apodadores o la buena promoción divulgue sobre los recursos turís– ticos que el país receptor ofrece.
En esta actividad turística rigen las mis– mas leyes de la ofeda y la demanda en la compra-venta, así corno la calidad y el precio q.ue van atrayendo al consumidor y estable– clendo la cornpetencia comercial.
B1 ASPECTO SOCIAL
Desde el ángulo purarnenfe social debe asentarse corno esencia el espíritu de hospi-
talidad del país receptor. La hospitalidad es una vieja virtud predicada al ser humana. Ya Hornero decía que "Zeus bendeciría a aquel que diera techo transitorio y protec– ción al carninante" o "los caminanies son hijos de Zeus".
El caráa:l:er rnaterialis.i:a de la época adual no debe instar fanto al interés econó– m.ico que puede dElsiruir la virtud de la hos– piJ:alidad. No se .traía pues, de crear, como se ha venido diciendo, 'un ambiente o clima turístico" o "núsi:ica tur'is±ica", sino de no defonnar la naiural hospifalidad del hombre civilizado que cuando está organizado en Estado tiene la ineludible necesidad de regi– menlar la seguridad social haciendo grato al visitante el recibir los servicios y disfrutar de los recursos furísticos que se le ofrezcan.
Ahora bien, así como las comunicacio– nes y los transporfes deben llegar a constituir una red, así también los servicios turísticos de alojamiento, comida y diversiones deben estar relacionados entre sí, formando otra red que consiifuya, junto con la primera, la hase de lo que pudiéralnos denominar "ofer– ta turística", teniendo siempre presente que esta oferta debe esiar 't"egida por la comodi– dad y la atracción (en establecimientos de hospedaje, resiaurantes, centros nocturnos, bares, bibliolecas, museos, espectáculos, eic.l
y servida por gestores, 8lnpleapos y trabaja– dores diesiros (Agencias de viajes, guías de turistas, oficinas de información, etc.), que posean agradable trato y amabilidad acoge– dora. Así en estas condiciones, un país pue– de salir al paso de la competencia con bas– tante desahogo.
En los países democráficos, la oferfa tu– rística se realiza por el sector oficial y el pri– vado. Este último es el que maneja en su mayoría los servicios turísticos que se ofre. cen, y los gobiernos acuden a cubrir aquellos flancos que la iniciativa privada no encuen– tre atractivos.
Cl LA TECNIFICACION DEL TURISMO
La ac±ividad turística, por ser una acti– vidad muy peculiar del mundo contemporá– neo se fue desarrollando en algunos países en forma improvisada y espontánea, COlnO
producto del juego natural de diversas fUér– zas sociales, sin embargo cuando el fenóme– no cobró relevancia social, de dimensiones nacionales e internacionales, mediante un proceso de organización y conirol a poste– riori, se adoptaron diferentes medidas y so– luciones que hoy permiten hablar de una técnica turí.stica.
La acfividad turística receptora tiene que ser dinámica, toda pausa la perjudica
y, aunque rnoderadamenie, su curso requiere ser ascendente y acelerado, y su capacidad, cada vez más arnplia. La producción turís– tica moderna exige --como Se ha dicho-
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