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« Previous Page Table of Contents Next Page »más espectacular de apoyo popular, pero han existido otras igualmente satisfactorias; pue– blos diminutos donde la gente ha cavado po,. zas de agua o construido cisternas, comuni– dades que han formado espontáneamente comisiones para construir excusados para la escuela, o que han peticionado para que se estableciera un puesto sanifario.
"Uno de los grandes triunfos", expresó el Dr. Con, "fue cuando las mujeres comen– zaron a traer a la clínica sus niños sanos pa– ra ser examinados. La medicina preventiva había sido un concepto absolutamente extra– ño para ellos; al principio era difícil hasta conseguir que vinieran cuando estaban en– fermos. Esto está cambiando, y rápidamen–
te".
"Hablarnos de nuestros éxitos", dijo el Dr. Coll, "pero nuestros fracasos son igual– mente tan importantes corno aquéllos. Tal vez aprendamos aun más de los errores que de las cosas que salen bien.
"Estoy pensando en un mercado que construirnos en un pueblo vecino, en el que se invirtió bastante dinero por parte de va– rias agencias internacionales y del pueblo mismo; se contrató a un excelente arquitec–
to, que planeó un mercado suntuoso. Este se construyó presfando gran atenc:;.ión a la estética y con un empleo considerable de mármol. Ahí está, una cosa hermosa pero ajena, recordándome una bella sinfonía fo– cada con instrumentos equivocados.
"El mercado tiene poca adaptabilidad; no permitió que la gente continuara con sus faunas ±radiciona,les de vender y comprar; trató de eliminar totalmente algunas prácti– cas en vez de cambiarlas; creó tantos proble– lnas como los que resolvió.
"~a administración del mercac;lo provo– có una con±:roversia política en el pueblo. Como resuHado, los funcionarios de la po– blación se sienten menos inclinados a acepo tar nuestros consejos en otros asuntos. Pero hemos aprendido una saludable lección de ese mercado: aprendimos la necesidad de trabajar desde adentro de la comunidad más bien que imponer desde afuera".
V
Desde que fue establecida la primera zona de demostración en El Salvador, otras catorce naciones y territorios han intentado experimentos similares. Los proyectos va– rían en sus detalles, pero han demostrado ser una buena forma de coordinar los aspectos centrales y locales de un servicio sanitario nacional, y de formar una carrera de servi– cio sanitario.
En mi úHimo día en El Salvador, visité al ministro de Salubridad y le pedí que me sintetizara la tarea del área.
"Se ha convertido en la parte central de nuestro programa sanitario nacional", me di– jo. "Influye en todo 10 que hacernos; sin emhargCl, puede argumentarse mUY bien que
el mayor beneficio aislado que hayamos re– cibido del área, es el conocimiento de cuán profundos Y complejos son nuestros proble– mas.
"Hasta que no se efectuó el estudio in– tensivo de las condiciones sanifarias en el área, no nos dimos cuenta de la magnitud total de nuestras necesidades. Existe un di– cho que reza: nadie se hiela y nadie se mue– re de hambre en El Salvador. Ahora sabe– rnos que, aunque puedan no morirse real– mente de halTIbre, muchos niños mueren por mala alimentación y otros se vuelven poco eficientes por falfa de alimenios apropiados.
"Nos enfrentamos con un complejo de problemas. La necesidad del trabajador ru–
ral lo ata al campo de la caña de azúcar y a la plantación cafetera. La enfermedad y la mala nutrición socavan su fuerza; su falfa de instrucción puede hacerlo renliso a aceptar las nuevas formas. Algunos pueden haber pensado que todo esto podía ser cambiado gracias al área de demostración. Hay mu– chas cosas que no pueden ser cambiadas por las enfermeras y el administrador, y muchas que solo pueden hacerse lentamente. Sin embargo, cuando medito sobre lo que se ha conseguido en los pocos años desde que Se estableció el proyecto, puedo contemplar el fuiuro con esperanza y fe.
"Ahora exisle buena agua donde antes solo había agua con tifoidea o ninguna; aho– ra en varios pueblo p hay mercados limpios, donde antes había moscas y enfermedades; ahora hay centros sanitarios en los pueblos grandes y puestos en los más chicos; existe un personal q:e médicos, enfermeras Y asis– tentes experitl1.entados, que han aprendido a trabajar en equipo y qUe traen una canti– dad creciente de ideas para solucionar los problemas que enfrentan; recibimos muchas sugestiones valiosas de las auxiliares que vi– ven tan íntimamente con los problemas en el terreno.
"Cuando se inició él área, requerimos la ayuda de las agencias internacionales, y nos la dieron generosamente; todavía estarnos recibiendo su apoyo, pero ahora nosotros también formarnos parte del programa inter– nacional, Y médicos y enfermeras de oiras tierras vienen a írabajar con noso1ros para aprender lo que estarnos haciendo".
* * *
Un faC±or fundamental en el éxito del proyeC±o sanifario integral de El Salvador, fue la obra de Adelia Eggestein, que aportó a la tarea de enseñar a las enfermeras un profundo respeto por la humanidad y por su profesión. El 3 de AgosI0 de 1957, Miss Eggestein murió en un accidente de tránsito en El Salvador, en el viaje de vuelta de un pueblo donde había estado despidiéndose de unos amigos En verdad, ella sigue su mar– cha, sirviendo siempre a la humanidad, en la tarea de las jóvenes a las que enseñó tan ;Pien y tan cariñosamente.
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