Page 132 - RC_1965_04_N55

-Pero, señor -me dijo-- ~de qué sirve enfonces fanfo "perejil" que ttay en la ciu– dad, si no se ha de enconfrar mi pisfo"

Viendo el apuro' de mi pobre amigo y deseando ayudarlo a recobral' las prendas perdidas, esfuve pensando a qué arbitrio po– dría recurrirse. Después de haber pensado un buen rafa, le dije:

-Creo haber dado en el blanco; vamos a poner un anuncio en el "Diario de Cenrro

Atnérica" .

-Y, ~quién es ése" -pregunfó don Clí–

znsco.

-Es -le coniesié- un papel que se im– prime iodos los días; que compran muchas personas para leerlo; que airas leen de pres– iado y que contiene dos páginas de avisos, enire los cuales hay muchos de pérdidas pa– recidas a la de usied. Allí pondremos el anuncio del chaqueión verde.

-y con eso, ~es seguro que me lo enfre– garán con fado lo que cargaba adenfro"

-Seguro, no; pero probable, sí. Será

necesario escribir el aviso; y como yo, por

desgracia, no sé escribir ese género de lite– raiura, no ofrezco a usfed redacfarlo. Bus–

q~e al eSl'ribano, como uE\ied le llama, que h,zo los que puso en las iglesias, y que le haga esie airo.

-y le fengo que dar airas seis reales -dijo don C!fmaco.

-y airaS do~ pesos más -dije yo- que d.ebe 7 á usied pagar' po~ la inserción del anun– C10 en unos cuaIÜOS numeras del Diario. -'-Ofra ie, pego -exclamó mi vecino. Yo pensé qu~ n,9 cobrapan pac;ia por eso; pe– ro ya voy Vlendo que aqul nl agua dan de balde.

8

El anuncio

Se despidió don Clí– maco, salí y no volví a pensar en la pérdida del chaqueión. Pero al si– guienie día se presenió mi hombre con un pa– pel en la mano.

-Aquí esiá -me di– jo- el aviso para el "Vi- . cario" de Cenrro Amé- +lca"; se lo rraigo, vecino, para que usied co– mo capaz que es, vea si esiá bueno

. .Limpié las gafas, iomé el papei y leí lo slgulenie, escriio en leiras muy gordas:

IIIATENCIONIII Anun6io inieresanfe

Una buena gratificación por el allasco de un gabán y demás objeios úfiles y necesarios que confenía anfes de

que se perdiera

Y luego, en leira más pequeña:

El maries, día 30 del que espiró en Jo– coienango, se desapareció un gabán vul– go chaqueión, propiedad del que habla de pana verde, con diez boiones de oro a quien se lo quiiaron del cuerpo, qu~

conienía en una de las bolsas de afuera !rece pesos en moneda del cuño y una baraja, para jugar un rosario de perlas enirefinas, con una espuela en la de adenfro. Tiene el valor enfrínseco de ser cosa heredada del airo tiempo. Se graiificará con un peso al que lo presen– fare en el domicilio de mi habitación·

pues de 10 contrario, perseguiré COnl.~

reo de rapio al que lo ocuUare anie los iribunales.

CLIMACO DEL CACHO, (que vivo en "El Purgaiorio").

I

Dos veces leí aquel exfraño anuncio, y lo devolví a mi amigo diciéndole:

-Bien esiá. Crea que no hay para qué variarle ni una coma. Llévelo usied luego a la oficina del Diario.

-'-~No es verdad que esiá como manda– do hacer" --dijo don Clímaco. -El escriba– no me lo leyó y vi que iodo lo declara bien. De qué era, qué bofones ienía, lo que carga– ba en las bolsas y hasia el lugar donde vivo para que 10 lleven. Voy a qué lo pongan.

Trabajo me cosió no reírme de la sim– plicidad de mi amigo que se marchó, deján– dome con no poca curiosidad de ver en qu(o paraba aquello.

_. No pasó una hora sin que volviera, di– clendome que esiaba el aviso enrregado y pagado. '

-~Y lo leyerop" -'le pregunié.

,,-:No -'-me dij<p--; s610 les encargué que lo pUsleran y me Vlne.

9

Leyendo el periódico

T r e s días después apareció don Clímaco en mi casa y me pre– gunió si habla visio su anuncio en el papel. Le dije que no había ie– nido tiempo de leer los avisos de los últimos números; pero que los

veríamos inmediata–

menfe. Tomé el del día 7 enire los muchos que aJ;¡undabah sobre las sillas y mesas dI" n:<i

haJ;¡iiación' y comencé a buscar el anUll. C10 del chaquef6n verde. Don Clímaco es– iaba muy conienio, esperando ver cuándo

lo mencionaría.

-"Abogado y noiario. .. (leí enrre dieri– ies), un novillo blanco ... ; se alquila ... , la

-26-