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« Previous Page Table of Contents Next Page »Pereira un telegrama de su Eminencia el Cardenal Rampolla, autorizándolo a hacerse cargo de la Diácesis por estar ésta, según le informaban, en completa ace– falía debido a la postración y ancianidad del limo Sr Obispo don Francisco Ulloa y Larios
Pereira asumió el cargo de Obispo y pidió al Sr Ulloa y Larios que le entregara el gobierno eclesiástico Negóse a ello el Obispo y retiróse a Posoltega desde donde, en 19 de Enero de 1896, escribió una nota a Pereira, declarando que, en su concepto el cablegrama de Rampolla no merecía crédito mientras no fuera con– firmado directamente por la Santa Sede por letras apostólicas cuya autenticidad merecieran entera fe, y lo excitaba a suspender todo procedimiento, y protesta– ba que sería nulo todo lo actuado por Pereira
El Diriario tomó con mucho calor la defensa del Obispo y atacó la actitud del clero leonés Esta polé– mica no era sino un reflejo del estado en que se en– contraban los asuntos politicos, cada vez más tirantes entre Zelaya Con los orientales y los liberales occiden– tales
No se hizo esperar la orden de suprimir El Diario
Sin que lo supiera ni lo autorizara el Presidente Zelaya, su Ministro de la Gobernación don Francisco Valladares Terán, la envió a Granada desde León. Pero como las cosas estaban ya muy calientes entre Zelaya y los oc– cidentales, poco costó a don José Dolores Gámez per– suadir al Presidente que permitiera salir de nuevo a El Diario
En efecto, el 15 de Febrero de 1896, 24 días des– pués de haber sido suprimido, vuelve a la liza el viejo. paladín de la Calle de las Borricadas Su colega El Siglo XX, le advierte que la experiencia le hará ser más prudente para no tropezar en los guijarros del camino A esto contesta El Diario
"Experiencia suficiente teníamos antes del 22 de Enero próximo pasado, y por eso no salimos nunca de cierto ten con ten que dio motivo para que fuese nues– tra hoja tachada de soporífera No seremos ahora más prudentes que antes, porque entendemos que ya no es posible serlo más
l/Si a pesar de todo, volviésemos a sufrir un nuevo
quebranto, no será porque dejemos de mirar con cui– dado exquisito donde ponemos los pies, sino porque en
épocas anormales, como /0 presente, suelen Caer rayos
a secas y sin llover en los lugares que parecen más a cubierto de las descargas eléctricas".
Todo esto acusaba una descomposición entre el Presidente y sus Ministros, enhe el Gobierno de Mana– gua representado por el Gral Zelaya y el de León inte– grado por los liberales que formaban el Ministerio, ambos grupos se acusaban, y particularmente los occi" dentales echaban en Cara a Zelaya que trataba de erigirse en díctador La tirantez era cada vez más ex– trema y notoria Todo el mundo esperaba la revolu– ción de un momento a otro, y Occidente nó ocultaba
sus intenciones
96 - La tempestad asoma por Occidente (1896)
Por esós días de Febrero se manifestaron en León conatos revolucionarios Pero pronto se arreglaron las diferencias con la intervención de Honduras ZelaYd, que no se sentía fuerte, calmó los ánimos descontentos de sus correligionarios leoneses mediante un pacto en virtud del cual algunos principales liberales de Occiden– te fueron lIarnddos a desempeñar varias carteras mi-nisteriales COiario Nic del 23 de Mayo, 96)
Como don José Dolores Gámez tratara de hacer creer que lo de León no pasó de ser un vulgar bochin– che, el 11 de Julio, periódico liberal exaltado que se editaba en aquella ciudad, le contradice en un artículo violento que casi es una declaratoria de guerra al Go– bierno del General Zelaya
"Por más que el señor Gámez -dice aquel artrculo- lo diga y lo sostenga, el movimiento consti– tucionalista que estuvo a punto de estallar en la Metrópoli en días pasados, no era un bochinche, cuar– telazo o motín era uno perfecta revolución, exigida por la fuerza de los hechos, combinada con la mayoría de los departamentos y sancionada por todos los círcu– los occidentales, sin distinción alguna
"Se trataba de salvar al país de una anarquía desenfrenada que amenazdba acometerlo, se trataba de hacer prácticos los principios sostenidos en Julio con las puntas de las bayonetas, e iniciadores y adeptos iban abrigados por el pabellón de la legalidad a no dejar hacer peddzos la Carta fundamental del 93 "Se evolucionaba con el plomo y la metralla con– tra la obsesión cruda de las ambiciones bastardas, se trabajaba ardorosamente, yéndosele a la base al edifi-
cio plutocrático, se buscaba lavar con sangre el borrón de la pobre patria expuesta di sacrificio, y ya los após– toles de la buena causa soñaban más que con los lau–
reles del triunfo, con la grata satisfacción de volver al hogar después de sumergir en Id sombra a los trafican– tes del honor de la República".
El artfculo terminaba con una verdadera ame– naza Después de aquel movimiento revolucionario había venido la calma, pero ella era anuncio de tem– pestad
"Las fuertes conmociones -sigue diciendo el periódico leonés- tienen anuncios anticipados surge una calma relativa, y en seguida se desencadena la tempestad con mayor fuerza y violencia
"Occidente calla y espera; pero espera arma al brazo y ojo atento Sus directores no se han puesto a dormir sobre los taburetes de sus humildes talleres, y al menor asomo de deslealtad . i ah! ya sabéis, señor Gámez, cómo el soldado leonés salva las distancias de Mateare y La Cuesta, cuando tiene que sembrar la bandera roja sobre el remate del Capitolio de Mana– gua" IEI Diario Nic, 19 de Febrero de 1896). Así fue, en efecto El 24 de Febrero de aquel año se pronunció el cuartel de León contra el Gobierno del Presidente Zelaya Encabezaban la sublevación sus propios Ministros de Estado, ciudadanos leoneses que hacía poco habían conquistado aquella posición en aras de un convenio para evitar la guerra El conser– vatismo, espontáneamente y con espíritu de conserva– ción, corrió a rodear a la autoridad constituída
El Diario Nicaragüense, vocero del partido y siem- -86-
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