Page 48 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

En los últimos meses Sil han expresado dudós tanto en este pals comó ~n la América Latina sobre' la validez de la idea original de ló Alianza y sobre la fuerza del compromiso adquirido por los Estados. Ahora se nos dice que la equivocación cometida por los funcionarios de la Alianza fue alentar esperanzas y ex– pectativas irrealizables. Se nos dice que lo que se necesita es menos retórica sobre la filosoff'a de la Alian– za, sobre la ideología de la Alianza, menos adoctrina– miento general palltico y móyor énfasis práctico en los programas de préstamos económicos. Opiniones como' éstas reflejan un mól entendimiento de la situación y

de las tendencias actuales de la América latina. Re– flejan también un mal entendimiento de lo que el Pre–

sidente Kennedy se proponía cuando lanzó la idea de la Alianza para el Progreso.

Desde el principia se reconoció que el éxito del gran plan estratégico de Góoperación can la América Latina, la Alionza para el Progreso, dependla de un mayor desarrolla económico. Se sabía que para salir adelante la Alianzo deberla tener un contenido político y una sustanCia ideológica, además de cantar con un sólido programa de desorrollo económica, Era un pl\ln destinado a ser slmbola de las esperanzas y los aspiró– ciones tanto de las grupos escagiqos (élite) cama de las masas latinoamericanas. Deblo poseer una mlstica muy suya, Copaz de ganarse partidarios.

El Presidente Kennedy fue el Sfmbalo de la Alian– za, el símbolo de lo esperanza y la imaginiÍción que se necesitabón para llevarla a cabó. El Presidente com– prendla C¡ull aunque lo América Lotina enfrenta graves problemas económicos, éstos tienen que ser considera– dos dentro de tina estruCtura polítfca mós <!Implla. No se trata simplémente de, satisfacer los necesidades flsi– cas y de elevar el niVel de vida. Más importantE! es el problema de hacer con¡:ebir esper6nza, de lograr la lealtad intelectual y einócional de Iqs que moldean la sociedad, tanto de los, grupos de "élite" como de las clases populares El Presidente comprendla asimismo que las esperanzas y las expectativas despertadas no podían satisfacerse ni era necesario satisfacerlas todas en un futuro inmediato Todo lo que puede lograrse dentro de lo material en un período muy limitado siem– pre será inferior a lo que se concibió en un principio. Sin embargo, esto no debe desalentarnos. Lo impor– tante es que estemos dispuestos Q dar algunas pruebas de que están progresando, de que estamos en camino de mejorar materialmente y de que hay sólidas razones para creer que los problemas materiales de la sociedad todavía péndientes serán resueltos en el futUro. Na– turalmente, esto significa que se debe canfor a la vez con proyectos de orientación social a corto plazo para dar muestras visibles de progreso inmediato y con otros a largo plazo, esenciales parc;l el mejoramiento de la sociedad. A mi parecer, el Presidente Johnsón es de la misma opinión. En el diSCurso que pronunció el 11

de Mayo ante los embajadores latinóamericanas, el Presidente demostró comprender que 16s simples pro– gramas económicos de carácter práctico no bastan en este caso, que la Alianzó ,es por naturaleza una empre– sa polítita y social, a la vez que económica.

Mucho del prematuro pesimismo que se ha expre. soda can respecto a la Alianza se debe, por lo tanto, a una mala interpretación de su concepto original, a que no se calculó bien la magnitud de la empresa y a qUe se vieron en ella anologias equivocadas que tenían Por base la experiencia adquirida en el desarrollo del Plan Marshall en Europa

Para esta fecha ya deberfamos habernos dado cuenta de que el recuerdo del extraordinario éxito del Plan Marshall, con su restauración de la vitalidad eco– nómica y social de los comunidades modernas de la Europa Occidental, devastadas por la guerra pero su– mamente adelantados, puede contribuir muy poco a iluminar el comino conducente al rápido desarrollo eco– nómico y social en las regioneS subdesarrolladas de la América Latina. Lo refOrma y lo modificación de los tradiciones sociales y económicas que han perduraqo por dos siglos no van a lograrse en dos años ni proba. blemente en uno década.

En visto de los crIticas de que ha sido objeto la Alianza, de la constante inestabilidad polltica de mu· chos paísM latinoómericanas y de lo siempre presente amenazo del comunismo en otras, habrá algunos que Se

sientan tentados a abandonar la idea de la importan– cia que originalmente se dio, dentro de lo Alianza, al programa de reformas ecónómica~ y sociales. Algunos quizás se sientan tentados o retornar a un programa d~

objetivos menos aventurados y más convencionales, a dar menas importancia a la reformó y más a lo cOope· ración con los grupos ya establecidos poro reduCir así al mlnimo esa inestabilidad política Es más, hay ¡,I– gunós que creen que deberíamos abandonar la idea de calificor ó lo Alianza de "revolución pacífico", y de movimiento de rápida reforma de la estructuro econó– mica y social 'de los pueblos latinoamericanos A mi pórecer, esto serlo una grave equivocación.

Aunque decir que la América Latina se encuentra en plena revolución pólí1ica, eConómico y social equi– vale a incurrir en un lugar común, esa es la verdad. Hoce solamente unas décadas podra decirse que el fa– talismo de lo mayorla de los latinoamericanos estaba perfectamente expresado en lo frase del presidente chileno del siglo diez y nueve, Borras Lucco "Hay úni· comente dos clases de problemas que enfrento la socie– dad los que se resuelven solos y los que no tienen solución" No obstante, hoy en la mayoría de las na– ciones l(ltinoamericanas existe no sólo un vehemente conocimiento del enorme costo humano que significa perpetuar el "status qua" actual que explota a los más para beneficiar o los menos, sino que también existe una bien fundada convicción de que ese "status qua" puede cambiarse, de que es posible mejorar radical– mente la situación y la posición relativa de las masas populares que sufren privaciones, el "status qua" ya no es una cargo que ha de soportarse pacientemente, sino un mol del que hoy que deshacerse. Hoy quien se pregunto ¿debé definirse la Alianza cómo uno política que favorece la "revolución sóciaV', o debe abandonar– se ese términO y preferir la palabra "evolución" o cual: quiera otra por el estilo? El vocablo "evolUCión", si se examina cuidadosamente su significación; resulta ¡na-

-38-"

Page 48 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »