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« Previous Page Table of Contents Next Page »105 mantos de broza en este mineral, corren de NorIe a Sur, excepto la veta azul.
Explicar las causas de ,estas grietas, a través de las cuales los metales preciosos se han escurrido hacia la superficie desde los lagoS de lava metálica del interior de la lie– na, eS lahor para los geólogos profesionales. Se elevaron en forma de vapor para con–
~ensarse luego en las paredes de las grieias? lSe disolvieron en agua hirviente más allá de la temperatura del calor-blanco del hie– rro y que la presi6n de las s6lidas millas de
roca encima itYlpidió que se evaporara?
lfueron hechas las grietas por antiguos te– rremotos causados por la comba de la tierra mientras ésta se enfriaba? ¿Se elevaron los metales derretidos en forma de lava? Un.a cosa está fuera de duda y eS que las causas,
cualesquiera que hayan sido, penetraron en
una ancha extensión de terriforio y queda–
ron profundamente asentadas en la tierra. En esta regi6n es muy raro que las :minas de plata se agoten. El trabajo en ellas se SUSe pende por largos períodos, por razones po– IUicas o por otras, pero las vetas, cuando se
vuelven a explotar, rinden en proporción a
la energía y a los medios pecuniarios del
dueño. Varían de anchura, pero continúan
indefinidamente. Su producto es inextin– guible.
Mien±ras examinaba el interior de la mi– na del Gatal, observé más cuidadosamente cómo se apuntala el techo de las excavacio– nes. Dondequiera que la superficie superior
es movediza o de piedra suelta, se ponen
gruesas piezas de madera sin desbastar -se prefiere el roble-como soporíes. Estos no se colocan con la regular~dad ni con la pre–
cisión con que se hace en las minas europeas
donde este trabajo es científico. Ciertas re–
gulaciones, sin embargo, se establecieron en
las Ordenanzas de Minería, ·observadas dn– lanle el predominio de España en toda His–
pano América. y que todavía se observan
rígidamente en Honduras, en los cuales hay
plovisiones sobre el alTIaderamiento para los
Socavones y las galerías anchas y alfas
El peso del fecho, presionando insensi– ble y lentamente hacia abajo, algunas veces dobla estas columnas corno si fueran catias. Continuamenle caen fragmentos de los te– chos de las galerías, pero los mineros están acostumbrados a estos peligros. Mientras se hallaba parado en una de las cuevas que
deJan las excavaciones, vi Sobre mi cabeza
Un montón de varias ioneladas de peso col– gando en la grieta y listo para caer de un momenio a otro. Aparen±emente, la vibra– cl6n de la voz o el sonido de un martillazo fU";de hacerlo caer. Uno c(e los mineros me oca en el hombro sin hablar y me señal6 la roca. Salí calladamente de donde estaba con una sensaci6n de vériigo.
Una campana no es asunto de tanto pe– ligro como pueda imaginarse. Antes de ve– nirse abajo el techo, más pariicularmen±e cuando los estratos de arriba son horizonta–
les, o rnoderada!llente inclinados, la mina
emite un sonido tremulanle y quejumbroso; cada puntal de madera Se acerca a su com– pañero y empieza a quejarse y a luchar con– tra el techo corno un hércules fatigado. El derrumbe ocurre lentamente Un viento sale
de la rnina¡ los mineros COlren a refugiarse
a la galería principal, que siempre es segu–
ra, y el sonido se oye por unos pocos minu–
tos, no fuerte, pero sí pregonando claratnen–
te la magnitud de las fuerzas puestas en juego.
Después de la salida de la familia de los Rosas en 1823, el Ga±al fue descuidado y las galerías decayeton, pero recientemente han sido limpiadas y se está trabajando con bas– tante buenos resuUados. La boca de la mina está a varios cientos de pies sobre la meseta de la regi6n. MLtcho más abajo y penetran– do en el flanco de la montaña hay un con– ducto subterráneo o desagüe, llamado tala– dro. Por él escLtrren las aguas propias de la mina y las qlle han caído duranie la esta– ción de las lluvias. El desague peneüa ho– rizontalmente y hacia auiba hasia las gale–
rías, con las cuales se comunica por medio
de pozos perfo"rados en el remoto inierior. Se esiima este taladro cost6 a los Rosas ...
$ 30.000.00 cuando la mano de obra, bajo
un, gobierno arbifrario, era mucho menos cos– iosp. que al presente. Los mineros nortea–
mericanos hubieran incurrido en un gasto
mucho más g¡'ande para hacer este túnel, y sin él, el Ga±al casi no tendría valor, pues el drenaje se efectuaría por el único medio co– nocido de los viejos españoles y por los del presente, es decir, llevando el agua en tana– tes de cuero lenta y laboriosamente hasta la superficie. Solo hay tres minas en el mine– ral de Santa Lucía que tienen taladros, que
en ,los viejos tiempos eran el gasto mayor en
la explolaci6n de las minas de plata y, con vista a su construcci6n, después de descu–
brirse una vela se abrían en nna altura, si
posible para dar oportunidad al drenaje sub– terráneo. Más lejos al Norte, en la cumbre de la colina está una lumbrera o agujero de ventilaci6n, que ha de haber sido igualmenie coslosa, porque penetra hasia las más bajas gálerías.
Mientras andábamos por la región, vi muchos lugares donde se habían descubier– to vetas de plaia; hay sin duda alguna una red de melal que penetra por todas las mon– tañas de esie dish ito. Será siempre imposi– ble estimar la cantidad de plata que existe
en estas colinas, pero no es exagerar si se
afirma que el desperdicio y desgaste actua– les de la plata en el aríe y el comercio po– dría ser sacados de ellas.
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