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tertulia í'ntima donde se hablaba de política, de ciencia y de los progresos del mundo, en casa del Canónigo José María Castilla, emínentísima figura, por su virtud y alteza de carócter y pensamiento, en la ptímela épo– ca de lo vida independiente de Centro América Con– cú"ían el Or don Pedra Molína, uno de los mós entusiastas y fogosos patriotas, discípulo, como ya lo he dicho varias veces, del Or José Felipe Flores, y uno de los espi ritus mejor intencionados de la época, don Juan y don Monuel Montúfar, don Marcial Zebadúa, dan José Beteta, todos ellas figuras de primero filo en la política de los primeros años que siguieron a la In– dependencia, don José Francisco Barrundia, personali– dad que rivaliza en importancia con Malina en los sucesos de la Independencia y de la Federación, don Vicente GOl cía Granados, también persona de mucho viso, y dos capitanes de artille, ia cuyos nombre no pun– tualíza el Or Malina En aquella tertulía nació la idea de fundar un periódico, al cual se acordó dar el nom– bre de Editor Constitucional, repartiéndose las materias de que debía tratar entre las personas del grupo Una de las secciones, la de noticias, estaría a cargo del Te– niente don Manuel MontúfOl, (mós tarde jefe militar de importancia en nuestras primeros guerras civiles y lue– go, en el ostracismo histOl iógrafo notable, autor de las

Memorias de Jalapa), que a la sazón era oficial de la Secretaríb de la Guerra Otra destinada", articulas sobre educación física y moral, estaba a ca'go del Or Molino, y finalmente, una de Variedades, que era en la q\le se contenía la doctrina esencialmente revolucio–

naria, encomendado a los demás contertulios, Barrun–

dio, García Granados, Beteta, el otra Montúfor, Zebadúa, etc

Según lo dice Malina, a veces tenian que consig– narse noticias no del todo gratas a los independientes Se falseobon los hechos de la revolución sudamericana presentándolos favorables a las armas de los españoles, con el objeto, como puede comprendelSe, de despistar a los ó(,toridades y d fin de que fueran ellas tolerando lo publicoció'n

Alrededor de este periódico se agruparan en se– guido muchos personas, y de este g' upo nació nuestro primer partido fJOlítico

De una manera general puede deci' se que este partido queria la Independencia, aunque sus miembros

la' quisieran por muy dive¡ sos motivos

Entre ellos había también, según el propio Moli– no, algunos que no eran muy amigos de ella

De consiguiente, no puede decirse que esle pa.li–

do estuviera basado, esencialmente, en cuestión de

ideds Aunque por lo general el fin era uno, los mó–

viles y los aspiraciones, tan importantes para el resul–

tado definitivo, no lo eran Si indagamos bien, resul– torá que eran más bien razones de orden personal las que ligaban a los de aquel grupo

Inmediatamente apareció enfrentándose o este

periódico y a este partido, otro a cuya cabeza figuraba don José Cecilia del Valle, quien fundó El Amigo de la Patria ¿Lo bautizaría así en recuerdo del fiero Amigo riel Pueblo de Marat? No fue Valle aficionado al ex–

ttemismo terrOrista del eterno

IJ

nous sammes trahis"

Pera quizá hoya tenido en cuenta que El Amigo del Puebla, entre otros cosas, puso de bulto los despotismos

4

de la oligarquía inglesa que mandaba bajo las aparien– cias de una perfecto libertad, y en tal caso se daba la mano can los prapósitos de un periódico que, como El Amigo úe lo Patria, estaba destinado a ir derecho con– t, a el corazón del espí'ritu de familia aristocrático u oligárquico, el cual clamaba "libertad e Independen–

cio ll ,

pero para gobernar mós O sus anchas y gozar

mejor la explotación de sus privilegios y monopolios Este periódico de Valle no era como muchas veces se ha dicho cuando se estudian superficialmente los acontecimientos de aquella época, opositor a la Inde–

pendencia! si por tal entendemos no una mera cuestión

de palabras, sino la transformación y la liberación del

régimen colonial

Antes bien

t

como luego veremos, su labor, exa–

minada a la luz de lo crítica de hoy día, no pudo ser más exaltada en favor de tal transfo, moción.

Sólo que no busca ésta inmediatamente, sino como

consecuencia de una debida preparación moral y ma– terial

Además había otras razones que hacían creer en el españolismo de El Amigo de la Patria, en contraposi– ción al criollismo de El Editor Constitucional

José del Valle era Auditor de Guerra en el gobier– no y, hasta se habia hecho notar por su dureza en la

represión que aconsejaba contra los independientes¡

cuando los primeros conatos Sin embargo, la crítica

de El Amigo de la Patria contra los vicio. del sistema colonial era tremenda Pero para su tiempo, la forma en qlJe trataba las materias no estaba al alcance de la multitud No e, a un periódico popular

De suerte que las autoridades españolas no podían inquietarse mucho por aquel temor doctrinario que ha– blaba sobre todo de problemas de interés económico de que el pueblo apenas sabia de tan lejos

Bien visto este asunto me parece que más que

estao de acuerdo y ver con buenos ojos las autoridades y españolistas el periódico de Valle, que trataba tan du, o a las instituciones coloniales, demoliéndolas con argumentos vastísimos y lógica brillante ante el dilema de tener que escoger entre el periádico de Malina, que hablaba liso y llanamente de los derechos del criollo y de la libertad, y el de Valle, que doctrinaba sobre la manera de hace. evolucionar y transformar el régimen colonial, se tuvieron que decidir po. el segundo Alrededor, pues de El Amigo de la Patria, se agru– paron los españoles formando el partido que Se enfren– tó al primera Al partido españolista lo bautizaran los

otros con el nombre de "Gazista" (derivado de gaz,

para dar a entender que sus componentes eran gentes

aficionadas a Baca) por lo que, en represalia, los espa–

ñolistas bautizaron 01 otro con el nombre de "Cocos",

asegurando (suponemos que siempre en el hiperbólico

lenguaje de Jos políticos) que sus componentes no se quedaban muy a la zaga del lengendario personaje de aquel nombre, que tan prácticamente demostraba las formas múltiples de "hacer" patlia

Pe, o siendo estos los dos primeros partidos pol!'ti– Cos que apao ecen en la historia de nuestro país, con–

viene que me detenga un momento, para analizar el

fenómeno psicológico-social de su aparición y sus al–

cances

Pero previamente debo hacer un paréntesis nece-

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