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se acent~ó más después de la últiIna guerra mundial. En las conferencias de San Fran– cisco de Calif<;>rnia, los países dé Centroamé– rica, con esoi¡' chico votos, contribuyeron pa– ra fortificar el pensamiento democrático fren– te a, la idea totalitaria del comunismo sovié– tivo. En esa nueva' vida, el nacionalismo de la antigUa forma, fue cambiado por una nue– va modali<;lad que se denomina regionalis– mo, con vínculos más tenues que los de una federación.

Aquí cabe 'preguntarnos, se habrá com– prendido a sí misma Centroamerica, para ha– llar la norma de su comportamiento, incluso respecio 'a otros Estados, según la regla de Julio Bip.der? El sentido unionista de Cen– troamérica se verá forzado a aumentar su ra–

dio, para incorporarse, ·con un sentido más

azrl,plio, dentro de la unión del Continente, en relación a la humanidad. Además, den– tro de la Panamérica ese sentido la llevaría a forrtuir un nuevo factor que es el latino– americano, para cooperar con Estados Unidos en la ordenación del mundo. Al convertirse, Estados Unidos en Super-Estado, no podrá aislarse dentro de su propio territorio, para hac;ei:lo el eje de tan enorme autoridad. El Pufito d,~ apoyo de su palanca tendrá que S61r el Continente entero. Roma tuvo qUa formar primero una entidad con toda Italia, para 1"><'4&1' iInperar sobre su mundo. Cons– titui<;l.o e~ Continente en el eje de esa nueva grande política, tendrá por ley de mecánica que equilibrar sus dos porciones, informadas y deslih4ll<das por la geografía y por la his– t/)ria. El destino inmediato de Latinoa,méri-'

C$ es el cle apoyar y contrapesar al nuevo

Super-Es~ado.

El 'nil\¡ndo marchará siempre dividido en q,0¡l grax)pes sóciedade¡s: Oriente y Occiden– te.' Cristiánismo y no cristianismo. En la ccmtradicci6n de esas dos grandes unidades, Estados 'Upidos teIldrá rtecesidad del apoyo de Lafino$rnérica. Como consecue"cia, por razones húrnanas ineludibles, Latinoamerica se verá <¡>bligada a organizar su cultura, para hacer ahnónico y fructífero' el equilibrio de la refer'lncia.

Por!esias razones Ceniroarnérica se verá

compeli.)ia a modificar su unionismo, que no podrá' s~r contenido en el volumen de las cinco repúblicas, sino que será atraído, por la ley dE¡ la gravedad histórica, hacia el unio– nismo original de su cultura.

Pe~h estudiemos el asunto tal cual está, planteac:¡lo en la acimilidad, y sobre el SU– pU!ill'to 4e que se logre concertar las dos sil– pér-potencias que ahora están frente a frente, en una' guerra fría. Mirémoslas corno' dos gl'andes' id",ologías antagónicas él si se quiere mejor como dos sociedades culturales; que tieJ:i.den;a contradecirse, pero que viven con– vers!'lndo pacíficamente. A este respecio co– piaré la opinión de Toynbee.

,'Otlé debernos hacer para salvarnos?

En po~í;li<;a. eatablecer un sistema cooperativo constitucional de gobierno mundial. En eco:.

norní a , hallar transacciones prác;±icas entre la iniciativa privada y el socialismo (variable-' según las necesidades_~oncreta~de.los diver_ , sos tiempc:>sl . En la VIda del espíritu, vo!vel' a colocar la super estructura secular sobre ' fundamentos, religiosos. Hoy se realizan en , nuestro mundo occidental esfuerzos para ha- , llar el camino que conduzca hacia cada uno de esos objetivos. Si hubiéramos alcanzado ' los tres podriamos sentirnos no poco seguros de haber ganado nuesira presente batalla por'

la sl,lpervivencia de n~~stra ci~izaci6n~l.

Para desarrollar ese pensamiento, la' gran sociedad occidental, a que Centroamé_ rica pertenece, tendría que prepararSe a base de sinceridad y de veracidad de las iesis que' ha de sosiener en, la discusión que significa– ria esa nlleva vida, en Un paralelismo pacífi- ' co de dos culturas antagónicas. Depe ser Sll afirmación cristina. Debe'aclarar las contra-' dicciones visibles de sus propios iérminos. Por ejemplo: No intervención y solidaridad.' Nacionalismos huraños y naciones unidas. Soberania absoluta y crecienie humanismo. ' También en esa carrera Ceniroamérica ten– drá que pulir su propio unioniszrl,o en la as– pereza de iales contradicciones.

Su 'Derecho Internacional, enriquecido con la filosofia de sus nuevas experiencias,' debe superar su pri~ivismo, qonyirtiértdose' en esencialmente, espiritualista. Debe inspi" rarse en, la caridad. 'Afirmarse en el ideal' cristiano, y responder c;on rec;:iih:id a las ur– gencias 4e 10 politico.

El profesor J. L. Rllnt,\, que ha inspirado, es.tas línecls; es un internacionalista. Según' Ottega y Gáss.et el intermlcionalismo actual está servidó por un tipo de hombre principal- _ mente anglo-sajón, que va de un pueblo a: otro para informar al' Stlyo de la vida y cos- ' tumbre de cada país que visita. De su divi– sión; de sus perturbacion~s, de las pequeñe- ~

ce13 locales. Peró la gran dificultad es poder' recoger nitidamente todas esas ~presione$.,

PodE;!r valorar los testimoni9s personales, qtle ' se pronuncian generalmenie 'al dictado de las pasiones partidistas, y perturban la expresión, de la verdadera filosofía de cada pueblo.

Pensemos que también Pablo de Tarso, en la plenitud de los tiempos, fue un interna-, cionalisia.· Saltaba de nación a nación. A , cada una y él todas hablaba de la nuevá' alianza. Con grande audacia se presentó en ' Atenas, la ciudad intelectual, la cuna q,e la, filosofía, y habló de una reconstrucción del mUndo. y reC1am.ó el pedestal del Dios deB-, conocido' pata una nueva divinidad.

,. "Dios, pues, habiendo disimulado los :tiempos d", la ignorancia, ahora intima a los, hombres que todos, en iodo lugar, se arre.– pienian;por éUanto ha señalad!;> el día en que va a juzgar al mundo según su justicia, por medio dÉl un fIombrE;! a quien ha destinado, poniendo al alcance dl' todos la fe con, el he– cho de haberlo'resucit,ado dentro de los muer–

±O.stl .

~ (ReeoIisti'uccfón de una' tOhfeteñcia qué -dicttS en ManagUa

e,l Dr. Carloa Cuadra Paa.s, fallecido haco pocos meses)

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