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, Tenía ul'1ds clases de matemáticas que daba en un colegio de Modesto Barrías, y como el curso ya con– cluía, resolví regresar a Costa Rica, no sé si decepcio-

nado o jalado por la novia de Puntcirenas, mi actual señora, y como buen náufrago de amor, pongo aquí punto final

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ALGUNOS RECUERDOS SOBRE

EL GRAL. DOMINGO VAZQUEZ

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Era colombiano y murió loco en ,Chile.-P B.

1893 en que los conservadores de Granada derrocaron al Dr Sacasa, y luego, vencidos por fas huestes de León al mando de Zelaya Consolidado el régimen autori– tario y esencialmente militar del General Zelaya, Managua se convirtió de repente en el centro revolu– cionario internacional de todos aquellos que tenían cuentas que cobrar o simples ganas de conspirar contra sus respectivos gobiernos, de Centro y Sud América Entre los más destacados elementos descontentos de esos países estaban los colombianos, jefeaods por Efoy Alfara -ecuaforíano- Allí con él, Juancho Uribe, Juan Coronel (chileno) (1l periodistas de com– bate y una legión de coroneles y generales ecuatoria–

nos colombianos y centroamericanos

A engrosar esas filas llegó Policarpo Bonilla cau– dillo hondureño, que habiendo sido derrotado por el Gobierno de su patrio, tlataba entonces de derrocar al General Vásquez que hacía poco tiempo había tomado las riendas del Gobierno

Casi todos ellos, intelectuales, periodistas y hom– bres valerosos, crearon una qtmósfera revolucionaria en Nicaragua con sus discursos, sus peroratas y publi~

caciones que, sin exagerar, en esos días, se vivía en Nicaragua en plena revolución francesa Policorpo Bonilla llegó a ser por la voluntad de Zelaya, diputoqo para la promulqaciófÍ de la célebre Constitución lla– mada "'La Libérrima" y que sirvió dé pedestal al despotismo.; de ese Gópierno Aquella Asamb[ea Cons– tituyente, pretendfd, estar haciendo las jornadas fran– cesas de Julio del 93, en Francia, sin Bastillas, ni monarquías Pero la inflamación de los espíritus era evidente Cualquier carretonero recitaba con énfasis declamatorio, párrafos der discurso de Juancho Uríbe sobre Máximo Jerez Aquello de "las balas vuelan como palomas mensajeras", "las granadas bellotas de la libertad", llegaron a contagiar al pueblo, al popula– cho y hasta a muchos señorones de la sede conserva–

dora de Granada, sin saber, por supuesto, que el elogio de ia bala y las granadas lo habían hecho el conven– cional Constantin en una de las sesiones de la Con– vención francesa, cien años antes, con las mismas palabras

Se notaba el influjo que con su buena preparación adquirió ante Zelaya el Convencional Bonilla En esa asamblea que llamaban los ecuatorianos-colombianos, hondureños, la Asamblea Nacional Constituyente, des-

UNA INTERROGACION

Al terminar la invasión de Honduras, llevada a cabo par las fuerzas de Zelaya y los revolucionarios de Honduras, acaudillados por Policarpo Bonilla y que culminó con la caída del General Vózquez, todos se preguntaban en Nicaragua, tanto los dirigentes libe– rales, como los dirigentes conservadores, ¿por qué se le hizo la guerra a Vásquez de modo tan rápido como cauteloso? Esa interrogación la encontré en pie en Nicaragua después de veinte años de exilio que volví a la tierruca A mi juicio, en éso, como en tan– tos acontecimientos del régimen de Santos Zelaya influyeron poderosamente factores psicológicos ines– perados

Sucesos trascendentales para la vida de Nicara· gua se sucedieron con rapidez kareidescópica desde (1)

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Con el deseo de complacer a un amigo que me solicitaba datos acerca del General Domingo Vázquez,

me dirigí a El Salvador a mi amigo muy estimado Sal– vador Calderón Ramírez:, instándolo, al propio tiempo, a que se pergeñara unas cuantas cuartillas biográficas sobre este interesante personaje de nuestra historia centroamericana

Calderón me contestó inmediatamente informán– dome de su mala salud y entre otras cosas, me dice "Indudablemente es uno figura colmada de ori– ginalísirnas bízarr íos y su honda y compleja psicología podría dar toma para hacer una biografía de corto y sabor moderno, como fa que está en boga actualmente y que propende a poner delante del lector'a exacta imagen del personaje, dando también la sensación del medio en que desdobló Sl,l e:l<Ístencia Don Domingo tiene rpagní¡ficos rr¡atic¡:ls 'en su larga, gloriosa y ator– mentada vida Yo no podría intentar semejante labor sino pisponiendo de datos y de tiempo, -esto último me falto Tú podrías efectuar esa tarea El asunto es tentador"

Si a Salvador Calderón, a quien ya conocemos co– mo escritor atildado y fino cronista, le pone los pelos de

pUI''lto el asunto, qué no diré y hOl é yo

Sin embargo, para complacer al amigo que se ha preocupado por reunir datos sobre el General, can jus– to niotivo, daré algunas de mis impresiones de simples recuerdos vividos en Nicaragua, El Salvador y Casta

RiCo

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