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« Previous Page Table of Contents Next Page »"Era indudable que la lentitud con que procedía el Presidente Zavala en la expul– sión de los Jesuifas se debía a la oposición que para ello le hacía su propio partido. Los liberales por el contrario, aunque aparentan– do defender a los Jesuifas por conveniencias
que el Sr. Chamarra decía la verdad, aun– que las apariencias mostraran otra cosa, ya que las gesiiones iniciadas por el Gobierno de Ouadra vinieron a hacerse públicas en el del señor Chamarra y por eso las atribuye–
ron a éste.
"En cuanto a las promesas de que habla el misttlo historiador hechas por el Presiden– le al P. San Román, aunque no dice en qué consistieron, se echa de ver, por la conduda posterior del Sr. Chamorro, que se referían a las garantías que bajo su Gobierno tendrían los Jesuitas, promesas que fueron fielmente curnplidas" .
El Presidente don Pedro Joaquín Cha– morro, dio instrucciones para que se didara la orden siguiente:
"Palacio Nacional, Septiembre 9 de 1875. Señor Gobernador Intendente de San Juan del Sur:
"El señor Presidente, previendo que, con m.otivo del asesinato del mandatario de El Ecuador (2) y de los sucesos a que este he– cho puede haber dado lugar, sean expulsa– dos o emigren voluntariamente a aquella Re– pública algunos miembros de la orden de Je– suifas o de otras Corporaciones religiosas, y pretendan asilarse en ésta, lo que indudable– mente es perjudicial a los intereses del país y puede contribuir a aumentar el malestar ocasionado por los que emigraron de Guate– mala, me ha autorizado para prevenir a Ud. que en el caso que se realizase esta previ– sión e intentasen dichos emigrados asilarse en nuestro terriforio, lo impida Ud. prohi– biendo al efecto su desembarco en ese puerto.
"Esta orden no es extensiva a los Padres Jesuitas España, Cáceres y Castañeda que en
10. de Julio úliimo salieron de la República para Costa Rica.
"Y lo comunico a Ud. para su puntual cumplimiento, firmándome su aito. s.s. Cár– denas.
Igual comunicación se le pasó al Coman– dante de Corinto.
el mando y por fantas esperanzaS frustradas; y en fin, las amarguras que de diverso géne– ro le traen consigo al que desempeña fan alías funciones. Más, si por mi desgra– cia se efeduase esa elección, fendría que re–
signarme a apurar el cáliz, y aun en esle ca–
so, querría fener allanados todos los incon– venientes que ahora embarazan a Ud. y que más tarde pueden tomar grandes proporcio– nes y no hallarse remedio para salvar la si–
iuación; pero, por otra parte, mi intervención
en la realización de eSe negocio (el asunto de los Jesuitas), me atraería un fuerfe parti– do de oposición, que sería funesto para el mismo país; y no crea que temo nada per– sonalmente, sino porque nada podría hacer en bien del país. No quisiera ni haber ha– blado de una cuestión tan delicada y que me foca tan de cerca, pero lo hago con un amigo íntimo a quien le debo toda franqueza, y por– que esta consideración puede servir de excu– sa para no admitir la misión en cuestión. Los intereses de Ud. y los míos son los mis– mos, puesto que hacemos abstracción de lo personal y solo tomamos en mira los intere– ses generales; así es, pues que, yo no preten– do evadir la responsabilidad moral que pu–
diera venirme, arrojándosela a otro, pero si
llegara a salir eledo, no sería conveniente al país que comenzara desde el primer día con una oposición declarada y en lucha abierta. Si el desprestigio fuera al fin de mi adminis–
±ración, no me arredraría, porque el mal se–
ría pequeño; y respedo a lo personal, mis antecedenles y todos mis hechos dejarían bien puesto mi nombre como le sucederá a Ud.
"No habiendo aceptado la misión el se– ñor Chamarra, el Gobierno de don Vicente Ouadra, por acuerdo del 5 de Enero de 1875, nombró en lugar de aquel, al Comendador don José de Marcoleta, Enviado ExtraorcHna– rio y Ministro Plenipotenciario de Nicaragua ante la Santa Sede.
"El señor de Marcoleta emprendió en Roma las gestiones que le fueron encornen– dadas, y de su resulíado hablaremos ade– lante. Por ahora solo nos cumple decir que cuando don Pedro Joaquín Chamorro visifó León, en 1875, siendo ya Presidente, el Padre San Román, Superior de los Jesuitas en Ni– caragua, le hizo cargos de que por gestiones suyas se trataba en Roma del retiro de los Jesuifas de Nicaragua. Don pedro Joaquín Chamarra no solo negó fueran obra de su administración tales gestiones, sino que ade– más hizo manifestaciones y ofertas en favor de la Compañía al Padre San Román.
El Padre Rafael Pérez, S.J., en su histo– ria "La Compañía de Jesús" en Nicaragua y Costa Rica" (Pág. 381, párrafo 40.) da a en– tender que el señor Chamorro estaba jugan- (1)
do a dos cartas en este asunto, (1) pero los documentos trascritos que no pudieron ser co– nocidos por el Padre Pérez, debido a su ca– ráder estrictamente reservado, demuestran (2)
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-XI-
Actitud de los liberales
Refiere el P Pélez de una misión enviada por el señor
Chamarra y encomendada a un señol Espinosa y a un Guzmán; pelO la veldad es que aquel Gobierno no en–
vió tal misión y menos encomendaba a un Guzmán pues todos ellos eran opositores del señor Chamo1'1o
J Galcía MOleno asesinado el 6 de Agosto de 1875.
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