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« Previous Page Table of Contents Next Page »ya, Granada, Rivas, San Juan del Sur. Pero su entusiasmo se lo reservaba dentro de sí mismo Ex–
teriormente, permanecía siempre el militar, rígido,
concluyente, autor itario Su primero orden fue la ad–
vertencia a sus hombres de un severo castigo si pertur
M baban la paz del Realejo Era una medida del respeto que le tenían aquellos endurecidos aventureros, que habían estado confinados en un destartalado barqui– chuelo durante seis semanas, y que ahora estaban acuartelados en el pueblo, el que se hayan contentado con beber aguardiente y cantar en las tabernas -que también servían de burdeles- y se hayan refrenado de saquear, violar y pelear por las calles.
Al día siguiente de su llegada, Walker se dirigió a León paro su primer entrevista con el Director Provi– sorio del régimen revolucionario, Castellón Las pri– meros lluvias habían caído y todo crecía verde Tenía
la sensación de viajar en un océano de verdura, entre
alamedas de enormes árboles tropicales que se junta– ban sobre su cabeza, mas allá de los surcos de los cm dones florecidos de rojo y súbitos grupos de cocote– ros, de mangos y bananos A su alreded2!: los ricos campos le hablaban de fertilidad, y las mulas cargadas de productos y las partidas de ganado romaneando, .-mbellecían el cuadro de la tierra pródiga. En este viaje, Walker debe haber vislumbrado los antiguos y serenos villorrios indígenas, donde baja las ronchas de techas pajizas y las órbales de jícaros vel des, mujeres de caderas anchas, desnudas hasta la cintura, fumaban sus puros cigarros mientras hacían sus oficios, donde los niños con sombreros de palma sobre sus cabezas y fumando cigarrillos, corrían desnudos, y donde apenas un policía soñoliento, con espada al cinto y un viejo lrabuco a su lado, indicaba la altamente civilizadora influencia del gobierno
León, una ciudad de un tercio del tamaño de San Francisco en 1855, era un contraste impresionante de aquella turbulenta y próspera ciudad. Dignidad y tra– dición eran la esencia de la capital Democrática. Al centro de cada barrio municipal estaba una iglesia y una plaza, el foco de la vida comunitaria y de Jos mer– cados, mientras en el corazón de la ciudad estaba una venerable catedral frente a una gran plaza y a los edificios del gobierno Mienhas pasaba por la cate– dral, Walker notó que sus paredes de piedra moslraban numerosas cicatrices de balas, señales de pasadas revo– luciones en las que el gran edificio habia servido de fortaleza Unos pocos días más tarde, él conocerla a la personalidad más dominante de León, al Obispo vestido de escarlata, un hombre de experienciü y talen– to excepcionales, quien estuvo bien dispuesto hacia Walker desde el principio Uno de las favoritas ex– presiones del Obispo era que "Nicaragua sólo necesita– ba de la ayuda de los Estados Unidos para convertirse en un Edén de belleza y en el jardín del mundo".
v
Walker no pudo haber llegado en un momento más oportuno poro sus propósitos Las esperanzas de los Democráticos se desvanecían rápidamente Un fuerte ejército Legitimista, bajo el mando del más fa– moso de los comandantes nicaragüenses, el General
Ponciano Corral, estaba preparado a marchar sobre León desde el sur Castellón, encanecido y ansioso recibió al Americano como un hombre que se ahoga s~
agarra a una tabla de salvación A través de sus ablozos y cumplidos Walker percibió un espiritu inde_ ciso y una incipiente desesperación, y llegó inmediata_ mente a la conclusión de que Castellón "no era el
hombre pOI a dirigir un movimiento revolucionario o
llevarlo a feliz término" En la superficie, sin embar_ go, establecielon un amigable entendimiento Coste. lIón propuso y Walker aceptó, que los Americanos deberían constituir un cuerpo separado -La Falange Americona- No hubo demora a la solicitud de Walker de que se le diera un cuerpo adicional de 200 soldados nicaragüenses. Pero su siguiente demando
crucial, produjoJ sin embargo, una crisis inmediata.
Era que se le diera autoridad para zarpar hacia el Sur en el Vesta, y ocupar la ruta del Tránsito Como él mismo escribió después en La Guerra en Nicaragua:
"Fue una política determinada de Walker llegar tan cerca del Trónsito como fuese posible, para poder re– ciutar entre los pasajeros y tener los medios de rápida comunicación con los Estados Unidos Era in4– til para ellos (fa Falange) gastar sus energlas y
SU$
fuerzas en una compaña que no les llevara hacia e!
camino del Tránsito"
No era Castellón, sino su comandante militar, el General Muñoz, quien objetaba Muñoz era un alto, hel maso y orgulloso egotista, de ninguna manera in–
capaz, pero excesivamente celoso de sus prerrogativas
Resplendente en un uniforme azul con bordes rojos y demasiado
01 opel, veí'a el pobre vestido de Walker y su figura delgada con franco desdén La Falange, insis– tía, deberá permanecer cerca de León para defender la capital de un probable ataque Walker replicaba con calma que no sería prudente someter a sus hombres a las tentaciones corrosivas de la vida de cuartel "Nada pone más a prueba la firmeza de los hOf'l)bres como los de la Falange, que la inacción" Tenían en grado extremo, decía, "la característica sed Americano
por el movimiento y la acción"
Se suscitó una controversia La estrategia de Muñoz estaba basada en el tradicional concepto de lo guerra en Centro América, en el que la victoria estaba del lado de quien exitosamente lomaba por asalto lo capital del enemigo Corrientemente el furor de Id
lucha tepía lugar en el mero centro de la ciudad sitia– da, su glan plaza, su catedrai Los defensores sacri– ficarlan la campiña y los suburbios de la ciudad con el objeto de atraer 01 enemigo al centro de ella, donde lo; fortificaciones y aprovisionamiento daban la ventaja al sitiado. Hacia una década, un ejército Legitimista, habiendo fracasado en tomar a León. había saqueado e incendiado mó, de mil viviendas en los suburbios, uno atrocidad, el recuerdo de la cual aun inflamaba las po· siones de los leoneses Con todo, Muñoz no veía otro alternativa que preparar otra campaña similar. Walker apenas si podía ocultar su impacienci~.
La estrategia del sitio estaba hecha para prolongadoS, indecisas y altamente destructivas luchas. yero exoc–
mente contraria a su temperamento Ataques rppi. dos, la captura de las líneas de comunicación, lo destrucción de la moral enemiga, y el desbande de Su
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