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« Previous Page Table of Contents Next Page »ror el papel, o lo ilegalidad de su denuncio por el Fis– cal, incurriría lo Junio en la responsabilidad que desig– na el artículo 8 9 de lo ley del 10 de Junio de 1813 Pero dedorándase que la ilegitimidad de la porte que
ha denunciado, no debe obstar a la 'censuI a, el señor
Barrundia pidió se especific.ase su voto en Ja acta . Conviniendo, sin embargo la Junta, en que el Fiscal no es parte legí-tima para denunciar los impresos pOI razón de in jurias
l
mayol mente ptendidos los orw
tículas 4 y 18 de lo ley de 10 de noviemb.e de 1810,
la explicación que se hace en el artículo reglamentario
de los escritos que deben calificarse oe libelos infoma–
torios, y los cosos en que por el mismo último regla–
mento eslán limitadas los funciones del Fiscal y la prevención de que en los injurias sólo puedan acusar
la:; personas a quienes las leyes conceden esto acción
acordó se manifieste 01 Juzgado 2 9 que ha pasndo o censUrar el impreso, lo ilegitimidad oe lo persona del Fiscal paro acusar en el presente coso, haciéndose al
mismo Ju¡;gado la insinuación conveniente, para r¡ue
en lo suc.esivo se sirva examinar si las denuncias de
papeles impresos que se le pongan, van dirigidos por las personas a quielles las leyes dan tal derecho En cuyo punto fue de contrOl ia voto el seña. López, opi–
n~ndo que el Fiscal es parte legítima, y que aún no s.endola no corresponde a lo Junta hacer la insinuación
indicada )'
2° Procediendo luego a la censura, se dio en los términos que constan del acto puesta en el libro res– pectivo El señor Presidente opinó y votó por la ca– lificación de no ser el papel injurioso ni ofensivo 01 Rey, fundándose sólo en la primera de los dos razones en que se apoyo lo censura extendida por meno, en el lu– gar correspondiente
El señor López que habiéndose percibido en el
público, no sólo por el anagrama
l
sino por otros datos,
que el autor del Sueiío quiso ref~rirse al señor don Fer– nando VII, actual Rey de Espqña, opina que el papel de que se trata, reimpreso en esta capital y presentado
o la censura, es ofensivo e infamatorio al expresado
señor don Fernando VII
3 9 Considerando, por 16 mismo, que la conducta del Fiscal seña. Robles en este negocio, no sólo ha sido abusiva en cuanto ha excedido los límites de su obliga– ción, hadiéndose parte en lo que no le es por la ley, sino que ataca la libertad de la imprenta, y plincipal–
mente porque según los términos en que están conce–
bidos los dos pedimentos o denuncios desconoce el
sistema de 10 Constitución y manifiesto uno oposición
decidida cqntra el artículo que declara la sobe.anía de
la noción, con lo demás que este punto expreso¡ la acta
y censura del día 13, se acordó que se dé cuento a las Cortes por medio de la Suprema para que con vista de
todo se sirva poner el conveniente remedio a un mal de
tanto influjo y trascendencia El señor López salvó su voto diciendo que según queda antes expresado estima 01 Fiscal pOI te legítima, y que de SI I último pe– dimento se deduce que reconoce y confieso la soberanía de la Nación, aunque por lo demós contiene algunos equívocos el papel de su denuncio
Coh lo ·cual se levantó la sesión y se disolvió la Junta, de que yo el Secretorio certifico" (Hay dos rúbricas).
IDEAS SOBRE EDUCACION PUBLICA
Desde los primeros números encuéntrense en El
Editor unos ortficulos sobre educación física y moral que aun hoy día, con todos los progresos de la ciencia
pe~ag~gica, son interesantes de- conocel, siquiera paro
el Jusl.precio de los ideologías más avanzadas de la época sobre tan vital asunto
Oigamos algunos de sus principios, ton sencillos como llenos de sabiduría Habla de lo manera como han de desarrollarse gradualmente las facultades del
niño, evitándole las emociones violentas
"En consecuencia de nuestra primera máxima
relativa a las sensaciones agradables que se le deben
ploporcionar al niño, estableceremos otro que se dedu–
ce de ella inmediatamente Que se debe alejar de él
todo .ohjeto que lo conmueva con viveza, y con parti~
culandad aquellos que representan las emociones del
furor¡ del temor y de la tristeza, o por mejor decir, es
menester separar al niño de las personas afectadas de
estas pasiones o que finjan estarlo, el tierno infante es
un aprendiz desde que nace, y la naturaleza misma de su sensibilidad lo dispone a la imitación Sus nervios
son tan movibles que no resisten los impresiones fuer– tes de los cuerpos externos sin estremecerse, tal vez el gusto excita en ellos una convulsión, pero no es el
próximo riesgo de lo perdida de lo salud el único incon–
veniente que resulta de este género de impresiones otro mós funesto se le prepara en el resto de su vida
I y es que involuntariamente imitan a las personas poseí~
das de las pasiones Nada hay más frecuente que ver
llorar o un niño cuando ve llorar a otros, ni el que se enfurezca a cada paso cuando su nodriza padece de
accesos de cólera, porque esta propiedad que los hom–
bl es tenemos de imitar nos es innata, como que es pro–
pia de la sensibilidad animal Mas los actos repetidos
de imitación en esta especie de pasiones alterando más o menos su salud, deben engendrar e~ los niños
disposiciones habituales menOs fáciles aun poro las funciones del almo Se dice como proverbio que el
alma está sana, si el cuel po está sano, y es cierto¡ pues siendo la primera inalterable por su naturaleza no se
puede mudor por las disposiciones variables del segun–
do"
Vienen después p. incipios de la más elevada mo– ral, haciendo ver la necesidad de cultivar la alegría del
espíritu
"¿Cuál es la esencia conservadora del animal? El sentimiento Añádase el alma¡ o el conocimiento He aquí, el hombre sus sentidos son centinelas, sus sensaciones avisos que recibe el espíritu conservador en su mansión oculta El hombre todo es sentimiento
Aún aquellos par tes que no están destinndas a las fun–
ciones de sentir y conocer se hacen sensibles cuando una extraordinaria impresión, o acción de los cuerpos externos viene a ofenderlas
Las pasiones son efeclos de las sensaciones El rlacer o la molestia que resulta de éstas dan origen a aquélla Uno serie de sensaciones gratas engendra la
alegría, 01 ra de sensaciones molestas, da lugar a la tristeza el primer estado, conserva, el segundo des-
truye De la alegría nace el amor a las cosas que la causan De lo tristeza, el odio a los que lo producen. 10
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