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Señalaba que aunque su protectorado sobre los Indios Mosquitos habra durado más de un siglo, "Todavra no habr'On hecho ningún progreso hacia la civilización". El Gobierno Británico no olvidaba por un momento, sin embargo, los intereses de los magnates de Inglaterra en las minas de Guatemala y Honduras, y la caoba d,e Nicaragua y Costa Rica Los Legitimistas de Nicara– gua eran llamados abiertaménte "El Partido Británico"
y el Gobierno Aristocrótico de Costa Rica estaba reor– ganizando su ejército con la ayuda de un capitán bri– tánico -más tarde Coronel- John Cauty
Era evidente para Walker que una exitosa revolu– ción democrática en Centroamérica podría tener lugar sólo si fuese fuertemente apoyada por los Estados Unidos Pera la administración del Presidente Pierce, lejos de animar a los Democráticos nicaragüenses mos– traba una fuerte inclillación en favor de los Legitimis– tas, había reconocido a Chamarra, a pesar de su fla– grante violación de los derechos democróticos. La Compañia Accesoria del Tránsito, también, habia esta– do contenta con Chamarra, mientras él no interfiriera en sus operaciones Contra este trasfondo, Walker dio por seguro que una fuerte posición partidista invi– taría al ataque, por todos lados, de fuerzas avasalla– doras
En conclusión, la estrategia que escogió fue un penoso desencanto para sus amigos Democráticos
Traer paz al país era su principal propósito, anunció, y
esto solamente podría hacerse por concesiones recípro–
cas entre los <;los partidos y el establecimiento de un Gobierno de coalición Sus soldados leoneses refunfu– ñaron, pero para los granadinos estas eran espléndidas noticias Inmediatamente Walker fue el favorito de los' Legitimistas. Recepciones dadas en su honor por Irene Ohoran y otros, fueron atendidas por las más ricas y aristocráticas familias de la ciudad, que ahora consideraban a Walker como la única barrera entre ellas y la venganza de los Democráticos Se le acorda– ban todos los honores; cuando entraba a un salón hombres y mujeres se levantaban y aplaudían Los granadinos, en realidad, estaban sorprendidos por su habilidad en controlar, tanto a las fogosas tropas leone– sas, como a los barbudos gringos Cuando uno de los
americanos en una borrachera, inexcusabfemente tiró y
mató a un muchacho nicaragüense, y Walker lo some– tió a corte marcial y fue ejecutado, la ciudad sintió que al fin hobí'a un militar 01 servicio de lo justicia
uede haber influenciado decisiones fundamentales. Un gran problema estratégico se le presentó entonces, roblema que era más que estratégico, puesto que to–
~aba el meollo de su filosofía, ¿Era él un partidario Democrático, papel implícito en su contrato con Caste– lIón o buscaba transformar a Nicaragua en un nuevo estiÍo? Había la común impresión en los Estados Uni–
dos que los ejércitos partidistas de Centraamérica no rep;esentaban más que las ambiciones personales de los caciques que los guiaban, y que las plataformas de los partidos servían muy poco Pero con los nicara– güenses era distinto Los Democráticos habran patro– cinado extensas reformas en la rentabilidad de las tierras, en el trabajo del campesino y en el comercio, y contemplaban un renacimiento de la vieja Federación de Centroamérica El Gobierno Provisorio de León y los tropas leonesas en Granada, contaban con Walker para asegurar el control del país Algo menos que la
total victoria sobre los Legitimistas, creían, sería una
invitación a la renovación de la guerra civil Igual– mente, los Democráticos y Liberales de las vecinas re– públicas, veían a Walker con grandes esperanzas El periódico salvadoreño "El Rol" del 2 de Enero de 1856, defendió a Walker contra los ataques de elementos con– servadores, afirmando atrevidamente que "Esta tantas veces mencionada invasión de Nicaragua por los Nor–
teamericanos, no es sino una diatriba y una calumnia
del partido aristócrata" Era la creencia de muchos a través del Istmo que al menos que Walker tuviera éxito en restablecer la Federación de Centroamérica bajo la égida Democrática, nación continuarra luchan– do contra nación, partido contra partido, y el pueblo estaría condenado a incesante guerra e inevitable retro–
ceso
El problema no podía posponerse por largo tiem– po Ya' el régimen Liberal en Honduras había sido arrojado del poder, y el depuesto Presidente, Trinidad Cabañas, quien sin reparo habia enviado tropas a lu– char al lado de los Democráticos nicaragüenses en su hora de necesidad, pedía a Walker similar ayuda Po– dla él, debía él, rescatar la Democracia hondureña? Esta era la cuestión que Walker tenía que decidir
El aceptaba completamente el punto de vista que las cinco Repúblicas Centraaméricanas debían conso– lidarse. El Gran Sello del Estado que había diseñadó para el Gobierno de Nicaragua, mostraba los cinco vol–
canes en un grupo, con el sol naciente detrás del prime– ro y la leyenda Dios-Unión-Libertad En la bandera que adoptó -don anchas franjas horizontales azules
y una blanca en medio- el centro estaba dominado por
una estrella roja de cinCO puntas, Pero una concep- La dinámica energía del Americano también im· ción política era una cosa, la realidad militar otra El presionó a los nicaragüenses Sus horas de trabajo
~stoba menos engañado que los entusiastas Democrá- eran desde las seis de la mañana hasta las diez de la tlcos por las apariencios de su triunfo El poder Legi- noche, su única recreación diaria era un paseo acaba· timista no podía ser roto fácilmente. Su ejército, bajo 110 Confrontado con los miles problemas del momen– el General Corral, todavía ocupaba posiciones fuerte- to, encontró, sin embargo, tiempo para lanzarse a mente apertrechadas en la ruta del Tránsito yero mu- nuevos y ambiciosos proyectos, entre ellos, el estable– cho mayor que las fuerzas al mando de Walker Y cimiento de un periódico oficial. Uno de sus Califor· a través de Centroamérica, tras los conservadores y nianos había sido impresor y editor; importaron de San aristócratas, estaba no solamente la influencia prevale- Francisco una prensa y algunas fuentes de tipos y pudie– ciente de la Iglesia, síno también la de Inglaterra. ron impravisar un semanario señaladamente competen- • Parte de la oposición de Walker a Inglaterra se te, El Nicaragüense, parte en inglés, parte en español. debla a su índiferencia por la situación del pueblo. Desde el principio fue uno de los principales instru-
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