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« Previous Page Table of Contents Next Page »al provincial de aquel Inal camino que había fomado Y llevado, pero él se hizo sordo á -es-
te toque y llamamiento, como á afros mu– chos que adelante se verán.
De como prosiguió el padre Comisario su visita.
Miércoles diez y seis de Julio, habiendo el padre Comisario general visilado los frai– les de la guardianía de Ciquinala en el pue– blo de Santiago, como dicho es, salió de aquel lugar antes que amaneciese, y andadas dos leguas Y media por entre muchos cacauafa– les, y pasados en ellos dos rios y diez y seis arroyos, llegó enfre dos luces á OfrO pueblo de la mesma guardianía, llamado Santo Do– mingo. Pasó de largo, y andada otra legua
en que se pasan seis arroyos, llegó á un rio
grande y caudaloso que llaman de Santo Do– rctingo, el cual corre por una barranca muy honda, y así tiene la bajada por una parie y por oira muy larga y empinada, y no poco peligrosa; y desta manera son casi todos los
ríos de aquella Herra, que van y corren casi
fodos por barrancas así muy hondas. Pasó el padre Comisario aquel rio en una barba– coa ó zarzo de madera que hicieron los in– dios, á manera de andillas, en que iba sen– fado, y llevábanlas en los hombros y cabeza siefe ó ocho dellos con trabajo y pesadum– bre, porque iba el agua muy acanalada y con mucha furia y el rio muy crecido, pero con mucha devocion y contento, y asi fué Dios servido que le pasaron sin que nadie peligrase. El fraile que iba por guía, ó de muy devoto ó hacierido de valiente, fué ade– lanfe de los indios á pié, en túnica, atrave– sando el rio junto á las Inesmas andillas, y llegando á un mal paso y hondo, turbóse y asióse con fuerza de las andas, y con el peso puso á los pobres indios en peligro y en ries– go de dejar las andas, pero cesó presto esta turbacion, porque él hizo luego pié, y los in– dios tuvieron ánimo y pasaron adelante has– fa poner al padre Comisario en tierra. Así pasaron al secretario y otro fraile, los demás pasaron á caballo, con no pequeño miedo, por el gran ímpetu con que corria el rio. Luego prosiguió el padre Comisario su via– ge, y subida la cuesta de la barranca con haria dificultad, porque era muy alia y te– nia mucha piedra, y pasado un riachuelo y siete arroyos, y andadas dos leguas y media, llegó á un buen pueblo de los mesmos indios achíes, llamado Pa±u1ul, visila de un conven– to nuesiro llamado Tecpam A±i±lan, aunque en aquel capítulo se hizo pueblos de visila P?r estar todos muy léjos del convento sobre–
d~cho. Estaba allí el guardian con otro reli– glOso, los cuales y los indios, que son muy devotos, recibieron muy bien al padre Comi– sario, y le hicieron mucha fiesta y caridad, ofreciéronle miel y plátanos y otras frutas. DeSde allí comienza la provincia de los Xu-
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chilepeques, muy férill y abundante de ca– cao, y cógese por aquella comarca mucho al– godon. Pasó el padre Comisario aquella ma– ñana muchos malos pasos y atolladeros, así al entrar y salir de los arroyos y rios com.o en otras paries, porque la disposicion de la tierra y el tiempo t an lluvioso ayudaban ma– ravillosam.ente á todo esfo. Hay por allí mu– chas barrancas y unas cuestas que los ba– queanos en aquella provincia llaman cues– tas sin piedad y sin misericordia, porque su– bidos los caminantes á lo a.lio no hay donde puedan las bestias en que van descansar ni detenerse, porque no hay más de una loma ó lornilla de un paso ó dos de ancho, y luego es menester bajar; habia por allí mucha lan– gosta que destruía los maíces y era lás±ima. ver cuales los dejaba Aquella madrugada, con unas yerbas muy alias, anchas y agudas
que habia en el mesma carrdno, á nl.anera
de la masiega de España, se segó el padre Comisario un dedo de la mano por una co– yuntura, entró la cuchillada tan honda y con tanta subtileza que le salió mucha sangre y aunque en el Patulul le pusieron uri poco de bálsamo con que se estancó la sangre y Se cerró la herida, duróle despues muchos meses y años el no tener fuerza en aquel dedo.
El mesmo dia despues de comer salió el padre Comisario de aquel pueblo entre las
once y las doce, con Un sol recísirno, por po–
der concluir la jornada antes que viniese el aguacero, y luego allí junto pasó por una puente de madera un rio caudaloso, el cual dicen que sale de la laguna de Atitlan por debajo de unos cerros altísimos, y que por él se desagua dicha laguna; poquilo más ade– lante pasó por el vado otro rio no tan grande, y despues un arroyo, y andada media legua larga llegó á un pueblecito pequeño llama– do San Juan, de los mesmos indios y visila; ofreciéronle plátanos y miel, y habiéndoselo agradecido pasó adelante, y andada legua y media por entre muchas y muy vistosas huer– tns de cacao, y pasados en este espacio un
rio Y. cuairo arroyos, llegó á otro buen pue– blo llamado Santa Bárbara, de los mesmos indios achíes, visita del convento de Atitlan, donde estaban los indios todos puestos en pro– cesion, con cruz y música de flautas y irom– petas, y le hicieron muy buen recebimiento, y le ofrecieron miel, gallinas, plátanos, hue– vos, truchas y una iguana; dióles las gracias y pasó de largo, y dejada allí cerca del pue– blo una mala cuesta, por un camino á mane– ra de escalera, llegó á un rio grande que di-
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