This is a SEO version of RC_1965_02_N53. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »19
Maderas preclosas.-Los "Cories".-EI retiro.-Un molino de broza.-Un maquinista de Olancho.-Monte Rosa.-Boj.– Valle del Guayape.-San Francisco.-Río Jalán.-Pariorama del bosque.-EI comercio de caoba.-"Corte Sara".-Prepa– rando un corte.-Las tortilleras.-localizaclón para los corles. --Camil1os.-Derribo.-Aserraderos.-EI arrastre.-las bal– sas.-los "PipClntes".-Naveganclo en el Río Patuca.-EI Ja– lán.-Sus placeres Cluríferos.-Americanos en Olancho.-la región aurífera del Guayape.-Ruta sobre el JCllán.-Que– bracho.-Un "Fandango".-Laguna del Quebracho. - Don Gabriel.-Viaje íncómodo.-Armadillo horneado.-Una le– yenan dorada.-Cacería.-EI Tucán.-EI Tapir.-La Cercela de alas azules.-EI pavo silveslre.-Pájaros de Olancho.-
El Tepezcuinle.-Animales familiares.
Varias semanas después de mi llegada a Juticalpa recibi una invitación de n1.i amigo el señor Ocampo para que visitara el corie de caoba, o benque, en el Río Jalán, conoci– do con el nombre de "Corie Sara". En va– rias conversaciones que con él había tenido supe de los lugares donde los hombres esta– ban trabajando. Es±os eran: el corie de Mez– cales (cerca de la desembocadura del rio de Ca±acamas) I el corte Frio, en el rio de ese nombre que desagua en el Guayape, y el corie Sara, en el Rio Jalán. El nombre del cuarto, cerca de la pequeña alelAs de AlaiA– gua, olvidé anotarlo como también la locali– zación de dicha aldea. El seIlor Ucampo es también propietario de un corie en el Bajo Guayape, conocido con el nombre de Los Guapinoles.
Es±imando los recursos de la región que riegan los ríos Patuca, Pavas y Aguán, las maderas preciosas In8reC8n una parficular consideración (aún mayor que los minerales por su vasta cantidad, calidad y accesibili– dad). Además de las maderas muy conoci– das como la caoba, el palo-rosa, el guaya– cán, el brasil, el palo de Campeche, el cedro, el roble y el ébano, hay una variedad de otras muy valiosas desconocidas po> el co– mercio y la industria y que, cuando Hondu– ras sea más conocida, se sacarán a luz para uso general. Algunas de estas maderas tie– nen nombres locales y serán, en lo sucesivo, enumeradas entre los productos exporiables del pais. El corte y la exportación de la cao– ba son tal vez de las ramas más importantes de la industria y el comercio En un pais tan favorecido por la naturaleza como es Olancho, regado por rios que conectan las partes znás lejanas del interior con el mar
y atravesado por las zonas forestales más vastas y de más valor que se conocen, el ne– gocio que se puede derivar de tales ventajas
no puede sino tener preferencia a cuales_ quier otros. Se han dado estimulos extraor_ dinarios de parte del Gobierno a las empre_ sas extranjeras, y una mirada al territorio tan extenso que comprende Olancho indica que el carie de la caoba apenas si se halla en Su infancia.
Sabiendo yo que no tendria tiempo sino para visitar uno de los cortes, pronto acepté la invitación que lTIe hiciera el señor Ocam– po para ir a "Corte Sara". Obligado, como siempre, a dejar mi caballo, se me dio una mula fuerte, y acompañado de mi sirviente Roberto y de dos cortadores de Don Apolo– nía, salirnos al amanecer por el camino que va por la cordillera que arranca de Monte Rosa.
A poco andar llegamos al pintoresco va– lle de La Concepción y, después de cruzar co– mo diez millas por hatos de ganado y de dar vueltas entre arboledas de acacias y de una variedad de árboles resinosos y arbustos, lle– gamos al vado más cercano y al lugar fama· so por sus minas llanmdo El Retiro. Aquí un señor Morano habia construido un burdo molino, o arrastre, que consistía en dos gran–
des piedras unidas a los extremos de un eje vertical, que giraban alrededor de una ga– mella, movida por las aguas de un riachuelo que desemboca en el Guayape. El empre– sario (asi se llamaba a si mismo) miraba su loco artefacto con una sonrisa de satisfacción y me preguntó si el arte de la minería había llegado hasta tal punto en el Norie. Yo le aseguré que todavia no y, como siempre, lisonjeé su trabajo con alabanzas, éstas lo satisfacieron tanto que trajo para nosotros una jicara de tiste desde su cabaña de ra– mas. El Guayape es aqui una corriente deS– paciosa y magnifica, y durante las fuerteS lluvias debe acarrear un inmenso caudal de
-150-
This is a SEO version of RC_1965_02_N53. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »