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á cada Esfado, una represenfacion igual, ó dividiendolos de fal modo que previniera la supremacía de uno de ellos sobre los otros. En febrero de 1835 se decretó una Conslitu– cion federal reformada; pero los Estados la rechazaron. Al fin, en abril de 1838, el Con– greso federal disolvió la federacion, decla– rando libres á todos los Estados, para consli– tuirse como quisiesen, sin otra resfriccion que la de conservar la forma de gobierno popu– lar representalivo. El 30 de abril de 1838, Ni– caragua proclamó su independencia abso– lula, y se dió una Consli±ucion particular. El artículo 29 de esta Consti±ucion, proclamada el 13 de noviembre del mismo año, señalaba como territorio del Estado el mismo que an– fes comprendían los cinco pariidos de'-la pro– vincia de Nicaragua, con sus mismos límites. 'Es desde aquel año que corre la deuda ex– trang-era de Nicaragua. Cada uno de los Es– lados asumió una parie proporcional de las deudas contraidas por la federacion entera.
Pero, duranle aquel período, cuántos desastres inieriores! Las rivalidades de Lean
y Granada sirven de pretexto al desarrollo de las mas viles pasiones. Se establece, "de facto", la guerra de los que no tienen nada contra los que tienen algo. Zepeda fué ase– sinado en Lean (1837) dos años despues de la famosa erupcion del Cosigüina. r:l vice– gefe Núñez siguió ejerciendo el mando, y d'Lh ranfe su gobierno, se inientó formar un cen– so, que salió muy imperfecto.
El undécimo y último Congreso federal cerró sus sesiones el 20 de julio de 1838. En Nicaragua, Pablo Buitrago fué el primer "Di– rector Supremo" (1838), encargado de hacer obedecer la Consti±ucion de 1838; al mismo tiempo, Carrera se apoderaba definitivamen– te del mando en Guatemala
Morazan se refugió en El Salvador y pro– clamó aira vez el gobierno federal. Nicara– gua y Honduras resolvieron entonces acabal con una forma de gobierno que considera– ban como una manzana de discorclia, y que, á pesar de lo bueno que ienia en sí, habia atraido ya ianlos males á la América-Cen– iral. Sus esfuerzos tuvieron mal éxito. De– rroiados por los Salvadoreños en Espíriiu San–
lo y Perulapan, los aliados fueron persegui– dos por Morazan, y despedazados de nuevo en Cuesia Grande y la Soledad (31 de diciem– bre de 1830) Dueño de la situacion en el ceniro, Morazan obtiene el concurso de fados los Estados en el Congreso de Chinandega
(1840) y se apodera de Guatemala (18 de marzo) ; mas, despues de veintidos horas de combate, liene que retirarse hácia los "Altos", donde es completamenie derrotado en Beju– cal. Al mismo tiempo, su teniente Cabañas es vencido en Potrero (Honduras), por un ejército Hondureño-Nicaragüense.
Morazan emigró á Chile, y, despues de varios viages, acabó por fijarse en David, ciu~
dad de la Nueva-Granada, casi fronieriza con
Costa-Rica. Allí escribió sus memorias, y de allí se embarcó en el "Coquimbo" para Pun– iarenas, con el objeto de hacer en Cosia-Rica una nueva tentativa; pero Carrera era ya de– masiado poderoso. El clero no perdonaba á
Morazan el haber suprimido los conventos, y, por todos esos motivos, el pronunciami.ento fracasó, y Morazan fue tomado prisionero y
fusilado en San José (15 de seiiembre) (1).
La causa de la federacion estaba perdi– da. El direC±or Manuel Perez, que, en Nica– ragua, acababa de suceder á Bui.±rago, inten– tó entonces realizar J a unian del país con El Salvador y Honduras. Hubo una convencion nacional de los tres Eslados (1842); pero, en. tregada á las influencias coniradictorias de los partidos, no luvo éxito alguno.
Abandonada á sus propias fuerzas, Nica– ragua cayó pronto en la mas compleia ana)"– quía Duranie cinco años, una guen a civil casi contínua agitó al país. El mas célebre de los diversos epi.sodios de este tiempo fué la revolucion que apoyó á la invasion de Ma– lespin (1844) en Lean. Este movimienio de– rribó á Perez, y puso en su lugar á José Lean Sandoval. Es±e creyó al principio, poder ha– cer algo en favor del país. Castellon se ha– llaba entonces en Europa, con el objeto de arreglar la cueslion Mosquito, y solicitando recursos y apoyo para la ejecucion del canal interoceánico de Nicaragua, cuyos eSÍudios
h~biaI?- sido he?hos. por B8;ily en 1838, y cuya eJecuclon habla sldo obJeio de solicitudes continuas, desde la proclamacion de la inde– pende?cia (2) Pero nada pudo hacerse, y el penado de Sandoval, empezado con tan buenas intenciones, fué sin embat"go uno de los m.as tempestuosos. Obligado á frecuen– te!3 depósitos de la autoridad suprema, aca. bo por ser reempJ azada por José Guerrero
(1847), cuyo primer cuidado fué provocar una nueva Asamblea general de los Eidados.
El gobierno de Nicaragua habia sido in– formado, en 1836, que unos súbditos ingleses, esiablecIdos en San Juan del Norte desde
1824, se habian apoderado completam.ente de aquel puerto, y habian establecido en él una aduana por cuenta suya. Se mandó en– tonces al coronel Ouijano corno administra– dor de aquel puerto y con tropas suficientes. Este oficial se apodeló de la plaza sin resis– tencia. Pero los residentes ingleses se queja– ron á Mac-Donald, superintendente de Belize, quien recobró el puesto por la fuerza.
Cuando salieron las tropas de Mac Do– nald, Ouijano vol vió á ocupar su puesto. 1n– mediatanlente se suscitaron un sinnúmero de reclamaciones por una y aira parie. Los ingleses, para dar á sus acios una apariencia de legalidad, se valieron de los jefes Mosqui-
(1) Véase, pOl todo lo que pleeede las Efemélidcs de Ma–
lIU e (de 1821 á 1842) Gualemala, 1844
Véase cap 7·, lluestla Historia del Canal de Niealagua
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