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« Previous Page Table of Contents Next Page »de la justicia, más que sacerdotisa de Temis, era la diosa de la venganza (1)
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LA CONSPIRACION
Felipe Argüello era el jefe militar que mandaba la guardia de Cerda A la seducción de Doña Damia– na se agregaba que había sido subalterno de Casano– va' y quizá hermano masón De modo que no era humano que aquel hijo de Marte y descendiente de Nicarao resistiera mucho tiempo, ni el roce de la am– plia crinolina y, mucho menos, la fascinación de aque– llos ojos negros, encendidos de odio y de pasión Como había consternación por los fusilamientos en to– das las clases sociales, el ambiente era propicio para cualquier conspiración contra Cerda
Y, así, el 7 de Noviembre de 1828 éste es sor– prendido en su propia casa, reducido a prisión, y so– metido al infamante y torturador suplicio de los grillos
Doña Damiana por una satisfacción felina asistió al acto del engrillamiento y cravando su mirada en la víctima le dice "Conoce Usted esos grillos?
Sí, contesta Cerda con fiereza, son los mismos que llevó su marido a quien fusilé junto con Casanova por traidores, y estaba bien puesto y ahora no, porque soy víctima de una intrigo vil • El 27 de Noviembre Cerda fue juzgado por un consejo de guerra y fusilado a los dos de la tarde Dice el historiador Pérez que doña Damiana se lanzó "en medio del motín d darle un abrazo a Felipe Argüello, quien le dijo "Está logrado lo que deseabas, y pone en su boca palabras impropias de la cultura de Daña Damiana, ni oportunas para el lugar y el mo– mento trógico El condenado marchó al patíbulo, descalzo, diciendo "fuera pompa" y murió con valor y serenidad
Mand6 llamar a su pequeño hijo antes de sen– tarse en el banquillo de ejecución, poro recomendarle que ni procurara vengarlo ni odiase a sus victimarios Por la intervención de una mujer, quedaba Ar– güello dueño de todo el gobierno
El primer ministro de Argüello se dirigió inmedia– tamente a Rivas Parece que, para la sublevación, ella estuvo en inteligencia con Arellano, árbitro de la situación, cuya intimidad -que posiblemente fuera indispensable para el logro de sus fines- dio el fruto de una hermosa niña que fue educada como hija en
(l) Albonio rey de los lombaldos mató a Cunigundo rey de los gépidos y se casó con su hija Rosamunda. En una Olgía la hizo bebel en una copa hecha con el clá– neo de su pad,e Quedó sellada la muerte de Albonio Pala realizarla Rosamunda buscó dos socios, uno a quien entlegó su mano, y, otlo a quien dió su amOl Consumada la venganza, se unió al plimelO, pelO no taldó en cansal'se y lo mandó asesina.. Siguió vivien– do con el segundo, a quien también quiso sup,imil De acueldo con el lomano Longino, exarca de Rávenll, le of,eció un veneno; pelO la plesunta víctima, apenas lo hubo gustado, sospechó la lealidad y la obligó a be– bel el lesto, mUliendo ambos a un mismo tiempo. Es– ta es la única émula que he encontrado en la histol'ia pala Doña Damiana, con la difelencia, que ésta puede decirse santificó su venganza, mientlas que la otla la envileció
casa de los señores Montiel Refieren en Granado, que la llamaban familiarmente "lo hija de lo vengan– za" Casada con un joven Montiel a los 15 años, tuvo una hijo, que mós tarde se llamaría doña Pepo, casado con don Nemesio Martínez, de Rivas, vice– presidente de Nicaragua en 1916 en el gobierno del General Emiliano Chamarra
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LA BESTIA QUE MATA
Antes de la ejecución llegó una orden del gobierno de Granada para trasladar al reo a eso ciudad, sin duda poro ver a su enemigo vencido y humillado Doña Damiona, temeroso que la víctima se le escapara de las monos, mandó preparar Jo acémila que [o condu– ciría, con los aperos que se ponen bajo el aparejo (1),
provistos de agudos clavas Como llegara contra or– den de marcha y, sÍo, la de fusil ación, doña Damiana mandó o un peón que retirara la bestia Montarse éste sobre el aparejo, y dar el animal enfurecido un enorme corcovo que lanzó al infeliz a larga distancia, desnucándose, todo fue uno Aseguran que doña Domiana muy consternada sufrió un síncope
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EL CRIMEN DE LA PELONA
Otro incidente doloroso Por orden del gobierno se trasladan los reos políticos del régimen caído a Gra– nado Entre ellos había gente distinguida y hasta amigos del marido de doña Damiana Una vez en las cárceles de Granada, los 8 prisioneros engrillados y confundidos con los reos comunes, so pretexto de que había una conspiración contra ellos, se dispone tras– ladarlos a San Juan del Norte El oficial ,encOrgapo de la ejecución de la orden, embarcó o todos los presos que encontró en la cárcel Lo barca de CarOr:1te zarpó ejel Lago rumbo al río San Juan, pero al pasar frente a un islote escarpado llamado La Pelono, fueron desembarcados, masacrados, arrojándolos al lago con sus grillos y sus cadenas, y, así en macabro espectáculo rondaban por las orillas del lago como mudos pera elocuentes testigos del nefando crimen. (1 )
(l) Se llama aparejo un altefacto pala carga, que consiste de cuatro patas convexas que se amoldan al lomo de la bestia y debajo los apelDS, generalmente de estelaS o
trapos (1) LA PELONA
Existen muchos documentos sobre el climen de La Pe– lona, publicados por Pérez, Gámez y otlOS tantos his– toliadoles Entle éstos está la relación del doctor don Altmo Aguilar bien documentada (Revista de la Aca– demia de Geoglafía e Historia de Nicalagua, tomo 2-N9 3-1936).
El autor es descendiente de una de las víctimas de La Pelona, el Lic don JUan Francisco Aguilar, juriscon– sulto gladuado en la Univelsidad de San Carlos de Guatemala y pelsona prominente social y políticamen– te De ese esclito tomamos lo siguiente:
"EPITAFIO" Pab'iotas sensatos y piadosos En esta tumba yelta descansamos Las víctimas de iA1güello y suplicamos
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