This is a SEO version of RC_1965_07_N58. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »juego de la pblítica y en el proceso económico dificulta la capacidad de maniobra de un régimen democrático El poder de las colectividades se ejerce en dos
direcciones
I -Sus pretensiones rebasan a menudo los lími– tes de una defensa justificada de sus intereses parti– culares, se permiten juzgar los valDl es de carácter general y tener exigencias en nombre de un pretendido interés colectivo Cuanto más influyente es una or–
ganización, tanto moyor es la tentación de arroga.rse
la representación de todos, del Estado y del pueblo en general Cuando se da este caso, más tarde o más temprano, se encuentra en oposición con la totalidad del Estado
2 -Con frecuencia imponen un comportamiento
determinado al hombre-, cuyos intereses defienden o que le han usurpado por la violencia la respuesta de
éste es la dejación, y entonces las asociaciones se con~
vierten en "monólogos de funcionarios y directores de
" empresa
El hombre del mundo industrial se encuentra hoy _quiéralo o no- encuadrado en bloques colectivos
Hay asociaciones para todas las manifestaciones de la vida y es muy difícil sustraerse a esa filiacián Fuera
de estas organizaciones, el hombre moderno se encuen·
tra desamparado y abandonado Sus intereses sólo
se toman en cuente a través de una colectividad, pues
como individuo no tiene valor alguno, y esto no lo
cambia ni[lguna actitud, par muy individualista que sea
la administración de las grandes colectividades ha de estar en manos de dirigentes capacitados, para que puedan defender eficazmente los intereses de sus asociados Pero si la protección que ofrecen estas co– lectividades satisface al hombre, por otra parte, éste se rebela contra su tutela la resistencia contra esta dictadura de la organización de masas se exterioriza en falta de interés y en una sensación de hastío
El derecho de deoil' "no"
En el plano político, la consecuencia de todo esto es que las opiniones y los intereses antagónicos han alcanzado tal intensidad y tal concentración de fuerzas en los Estados modernos, que ya es prácticamente im– posible el libre juego de las ideos en la vida pública, y las luchas de intereses tienen lugar entre los blbques bien consolidados y los frentes ideológicos Para bien de lo democracia, los intereses de las asociaciones son parcialmente contrarios y así puede contrarrestarse el predominio de unas instituciones sobre otras
De este modo, la política también se hace jerá.– quica en lo democrocia, es decir que ha de servirse ·de
uno
II
cadeno" formada por instituciones que transmi–
ten las "órdenes" desde la dirección del partido al aparato del partido, las asociaciones de intereses de los
potronos, empleados, rentistas, víctimas de la guerra,
etc Al llevarse a la práctica un determinado propó– sito político, el choque de los intereses antagónicos puede hacerlo desembocar a un resultado distinto del que se había perseguido 01 principio
. En la práctica, corresponde al aparato organízar
la e jecuclon de los acuerdos adoptados y exponer los puntos de vista Pero al proceder a su realización, la burocracia del Estado y de las asociaciones puede fal– sear o complicar muchas cosas y convertir de este modo lo bueno en malo Sólo en los casos extremos logra imponerSe la voluntad de abajo arriba o perma– necer inalterado
y así llegamos a un resultado que el sociólogo alemán Hans Freyer define del modo siguiente "El hombre de hoy no es violentado, pero los dispositivos del Estado y de las instituciones le "desgastan". la consecuencia de ello es la enajenación de la sociedad, a la que ya precedió la enajenación del trabajo Si no somos capaces de evitarlo, el hombre del porvenir se
encontrará sin patria en un mundo vacío de todo sen–
tido y desprovisto de contactos humanos
El nivel cultural de un pueblo depende de la cantidad de libertad de que disfruta Aun cuando parezca irracional el libre albedrío sólo debe subordi– narse al interés general, si éste se halla particulOlmente amenazada, pero nunca debe supeditarse de antemano
a las conveniencias del bien común planificado e im–
puesto por lo fuerza Es necesario preservar la liber– tad de decisión del individuo y su derecho a criticar y rehusar, pues lo importante en este derecha elemental
es poder decir
I'I no".
la decisión entre el Este y el Oeste se realizará en el ámbito espiritual Si equiparamos la libertad al bienestar, abrimos de par en par la puerta a su desva– lorización, pues el Este también puede ofrecer el bie– nestar aumentando la producción Equiparando la libertad a la seguridad, tampoco entramos en el fondo de la cuestión, pues el Este también puede ofrecer garantías de trabajo, pon y bienestar social y hasta cierto punto garantias constitucionales Pera en su estructura actual, nunca podrá conceder el derecho al
"no" frente al "sí" impuesto desde orriJJo
lo que esto significa se explica mejor con una definición de Ignacio Silone, durante una conversación que sostuvo con la directora de la editorial del Estado
ruso
"la libertad", hube de explicade con ejemplos, "es la posibilidad de dudar, la posibilidad de equivocar– se, de buscar y de experimentar, es la po,ibilidad de
contestar con un
I'I no" a cualquier autoridad, sea ésta
literaria, artística, filosófica, religiosa, social e incluso
política".
"Pero esto"; murmuró aterrada la olta funcionaria
de la vida cultural soviética, "esto es contrarrevolucio–
nario"
Después añadió, como para tomar una pequeña
revancha "NosQtros somos felices sin poseer vuestra libertad, en su lugar tenemos sanatorios".
Cuando yo le hice observar que la expresión "en su lugar" carecía de sentido aquí, puesto que la liber– tad no es un objeto de cambio, y que yo había visto
ade~ás, sanatorios tatT'bién en otros países, se rió en
mis barbas "Sin duda quiere usted burlarse de mí hoy", dijo Y yo me sentí tan conmovido por su in– genuidad, que ya no me atreví a seguir contradicién– dola.
-65-
This is a SEO version of RC_1965_07_N58. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »