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« Previous Page Table of Contents Next Page »¿ Qué será de la libeJ'tad?
Actualmente n05 encontramos en un momento
crítico de lo historia de la humanidad Ahora el mun– do se modifica mós en el espacio de unos días que antes durante varios decenios Y el ritmo de la trans– formación es coda vez mós rópido
Haée quinientos años, el hombre europeo buscaba
continentes, ideas y conocimientos nuevos, ansiaba sa–
lir del confinamiento ordenado y reglamentado de su existencia y de los estrechos límites de su libertad es– piritual, al mismo tiempo que la opresión profana y religiosa le frenaba, mediante el poder coercitivo y la inquisición En cambio hoy, cuando atacamos el es– pacio cósmico y penetramos en las profundidades de nuevos conocimientos, nos falta el ardor apasionado de los ideales de entonces Los fuegos de las últimas guerras, las persecuciones brutales y los sacrificios de masas que ha presenciado este siglo nos han calcinado ¿Qué seró de lo libertad en esta época fatídica? Cada generación es responsable de la suerte de la siguiente En amplios sectores del mundo, la libertad de acción y el derecho a disponer conjuntamente de su destino, que era el privilegio de unos pocos, se ha ex– tendido a todos De ahí que nadie pueda eludil ya la parte de responsabilidad que le corresponde en la de–
terminación del porvenir
En nuestros flancos estó engendróndose cada día el futuro Esta gestación se proseguiró durante los próximos lustros, hasta fines de este milenio Igno– rarnos si este fl uta maduroró para bien o para mal No se trata de un destino ineluctable, pues en nuestra mano estó dirigirlo e influenciarlo, y tal es nuestro deber
¿La conquista del cosmos iró acompañado de nue– vas formas de inquisición? ¿Lag roró el hombre alcan– zar las estrellas y, al mismo tiempo, se mostraró incapaz de dominar los acontecimientos de la tierra, que es el auténtico lugar de su existencia?
El mundo estó lleno de con\ radicciones y desa– cuerdos' ni la naturaleza ni la sociedad humana cono– cen la armonía perfecta Podemos reducir los estados de tensión y allanar ras diferencias, pero no hacerlos desaparecer Sin embargo, el porvenir podría traer consigo una tentativa general de manipular al hombre,
para impedir que suscitara espontáneamente nuevos
conflictos, y permitir así a los planócratas llevar a cabo la evolución de conformidad con sus propósitos y den– tro de la mejor organización posible Ahora bien, sólo el hombre que reacciona como individuo ante las
influencias exteriores y se defiende, en coso necesario, conserva el derecho a prevalecer como ser independien
te, Si pierde la capacidad de protestar y de resistir, se
(onvíel te en objeto de la l/voluntad colectiva", que, en
el fondo, es sólo la voluntad de una casta de dirigen– tes, y pasa a ser un instrumento de la sociedad, una hormiga en un hormiguero o una abe jo en una col–
mena
Seria lamentable que el hombre no supiera utili– zar su inteligencia para actuar según sus propias decisiones y. vivir con plena conciencia de su valer El nuevo programa del partído comunista de la Unión Soviética amenaza con la maldición siguiente'
"En la lucha contró los residuos del pasado, con– tra todas las formas del egoísmo y del individualismo, la sociedad, la influencia de la opinión pública y el desanollo de la crítica y de la autocrítica adquieren una gran impar tancia El juicio colectivo del corripor–
temiento antisocial se convierte paulatinamente en el
medio mós importante para la eliminación de las ideas, de las costumbres y de los usos burgueses"
En estas circunstancias, es evidente que na puede haber una educación de la voluntad con independencia absoluta de las influencias del medio ambiente, ni es posible aislarse por completo del conjunto de los aCOA– tecimientos y de la evolución común
¿ Es el hombre factor de cálculo?
Manuel Kant escribe en su "Idea para una histo–
ria natural con un propósito cosmopolita"
"Cualquiera que sea la idea que uno pueda ha' cerse, con propósito metafísico, del libre albedrío, las
formas del mismo, los acciones humanos, lo mismo
que todo fenómeno natural estón determinados Par las leyes generales de la naturaleza No obstante, la historia que se ocupa de relatar estos fenómenos, por
muy ocultas que estén sus causas, permite ciel ta espe– ranza, al decir que, cuando se observa en conjunto el
juego del libre albedrío, se advierte un avance regular del mismo, y que, por la manera como se complicq y
aparece sin orden en cadd sujeto, debería reconocerse
en toda la especie como u'na evolución en progreso constante, aunque sea lento, de las predisposiciones naturales
"Los individuos, y hasta los pueblos enteros, no suelen pensar que, mientras cada uno de ellos persi– gue su propósito, según su manera de entender, y a veces en contra de los demás, en realidad ti abaja, sin darse cuenta, en favor del propósito de la naturaleza, que les es desconocido, y ovantan al servicio de dicha exigencia cama síguienda un hila conductar"
y Goethe lo expresa de la manera siguiente
"En el fondo, pongómonos como queramos, todos
somos seres colectivos Pues, i qué poco somos y qué poco tenernos que podamos considerar ('omo nuestro,
en el sentido mós estricto de la palabra! Todos he– mos de recibir y aprender, tanto de los que nos prece–
dietan, como de los que están con nosotros"
Pero aun cuando el mundo anterior y el que nos rodea formen la conciencia y la voluntad, en último término, todo depende de una manera decisiva de có– mo se ejercen las influencias a que estamos sometidos Cuanto mós premeditada, concreta y violenta seci esa influencia sobre la voluntad, tanto mós se repriry¡irón las propias ideas nacidas de la personalidad, y tanto mejor se impondró un criterio de origen extraño En el ámbito del lib,e albedrío humano, acorraladas en el menor espacio, quedarán reducidas a las decisiones mós insignificantes y las acciones mós sencillas Pero esta amenaza no existe sólo en el Esté, de una manera general, corresponde también a la men– talidad racional fomentada por la técnica, y para esta
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