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« Previous Page Table of Contents Next Page »opiimismo y el idealismo sin fronleras ni ma– lices de los primitivos demócratas, de aque– llos que lucharon contra el realismo de Bolí– var, de los que consultaban a Washington como antaño Se consultaba a la Sibila. To– do el cuadro es idéntico al antiguo de hace un siglo: Europa en llamas, Europa, tierra del Mal. América del Norie, ancla de salva– ción en medio del Diluvio:
Medrana decia:
La hora es definitiva El mundo 10 presiente
Ha sonado la hOla para la Humanidad
De la bélica hoguera, formidable y rugienfe,
como el antiguo Fénix surgirá igniviviente,
ungida por el triunfo la Nueva Liberfad
La hala es definitiva La Amédca está aien1a Europa envueUo en llamas es nueVe Sinaí, Entre las tempestuosas nubes de la tormenta las Tablas del Derecho Moderno están allí
Wilson, que tu palabra en esta hora del Mundo sea corno la hoz para segar la mies Leten los corazones con un rifrno profundo La Democracia quiere sus Tablas de la Ley
Pero en la República Dominicana, prue– ba más de la diversidad de reacción de His–
panoam.érica, no existía el optimismo lírico
de Nicaragua. Las tropas de ocupación te– nían una conducia reprobable, la ciudada– nía se indignaba, manifestaba su desconten– to, y las cárceles se llenaban de prisioneros. Entre ellos estaba un poeta, compañero de Daría, Fabio Fiallos. Desde su celda carce–
laria envía poemas de acentos rom.ánticos~
mezcla de melancolía y de rencor, en los que el Apóstol Wilson torna caracteres de un astulo Maquiavelo.
Oh, dulce compañela de mis noches
de cárcel y dolCl,
blanca luna, la paz recobra. y vence tu cándida emoción
Que ese soldado de tan vil aspecfo, y ojos de azul feroz,
a pesar de la sangre de sus uñas, su abuso del licor,
y sus hazañas de pillaje y ruina,
y estupro y violación,
y de irtcendios, martirio;:; y hecatombes
por doquiera pasó,
Es, oh pálida luna. el supet-hombre
que Wilson desfin6,
Con paternal cariño, a enseñarnos su nueva religión
De paz y de concordia entre los hombres de una y otra nación,
y que el Estado fuerle contra el débil
se elija en protector,
En cambio el débil coImal á del fuede
la muy justa ambición
enh egándole al par hacienda y vida,
y además el honor
Mas, a pesar de todo, los acontecimien–
los mundiales habrían pronto de unificar al Continente. Los Estados Unidos entran en guerra contra Alemania, y toda Hispanoamé– rica la declara simbólicamenie Sólo guar– dan su neutralidad Argentina y Chile. ("A– penas brilla alzándose el argentino sol y la estrella chilena se levanta", había cantado el gran poeta). A la guerra van lambién los países ocupados por los Marinos: Nica– ragua y República Dominicana. A la gue– rra por la libertad de las naciones.
La dual conducta de los Estados Unidos -defensores del Derecho y la Libertad, en Europa, y atropelladores de pueblo débiles
en América-, era resentida, aún por aque–
llos hispanoamericanos que admiraban y amaban al pueblo norteamezicano. Salo– món de la Selva, poeta nicaragüense que re– sidía por entonces en Washington, y que por entonces ya figuraba entre los mejores nue– vos poetas de habla inglesa, escribió, en in– glés. "El Corazón de un Soñador conoce su propia amargura", IUn poema panamerica– no en la entrada de los Estados Unidos a la guerra).
De la Selva canta en él su amor hacia el Norie y el Sur Su madre es la tierra del Sur, su novia, la tierra del Norte.
Pero una secreta alTIargura le roe el co–
razón: su amor por la tierra enemiga ha. sido lY\otivo de escarnio; le han echado en cara
olvidarse de los agravios, ha recibido afren– ta por elegir corno segunda patria a Norlea–
rnérica, y entonces alzándose ante ambas pa–
trias clama por la concordia continental:
Al ~ur le dijel Tú eres mi madre,
Tu querer me fonnó, ius ricos pechos me alimeriia-
(ron,
A fus hijas llamo hennallas, hermanos a tus hijos. En mi hora de angustia no llalnaré a nadie más Tú cerrarás mis ojos cuando muera.
Al Norie le dije: Tú eres mi novia;
Rubia ie he encontrado, y me has de con.ocer Junios nos levantaremos, lado a lado Un día gozarás de mi an10r con orgullo,
Pues los que ensalcen mi nombre a tí te honrarán
y nuevamente hablé ante el lostro de l.ni madre: Esta es tu hija, esta tierra extranjera, POl su amor enfrenté la deshonra
He destruido los nluros de la fe y de la raza,
Tan fuerte era el amor que no resistió ninguno.
Por esta fierra, por su elección, he sufrido vergüenza, Por esia tierra con todas mis fuei zas he aplaudido Dulce, muy dulce es su nombre a mis oídos Por su causa moriría la m.uerle del soldado
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