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« Previous Page Table of Contents Next Page »pasaron enfonces inadver±idos, V que, sin em· bargo, debian ser, mas farde, el orígen de interminables complicaciones in±ernaciona– les. Fué el primero que, encontrándose San Juan del Norfe casi abandonado, y desocu– padas las obras defensivas levanladas por España en 1821, cinco Ingleses, residenles en Blewfields, acompañados de algunos indíge– nas, se apoderaron del puedo á Hombre del
rey de los Mosquitos (1824) (1). El otro aeon– ler:::irniento es la peiicion dirigida al Congreso fedei.:'al por los habitantes del partido de Ni– coya y Guanacas!e, 'Para anexarse á Cos±ari– ca hasía que se restableciera el órden en Ni– caragua. Esta anexion fué autorizada el 9 de diciembre ele 1825, y desde enfonces el Gua– nacaste se ha mantenido anexado á Costa– rica.
La ConsH:tucion federal de 1824 con±enia vicios radicales Es±aba redsC±ada en imita– clon de la de Jos EE UD.; pero de manera que daba por resultado ]a supremacia del Es±ado de Guatemala sobre los demás. Se es±able– ció 'un Senado nulo, un Ejecu±ivo impoien±e,
y, al conlrarío, un ConS:Jreso absoluto, en el cual Gua±ernala tenia un númel'o de dipuia– dos mucho mayor que el de los demás Esta– dos.
; Honduras y Nicaragua se separaron de la federacion In.,urzo 1825), V, ellO de ablil, un Congreso, presidido por Zamora, se reu– nió pa-m doiar de una Consiitucion al "Es±a– do libre y soberano de Nicaragua". El 22,
Cerda y Argii.ello, los dos desterrados de 1811,
eran eledos el uno "Jefe Supremo" y el otro
Jlvlce-jefe".
Era un principio de organizacion; pero,
por desgl acia, llegaba demasiado iarde: los parUdos Se habian causado recíprocarnenie ±anlos males, que no podían olvidarlos en un instanle. Disensiones esiallaron luego enire Argüello y Cerda, y cada uno se hizo caudiJ
110 de uno de los dos campos en que se ha– llaba dividida la sociedad nicaragüense. Un'1 guerra civil fudosa, en la cual se olvidó completameníe el punto de partida político, para fija1se únical'nenie en móviJes persona– les, cubrió el pals de sangre V de ruinas du– ranie lres años De esa guen-a data la exira– ña coslumbre de que, en Nicaragua, cada ciu– dadano Se considera COlUO obligado á formar fOlzosamenre en las fílas de un partido; na– ce, por decirlo así, afiliado á él; arriesga su vida, descuida sus bjenes ó la educacion de sus hijos, únicamenie por no soporiar la hu– millacion de ser gobernado por e] padido contrario, aunque és±e hiciera el bjen del país. La guerra era salvage: hombres de ±a– lenio, pero pobres, se acostumbraban á la desdichada idea de apoyarse sobre la fuerza
(1) Véase folleto anónimo: Documentos intmesantes soble el at\!ntado cometido pOl algunos Ingleses ~esidentes en Blewfields, usurpando con mano al mada el puerto de San Juan del N'orte. San Salvador, 1848.
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para gobernar, y de gobernar para adquirir bienes ¡ á cada momen:to Se violaban las pro– piedad, la libertad ó las personas; se descui– daron iodas las mejoras, se acabó el erario, no hubo m.as jusiicia, y solo quedó un fan– iasrna vacilanie de adminisfración. Los ven– cidos, vícfimas de represalias inaudiías, y quedando ±ambien vengar á sus prisioneros, sacrificados como criminales, se apresuraban á reunirse, y á aiacar de nuevo al vencedor. La iraición, la hipocresía, la seduccion, la conspiracion, y el asesinato Se inlrodujeron en las cosiumbres políticas.
Esfa sifuacion espantosa duró hasta la muerie de Cerda, fusilado en Rivas (1829).
XII
Mienfras fanio ]a federacion se habia quedado el ideal de algunos plohombres que comprendian Su fuerza y su grandeza. El ge– neral hondureño Morazan iomó á su cargo el in±an±ar su restablecimiento, y, desde 1827,
se habia asegurado, para esre objefo, la alianza del pedido liberal de Nicaragua.
En 1829 se apoderaba de Gua±emala (12
de abril) y reconsiituia la federacion. El par– ±ido servil sufrió en. esia ocasion un ±errible descalabro, y la supresion de los convenios llevó su hum.illacion al úUimo grado. Arce, que era su caudillo, desierrado por Morazan, corrió á Méjico en demanda de un ejército; mas no pudo pasar de Chiapas y Soconusco'
(1) .
Nicaragua enfonces fué adminisfrado por "Consejeros", que recibian el sanio y seña de la Asarrililea federal de Guaiemala. El pri~
m.er consejero fué Dionisia Herrera. Pero las disensiones que aguaban á los demás Esia– des tuvieron un eco confínuo en Nicaragua, y Herrera se vió obligado frecuen±emenfe á
deposHar en airas manos la autoridad supre– lua.
En fin, en 18:33, el pamdo servillevan±ó la cabeza. Había enconirado el hombre que necesitaba. Era un indígena, Carrera, que,
por su energía y su influencia sobre los In– dios, apareció en la arena políiíca con una fuerza que derribó el poder de Morazan. La feueracíon se disolvió ofra vez (1833), y Ze– peda fué eleclo "Jefe Supremo" del "Es±ado soberano de Nicaragua", con José Núñez por vice-jefe.
Morazan y Carrera que personificaban los principios en pugna, el liberal y el servil, comenzaron desde luego (18:35), una lucha tremenda que duró hasía 1840, y en la que el padido federalista fué muchas veces favo– recido por la victoria. Desde 1833, los parti– darios de la Conslitucion federal de 1824 ira~
±aban de reformarla, dando en el Congreso,
(1) l\1emorias pala la HistOlia de la levolucion de Cenho. Amélica, por J. Montufar. Jalapa, 1832.
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