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« Previous Page Table of Contents Next Page »un gigantesco loboratorio destinado a crear, mediante
una serie de operaciones de alquimia, una sociedad
pérfecta de individuos perfectos Pero lq perfección no conoce el indidualismo No basto con que haga– mos ver ai hombre estos peligros con toda la brutalidad en libros, películas y obras teatrales Lo que hace falta es cambiar nuestra mentalidad, es decir, educOl y
aprend~1 a pensar en formas nuevas, o sea apt ovechar
la ciencia en lo que tiene de positiva No podemos permitir que cierto dio, llevados por la necesidad de mayores comodidades, vendamos nuestra libertad pOI un plato de lentejas Los hombres, o mejor dicho sus grupos selectos de todas las clases y condiciones, tie– nen la pasibilidad de impedir que esto suceda
La libertad, la democracia y el antagonismo entre el Esté y el Oeste se han degradado hasta convertirse en accesorios de la político de todos los días Yo nos estamos cansando de ellos Pero si claudicamos, naufragará la libertad Quedará tan mallrecha, que se habrá perdido su verdadera substancia Seguirá I)abiendo libertades, pero estarán monopolizadas y eti– quetadas por el Est6do, como todos los demás aspectos de lu vida pública y privada, y de esie modo el ser
humano esclavizado, acabará viendo con indiferencia
el signo del pariido unitario que lleve el "gran jefe" Por ~6htradictorios que fUésen los símbolos, las conse–
cuencias serían iguales
Sólo queda;ía en pie el argumento d~ que nadie puede privar al hombre de su libertad interna, que le permite resistir y s\lPerar los períodos de esclavilud
y esto fue sin duda posible en épocas pasadas, pOlque la tradición y los ejemplos de fuera seguían ejerciendo
su influencia Pero ¿qué sucedería si, en el porvenir¡
la trqdici9n ya no pudiera contrarrestar las presiones que se I)qcen a diario en bloque sobre el pensamiento y la voluntad, ni la saturación constante de la propa– ganda, y cuando ya no quedase ningún "afuera' '? Al cabo de unas cuanlas generaciones, la fe en la libertad hubiera sido arrastrad9 por la corriente Las iglesias podrían verse también desposeídas de SU poder y la religiosidad encOntrarse confinada a la pel iferia más lejana de la vida privada del hombre
Mientras quede un l/afuera", aún podrá hacerse
ver y oir con los medios de la técnica modelna, y su actividad no podrá silencialSe por completo en un mun– do que va reduciéndose constantemente
La sooiedad de bienestar
Después de todo, el orden totalitario es idéntico al desorden totalitOl io, puesto que el hombre --si llega a comprenderlo a tiempo-- clea sus propias fórmulas y leyes de convivencia y cooperación fuera y dentro del régimen, con el mayor sigilo Ei orden totalitario es
un orden mU€lto! pOl carecer de vida interior, y sin
posibilidades de adaptación a las oportunidades que ofrezca el porvenir
El día en que ya no exista lo libertad viva en nin– gún lugar de la Tierra, podrá empezar una era de "robots" perfectos y el hombre habrá llegado al térmi– no de Su evolución como individuo. "Repite al hom-
bre, el tiempo que haga falta, que es un perro y
acabará ladrando ll
f
El socialismo pretende humanizar a la sociedad pero el mundo corre el riesgo de que se haga mal us¿ de una saciedad humanizada, neutralizándola Los
elementos neutralizadores están entre nosotros! lo t11is~
mo en el tste que en el Oeste, pues la antitesis de la Iibeftad no es la falta absoluta de libertad
En primer lugar, la sociedad de bienestar ho tiene un sólido concepto de la libertad ni ha encontrado un estilo de vida valedero El sistema de vida de la so– ciedad burguesa de la época liberal no es un artículo para las masas, el modo de vivir del ploletariado com_ bativa se va ahogando con la hartura Los vástagos donde sólo brotan aspiraciones progresistas, producen escasas flores Las clases populares de todos los tiempos han tenido un estilo de vida adecuado La
época actual dlln no tiene ninguno
Ni puede tenerlo, porque las masas se han puesto en movimiento y reclaman su parte de los bienes Pe– ro la cultura no es un producto de la precipitación, sino del sosiego
La sociedad oolectivista
La sociedad industrial moderna es una sociedad de masas El ascenso de las masas va acompañado del descenso de los antiguos grupos selectos La de–
mocracia ha concedido poco interés y consideracióh a
lo extraordinario, especial, raro y destacado, y sólo ha
producido una clase superior poco numerosa que lo es
verdaderamente afecta Y allí donde existe un grupo
selecto, éste pel monece aparte, sin intervenir en la po·
lítica. "Con el aislamiento de las pocos en los que había aptitudes de dirigentes, se ha producido en los estratOs más vastos la "adaptación espiritual hacia
abajo", con un tipo medio que se orienta y rige siguien·
do la tendencia de las masas (Hans Zbinden ¿Impotencia de los grupos selectos?) La impotencia de la democracia es en gran parte el resultado de la impotencia del espl ritu
La sociedad está formado por un tejido desean–
cel tante de grupos humanos que inician movimientos transitorios o duraderos y ejercen las influencias con· siguientes, de conformidad con sus objetivos, con el
grado de conocimiento que tienen de los vínculos inter–
nos, según que estos vínculos sean racionales o emo· cionales y, finalmente, que sean voluntarios o impuestos
pOi la fuerza En la sociedad apO! ecen cada vez con más fuerza las colectividades, cama lepresentantes de intereses y de fuerzas Cuando mayor es el número de sus afiliados, tanto mayor es su influencia
La democracia es colectivista en una sociedad de sindicatos, es decÍl que se basa en la influencia de los
91 upos 01 ganizados que son fuertes por su volumen o
par la solidez de sus medios financieras Comparando estos "grupos de presión", se advierte que, debido a
su estructura interna, constan de diversos estratos
Esto se explica fácilmente, por darse en ellos una gran variedad de intereses, a veces de naturaleza contra– dictoria. La intervención de estas colectividades en el
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