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« Previous Page Table of Contents Next Page »ca. El tamaño combinado del mercado cen– troamericano hoy día, aun si tiene plena y
complefa integración, siempre no es mayor,
en términos de poder adquisitivo, al de una ciudad de buen tamaño en los EE.UU. Siem– pre es un mercado muy pequeño y es– pero que su orgullo nacional en lo que han hecho no les impedirá ver los peligros de te· ner que operar en un mercado tan reducido. Un segundo peligro que he observado y que me ha preocupado en los úHimos días, es que parece haber en esta zona, ese senti· miento natural que emana de la confianza de hacer algo importante: el que uno lo pue– de hacer solo/ que se necesita poco capital
extranjero, que tienen buenos mercados, bue–
nos financiamientos para hacer la mayoría del desarrollo que quieren Uds. mismos. Es· to es una de las más peligrosas ilusiones que
ninguna región económicamente pequeña
del mundo puede tener. Un tercer punto, co· mún a casi todas las zonas de desarrollo del
lTlundo, es la creencia de que los inversio~
nistas extranjeros están ansiosamente espe· rando en las fronteras para entrar en cuan· to les abran las puertas. Esto no es así, los
inversionistas extranjeros, son rrLuchos, pero
los países de oportunidad son también mu– chos, nadie está suplicando que lo déjen en·
±rar a Centroarnérica, ni a ninguna otra re–
gión sub·desarrollada. Entrarán sólamente
si se les crean condiciones muy atractivas,
si les dan estabilidad política, si ofrecen grandes incentivos y si van a buscarlos por medio de un programa de promoción agre·
siva.
Desconocimiento de Centro América
También quiero advertirles que no esti· men en exceso lo que el mundo sabe de Cen– troamérica. La mayoría de la gente del mun– do no sabe nada de Centro América excep– ruando quizás que aquí se producen bana– nos. Aun los Presidentes de Compañías im– portantes en el mundo no saben nada de Centro América. Me impresionó este hecho hace algunos años, cuando el organismo de Fomento de Puerlo Rico, contrató una firma consultora, para examinar la cuestión de qué sabían los Presidentes de Compañías ameri– canas de Puerto Rico y los resuHados fueron sorprendentes. Más del 50% de los Presi· dentes de Compañías no sabían que Puerto Rico tenía conexión politica con los EE.UU. Más o menos el mismo porcentaje no sabía que Puerlo Rico quedaba en el Caribe. Si esto es cierlo después del gasto de decenas de millones de dólares de parte de Puerto Rico para explicar estas cosas, piensen co– rno será de cierto para Centroamérica. Me atrevo a sugerir que hay un número signifi· cativo de inversionistas potenciales que po– drían ser buenos inversionistas para Centro
América que no tienen la menor idea de qué países hay en Centro América y para los cua– les Nicaragua o Guatemala están tan lejanas corno Nepal o Nubia.
Actitudes tradicionales
No se excedan en la estimación de la inteligencia de las personas que están tra– tando de atraer.
Mi trabajo en la América Latina en los úHimos cinco años, me ha dado una gran ex– periencia en las aclliudes tradicionales que
existen ,quizás aun lnás en la América Latina
que en los otros países del mundo, y que yo describria como el método tradicional de acercarse al desarrollo industrial. Primero, descansa sobre la idea de la protección. Si uno construye una barrera aduanera sufi– cien±e elevada, naturalmente puede que en· tren las importaciones, pero puede cerrar las fronteras también. Una vez que se hace es– to, las oportunidades industriales se crean inmediatamente; hay oportunidades para in–
dustrias pequeñas, de tamaño mediano, ade–
cuadas para la experiencia y capacidades de los hombres de negocios locales.
Este sistema también tiene la atracción de que no hay que tratar con los extranje– ros, porque los extranjeros son difíciles de tratar. Todo el mundo sabe eso. Lo pue· den hacer Uds. mismos, pueden sustituir mu– chas de sus importaciones. Esto es una ma– nera rápida de tener algo de desarrollo in– dustrial.
Industrialización local
Todos los países que tienen algún mer– cado, de algún tamaño, han encontrado que con esta simple y sencilla técnica, inmedia· ±amente ocurre algún desarrollo, pero .lcuá– les son los resuHados de este programa en América Latina? Primero, los mercados en algunos países tan grandes como Colombia, Argentina, etc., han sido tan pequeños que inevitablemente la mayoría de las Industrias establecidas han sido considerablemente ine– ficiehtes, han producido a costos dobles o tri· ples"del costo de producir el mismo producto .en los mercados mundiales. Como resulta– do, el público por largo tiempo sufrido de estos paises se ha visto obligado a comprar las necesidades de aquellos pocos lujos que pueden permitirse, a precios ridículos y ge– neralmente los productos han sido de mala calidad. Esto puede ser bueno desde un pun– to de vista social, pero es muy malo desde un punto de vista económico. Lo que se nece– sita en un país en desarrollo, más que cual. quier otra cosa, es un crecimiento rápido en los mercados, porque es el tamaño pequeño del mercado lo que hace de que la mayoría
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