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« Previous Page Table of Contents Next Page »bio en la orientación de su progra111a indus– trial hasta no haber pasado por un largo pe– riodo donde la experiencia sustentara la ló– gica del problema. Es decir, que a pesar de que la lógica indicara la i111posibilidad de alcanzar gran desarrollo industrial dentro de
una orientación a un mercado interno rela– fivarnen±e pequeño, la naturaleza humana es
tal que se hizo caso omiso de la 111is111a y se puso el e111peño en esa dirección. Hubo ne– cesidad de pasar por la experiencia antes de
calTlbiar de orientación.
El segundo dato de interés es que cuan– do se produjo el call1bio de política, allá pa– ra el 1950, Puerío Rico ya había alcanzado un Produdo Bruto de alrededor de $ 750 111i– llones, y las i111poríaciones habían alcanzado un nivel de alrededor de $ 350 rnillones. Ta111bién el ingreso per cápi±a se calculó en
$ 434. De hecho, la lección fue tan bien
aprendida que aún hoy día, aunque
rACO..... ,.,–
ce1110S un nmyor potencial en la sus±ÜUción
de irnpor±aciones, difícilrnen±e conSlaerana–
1110S call1biar el énfasis de la adual orienta–
ción hacia la industria de exnor±ación. Y
eso que el año pasado, 1964, alcanzamos un Produdo Bruto de 111ás de $ 2.5 blllones, con importaciones de $ 1.4 billones, y un ingreso per cápita de $ 830.
La Política Económica para la Exportación Industrial
Al Call1biar la orientación o enfoque de nuestro programa industrial, allá por el
1950, hubo necesidad de pensar sobre el pro– ble111a de la exportación de produdos 111anu– fadurados y lo que irnplicaba esta finalidad. Analice1110s por un 1110111ento las irnplicacio– nes del proble111a.
Desde el 1110111ento en que se conte111pla la posibilidad de exportar, es preciso recono– cer que la venta de produdos industriales en el exterior ha de COMPETIR a base de pre– cios y calidad con la producción industrial de otras áreas; y 111UY especial111ente con aquélla del país i111por±ador cuando este úl– timo es un país desarrollado industrial111en–
t~, que en el caso de Puerto Rico lo era, ob– v1a111ente, los Estados Unidos.
En esta úl±i111a relación de c0111petencia los predudores del país desarrollado IMPOR– TADOR ±ienden a tener tres grandes ventajas, y una gran desventaja respedo a los produc– tores del país no desarrollado EXPORTADOR. Las tres grandes ventajas de los produdores d;el país desarrollado importador son (1) ín– ilmo conoci111iento del mercado: su organi–
zaci~m, formas de vender y gustos de los con– sunudores, (2) mayores economías internas en la producción, y (3) mayores econo111ías e><ternas e n la producción. La desventaja respedo a los produdores del país no desa-
rrollado ±iende a ser aquélla de salarios más bajos en este úlfimo.
Antes de seguir adelante, perrnitanme señalar lo siguiente. Para los países no de– sarrollados, se podría pensar en la exporta– ción de producción industrial basada en una
mano de obra barata relacionada con una
baja produdividad. De hecho, he visto tra– bajos de economistas quienes, posible111ente preocupados por el problema del desempleo, han recomendado la creación de industrias
no rnecanizadas o artesanales, cuya produc–
ción Se pueda vender en el exterior a base de una utilización de mano de obra barata.
Sin embargo, una exportación industrial
de este tipo, basada principalmente en sala–
rios extremadamente bajos, ayudaría en muy
poco a resolver el problema creado por la Revolución de Expedativas que prevalece hoy día en los países subdesarrollados. De ahí que el interés ha de estar por fuerza en la exportación de una producción industrial donde la combinación de los fadores de pro– ducción o el grado de mecanización difiera muy poco de aquélla prevaleciente en los países de mayor desarrollo.
El hecho de que el país subdesarrollado utilice métodos de producción (combinación de fadores) sirnilares a los del país de ma– yor desarrollo no quiere decir que la escala de salarios ha de quedar a la altura de la de este úlfimo. Las tres ventajas principales que tienen los países desarrollados (Le. ínti–
mO conocimiento del mercado, mayores eco– nomías internas, y mayores economías exter–
nas), impiden al país subdesarrollado com–
petir en forma efectiva, a ITIenos que COITI–
pense por ellas con una escala de salaraios relativamente más baja. De hecho, para los países subdesarrollados el problema tiende a ser uno de REDUCIR EL EFECTO EN PRO– DUCTIVIDAD DE LAS TRES DESVENTAJAS PRINCIPALES A MANERA DE PERMITIR AU– MENTOS EN SALARIOS SIN QUE ESTOS AU– MENTOS DESTRUYAN LA HABILIDAD PARA COMPETIR EN EL EXTERIOR.
Dicho de otra forma, podría decirse que para el país subdesarrollado la politica res– pedo a producción industrial sería de (1)
una combinación de fadores de producción similar a la existente en los países desarro– llados, (2) una escala de salarios relativa– menie más baja que compense a los produc– tores por sus desventajas frente a los produc– tores de los países desarrollados respedo a problemas de mercadeo y las economías in– ternas y externas, (3) un programa agresivo para reducir las tres desventajas menciona– das, y permitir así reducir el diferencial en la escala de salarios necesario para compen– sar por ellas.
Este tipo de politica económica es el que ha caracierizado a Puerto Rico durante el pe– ríodo de la post-guerra, y quizás lo más inte– resan±e de 19- experiencia ha sido la forma en que Puerto Rico ha tratado de atacar los
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