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Presidente, con ser bochornoso, inicuo, inmotal y odio– slsimo, no bosta todavía",

y como insistian los liberales en que por localismo se rechazaba la candid\ltura del Dr Sacasa, se les recuerda que don Roberto fue en otras ocasiones can– didato de los conservadores, que su designación des– pués de la muerte del Presidente Coraza fue recibido con aplauso y regocijo, que en 1862 se combatió la candidatura del General Tomás Martínez, leonés que pretendía reelegirse, y nadie dijo entonces que se fe cambatla ton solo por ser occidental, que mós tarde los gronadinos sostuvieron la candidatura de don Juan Bautista Sacasa, leonés y p,adr!" de dan Roberto, en oposición a la de dan Fernando Guzmán, granadino pero candidato oficial, y finalmente, que en un" reu– nión tenida para arreglar la cuestión electoral y a la que asistieron, en representación d!,,1 Presidente, los señores Licenciado dpn Buenoventura Selva y el Dr Toribio Tijerino, el Gral. Joaquín Zavafa propuso un or(eglo a base de un candidato de Occidente, aun ex– c1udendo al Licenciado Navas por ser amigo íntimo suyo, a lo que don Miguel Gómez ogregó. estas precisas . palabras "-,-Pasamos por la humillación de aceptar

el· candidato que designe el Dr. Sdcasa, a trueque de que se salve el prinCipio constitucional"

Pero estaba encastillado el Dr Sacasa en que él era el hombre providencia.l q\le requería Nicaragua (de ahí que o él y los que le rodea.ban fes llamaran los pro– videncia/es), y se empeñó cada vez con mayor obstina– ción en ganar las elecciones,

y osi sucedió. A pesar de fas declaraciones def Ministro de la Gobernación en que se ofrecian garan– tías y libertad, Se mandaron tropas a ciertos lugares, como a Granada, y la elección fue ganada por el Go– bierno Jamás se había visto un escándalo tan grosero ni tan nefasto, porque, aunque no se puede decir que las elecciones anteriores no: m~recieran censura por ciertas irregularidades, propias de nuestra incipiente cultt;Jra politicQ, jamós había llegado el escándalo tan hondo, hasta fundar lo fatal esc\lela que se ha venido explOtando desde entonces en Nicaragua del modo más descarado y perjudicial poro la paz y el reposo público? Acostumbrado nuestro PUe\;Jlo o las viejos libertades, se subleva cado vez que le quieren arrebatar la costum– bre de usar de ello, pues el amor a este derecho es uno de los que más profundamente se prraigan en los pue· bias uno vez que lo han gustado

79 - Guzmán otra vez en el destierl'o (1891)

El triunfo de la candidatura oficial no puso tér– mino a la oposición que el Partido Conservador hacia al Presidente Sacasa.

En Junio decidió el Gobierno acabar con la prensa de oposición El Duende era un periodiquito que re– dactaban en Managua Juan de D,ios Matus y el cubano Desicerio Fajardo Ortiz, un inválido que vivía en una silla <!e rue<;Jas y firmaba con e! seudónim,o El Cautivo La policía se echa sobre lo imprenta, captura o Matus y lo condena o barr.(!.r el ,:uartel de ManQgua Al mis– mo tiempo fa. autoridad motaba en GrQnada El Diorita

de Carlos Selva, con.finaba o éste o lo isla de El COI dón y daba de alta como soldados rasos a. varios jóvenes principales de aquello ciudad Circulaban constantes rumores de que se expulsaría a Unas diez o doce per– sonas Importantes entre las cuales se mencionaba a Guzmán.

En el Senado eran sin embargo donde más se ,sentía esta resistencia cil régimen que había nQcido de la. reelección

l.os senQdores el ex-Presidente Zavala y don An– sehno H Rivas encabe:¡;aban la oposición en el Senado, mientras que el último y Enrique Guzmán continuaban su campaña contra los errares de la administración, codo vez más graves, desde las columnas de E/ Diario Nicaragüense

El 'proceso que desde el año anterior se seguía contra algunos senadores por supuesta conspiración, culminó con el arresto de varias personas importantes de Managua y Granada, entre los cuales estaban aque– llos sujetos na obstante su inmunidad, poco después se supo que se les extrañaba del pals

El 22 de Agosto de 1891, cuando los presos se diriglan escoltados haCia la Estación de Granada para tomar el tren que los conduciría a Managua, al pasar frente a la cantina llamada La Gran Vía, en la antigua

Calle ce Chamarra hoy Calle Atravesada, Se produjo un alboroto cuya iniciación na pudo concretarse nunca. Hubo balazos dispersos seguidos por descargos cetradas de lo tropo sobre lo inmensa multitud que pre$enciaba lo violencia contra los representantes del P\leblo. Mu– rieron varias personas, entre ellos el joven Miguel Bo– laños, el Capitán Perfecto Alfaro Director de Policía que mandaba la escolta, y dan José pásos que falleciá pocos días después a consecuencia de una. herida ql.\e recibió en un brazo

Aquel día fue el último de El Diario Nicqragüen$e

He aquí las personales impresion!"s de Guzmán de aquel trágico suceso..

"Cama a eso de las doce del 9ía, mi~ntras leía El Sentimiento Católico (1) ac;astado ~n mi hamaca, llego lo Bela afligido a decirme que hoy uno escolta en lo puerto y que ya llevan preso o don Anselmo Salí y ví' en lo sala a un oficial, Francisco Urbina. COmprendí que yo no volvería a mi caso y me d!"sped,r. de lo fami– lia Me llevan al Cabildo, la que me causo satisfac– ción Temí ir al cuartel. Allí estaban yo Zavala y oon An.selmo Urbina me había dicho en 1,0 c;alle que éramos los tres únicos presos. Don Vicent~ (:uadra que había llegado con Zovola estaba en el Cabildo Apenas nos saludamos con fa cabezo. Llega a ver o Zavala el Dr Cárdenas y me saluda ~xtendiéndome la mono por primera vez nos ha\;Jlamos d'lspu~s que me expulsó del país Después llega Carlos A Lacayo, y también me do la mono No se la dÍ' sin cierta repug– nancia A la una y media o cosa psí, llegan. a sacar– nos en un coche, vamos paro la Es~ación, mu~ha gente 01 posar por lo Gran Vía donde lo trapo gye nas custo– dia y que iba al mondo del 'Capitán Perfecto Alfara,

(1) Periódico católico que dlrl~(. el Pad.re AntC!nio LezUl)o• ., qu.e fUe IU~

pr,imld.o por ~o.s Jl~e-:al~.; .

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