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"Viviste en la tierra con nuestro solkito amparo y hoy que pasas las inrermi!,,-ables horas en el mundo esplendoroso de la lnmor– talidad, alegrámonos y tu vidoria celebra– mos complacidas. A estas regiones glorio– sas sólo se llega a perennidad cuando noso– tras dispensamos nuestros dones beneficen· iísimos a modales favorecidos del Padre Apo– lo, como tú. Unicamente la madre Minerva puede rener hijos tan nobles en estos espa– cios de honor consagrados al talento y la vir– tud unidos.
"¡Hijo dichoso! Hemos querido traede nosotras mismas el primer tributo a tu me– rrloria preclara del aprecio y admiración de tus conciudadanos.
"De hoy más tu famoso nombre lucirá corno lustre y gloria de Guatemala y la Amé– rica Central.
"Aquí dejamos sobre tu losa funeraria esia linda guirnalda tejida con amor por los Guatemaltecos, la que hará disfinguir tu mo– desto sepulcro entre todos estos innumera– bles corno preciados monumentos fúnebres, dándole más valor con sus gayas aromosas flores a todos ellos el bronce, pórfido y már–
mol,
"Regocíjate, sí, favorito de nuestras gra– cias. Ahora se coronan tus sienes con los laureles merecidos, y mañana se erguirá tu estatua, serena y risueña bajo el cielo en– cantador de la bella ondina del pintoresco Valle de la Hermita, que te vió vivir. Y ella será el honor de la patria, el orgullo de la ciudad, la recompensa del n'lérito, la mues– tra de adelanto, el ejemplo y el esiímulo de la juventud, el testigo de la posteridad, pot– que tu nombre, José Milla, es todo eso en este privilegiado Centra del Nueva Mundo".
IV
¿Y quién es ese hijo de modal tan pre– dHedo de las hijas de inmortales? ¿Quién es ese CHAPIN que así Se ve agasajado por el cariño de las impalpables vírgenes grie– gas, engendro celestial del Olímpico Eterno, perdurable semidiosas de la divina inspira– ción, que en la Ultima Mitología se denomi– nan: Inteligencia, Ciencia, Ade, Virtud, En–
señanza, Ilus±racién, Asociación, Academia y
Escuela, las nueve poderosas musas de la moderna humanidad?
¿Quién es, pues, José Milla?
Anagramafizad su nombre y los sabréis, SALOME JIL.
¿A qué decir más? Todos le conocen. Es el escritor, el periodista, el crítico, el sa– tírico, el novelista, el historiador y el poeta, desaparecido de la existencia modal ello. de OC±ubre de 1882.
Si poeta, de buen gusto, si escritor, el hablista puro, el fácil y ameno, si periodista,
ilustrado y sensato; si crífico, el acertado y
fino pulidor, si sa±írico. el alegre y saleroso,
vivaracho y juguetón; si novelista, el esfima–
ble padre de la novela centroamericana, si historiador, verídico, imparcial y justiciero.
Reidor inolvidable, se rió el graciosísi–
mo a carcajadas llenas con la irresistible aguda carcajada que dura en los labios y dura en los años, labios del tiempo.
Y fue llamado cuando corrían sus terre– nos días el incomparable y el inimitable.
Y conquistó la exterior reputación.
Y era aclamado por sus contemporáneos como el Príncipe de los ingenios centroame–
ricanos.
Y pasarán muchos años y será él toda– vía presidente honorario eledo por unani– nlÍdad espontánea en nuestra pequeña repú– blica literaria, que en las quiebras de los An– des y en el hueco de los Océanos, entre los brillantes de Colombia y de México, grande la formarán un día las secretas y sublimes abejas de la Literatura Americana, que exhu– berantemen±e destilan la celeste miel hiblea de la Poesía, aquí en presencia de este es– pedáculo hermoso sin segundo de la joven natutaleza del continente nuestra con que tropezó Colón a la incieda luz de la alborada.
V
-¿Y puesto me he allegado reverente, pero trémulo a vuestra sepul±ura, laureado literato. ¿Sabéis acaso quién soy?
-No te he visto nunca, bien intenciona– do joven, no oí jamás tu nombre, dímelo.
¡Ah I Tenéis razón de sobra, ilustre,
porque a rní nadie m.e conoce; no fengo nom~
bre yo. Joven GUANACO venido de las tie– rras de donde llegó el Segoviano de vuestros cuentos, trajéronme a vuestra Herra las aspi–
raciones al saber honroso, y voy corriendo
la vida en lucha desigual, por la pade mía, Con dos enemigas encarnizadas, la pobreza
y la obscuridad.
-Anin'lo, estudiante imberbe, esa es una preparación fodalecedora necesaria por re– gla general a los que aspiran a venir al tem-
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