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« Previous Page Table of Contents Next Page »callaban indudablemente por su oratoria yconocl– mientas Adolfo Altamirano, Policarpo Bonilla, Manuel Coronel Matus y Francisco Montenegro
Yo escribía entonces para un periódico de Md– nagua "El Siglo XX", unas crónicas que titulaba "Alrededor de la Asamblea" y, Altamirano, una vez me llamó la atención de haber hecho mejor presenta– ción del discurso de Po!icorpo que el que él pronunció ese mismo día
Refiere ésto, para que se advierta el por qué, sin motivo ninguno, nada más que por la creación de un ambiente artificial, se hacen muchas cosas Policar- . po, acuerpado por Eloy ~rfaro y el núc.'~o colom';>iario– ecuatoriano eran los arbltros de la politlca exterior de Zelaya, pues en Id i~terior, c~n las lavativas con ch}le y el tamarindo, tenia sometidas todas las rebeldlas conservadoras en ese momento Como si se estuviera formando una escuela nueva de despotismo, circula– ban frases de corto ultrarrevolucionario que se ponían en boca del General Alfara "General Zelaya, al ene– migo a Id bolsa". "La Constitución al pie de la cureña del coñón" decía Juancho Uribe, Policarpo y Alfara, llevados por José Dolores Gámez, Ministro de Zelaya, tuvieron una larga conferencia con éste En los pasi– llos del Palacio había muchos leoneses y granadinos en espera de los resultados de la Conferencia y aunque no dijeran nada los que salran de el/a el hecho es, que se supo en seguida que la guerra a Honduras estaba decretada
En León y las Segovias (así se llamaban Ocotal, Estelí, Jinotega y Matagalpa) el reclutamiento era ac– tivo o implacable Los amigos de Vásquez, entre los cuales citaré el primero, Pedro Calderón, se fue a Gra– nada y a su regreso me informó que habían mandado a Vázquez un· expreso poniéndole al tanto de lo que sucedía, esto es, que la invosión a Honduras era inmi– nente En la ciudad de León se reclutaron casi cuatro mil hombl es en pocos días Había entusiasmo bélico, sin saberse pOr qué Se iba a combatir, decía la gente a l.lri ultrdmontano, a un gran tirona, enemigo de las Iil;>ertodes Todo en lenguaje colombiano-ecuatoria– no Toda la prensa nicaragüense en manos de la emigraCión colombo-peruana, aspiraba al humó de los combates de Río Negro en Colombia
Nunca me he podido explicar por qué motivos estos elementos fueron tan entusiastas en la guerra contra Vázquez
El resultado de la misión que se le mandó a Váz– quez fue decepcionante Vázquez no dio importancia a los informes de sus amigos de Nicaragua Se atenía a las promesas de Zelaya, que le aseguró por muchos conductos que los emigrados hondureños no encontra– ríon ningún apoyo en su Gobierno No puedo creer que un Jefe de Estado me diga una cosa y haga otra, les decía a sus amigos . Se invadió por fin a Honduras con diez m·i1 hom– bres de las fuerzas de Zelaya comandadas por el Gral Anastasio Ortiz y como tres mí! que aportaban los re– vol.ucionaríos hondureños al mando qe Policarpó Boni– lla Vázquez apenas pudo en la sorpresa del ataque reunir una pequeña fuerza, pero, ya tomada Choluteca
y otras plazas principales, no le quedó más recurso que reducirse á defender la Capital.
. : Esto cayó después de 30 d,'Os de asédio, pues dis– ponla de escosas fuerzas y pocas municiones
Siendo ya inútil la defensa, llamó a sus generales, les expus~ .10 situ~ción y dijo que el que. quiSie!a, sin
'espo~sabllidad ninguna, pidiera su baja NIri~';I~~
acepto Con 400 hombres rompió el cerco Y se dlrlglo a El Salvador.
LA PERSECUCION
Esta fue algo terrible, interceptado en todos los caminos por los aguerridos generales de Policarpo, como Sierra y Manuel Bonilla, por los generales nicara– güenses Gutiérrez con 800 hambres, (a) Chocoyito y Portocarrero con 300, tenía que ab, irse paso, día y no–
che en un combate constante y desesperado
Si el escenario de esa lucha no fuero tan minúscu– lo y los motivos de ninguna grandeza, ni política, ni social, esta retirada podría ponerse a la par de las mejores hazañas militares, pero, para Centro América, sin hipérbole, toca los lindes de una proeza homérica Dichosamente Vásquez cruzó el río Goascorán, frontera de El Salvador, bajo una lluvia de balas con sólo 150 hombres Digo dichosamente, parque entre los perseguidores se habían jugado indecorosamente todas las partes del cuerpo de Vózquez
TEMPERAMENTO Y MODALES DEL GENERAL VAZQUEZ
Ya el General Vázquez, derrotado y en exilio era objeto de una vigilancia extraordinaria de parte de Zelaya Se le seguían los pasos corno a un hombre peligroso Lo curioso es que los instigadores de esta persecución eran los ecuatoriarto-colombianQs, quienes le daban, bien sea, por sus mejores informaciones o superior visión política, uno importancia excepcional a Vázquez como política de Cuidado Zelaya aprovechó la ocasi6n para ejecutar una zelayada extrayéndole del
bOl ca en que viajaba a su paso por Corinto Se f~ clio de prisión el Cuartel de Managua que quedaba a 300 metros del Lago de Managua Hubo gestiones tdnto de amigos de Nicaragua como de los Gobiernos de El Salvador y Costa Rica para ponerlo en libertad, pero la presa se consideraba demasiado valiosa para soltarla fácilmente
Persona allegada a él, me refirió la entrevista que Zelaya le permitió con el General Vázquez
"La entrevista tuvo lugar en presencia del Coronel Arauz, y comandante del cuartel -Por qué está Ud aquí? -No sé, pregún1ele a Zelaya -Cómo lo tratan?
-No me apalean y rrie dan de comer
-Le han seguido proceso? Le ha interrogado el Gral Zefaya?
-Ese hombre no se atreve a verme tile frente Si lo hiciera, caerfa de rodillas como un esclavo culpa– ble ante su amo" Y volviéndose a Aróuz "DígaseJo Coronel" liNo corro peligro, para fusHarme se ,nece– sita valor y ese individuo carece de él, RepítasE*>
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